Potser es un tipo, al capdavall, que la reforma de la lista de diacríticos hagi atret tota l’atenció de l’usuari de la llengua, ha seguido siendo a favor o en contra, porque això ha deixat che la nova grammar hagi fet el seu curs. Di que els acentúa un sóc, neto o Señora. Actuaron como una especie de parallampi. I així com s’ha fet balance de la reforma de los diacríticos y se ha sancionado definitivamente la lista de no más de quince, esta vez también toca ver el equilibrio de la nueva gramática.
El interés de la gramática no es importante en cui diu sino en com ho diu. Estamos acostumbrados a una gramática inflexible, que dividía el mundo entre el correcto y el incorrecto, la nueva propuesta del Institut d’Estudis Catalans optó por prescribir la norma a través de la descripción, por lo que eixamplava Los límites de lo normativo, hasta Hasta en los límites que estableció la lengua mateixa, cuentan con un espectro muy amplio que proporciona toda la diversidad de registros tanto sociales como geográficos. Coserlos, doncs, dejan de ser correctos o incorrectos para adaptarse o no al registro lingüístico.
El problema, sin embargo, es que lo entiendo por registro, sabía que la gramática dada estaba rota y que, tot s’ha de dir, l’usuari no te clear del tot. Para això, el Gramática esencial de la lengua catalana —Verticado en una línea reducida del volum imprès— limitará la descripción de la lengua a tres registros lingüísticos, en los que es posible completar el abanico de formalidad-información que se encuentra en puguem trobar: registro informal, registro formal i registro formal muta. Cal dirá que la nomenclatura de la tríada no es particularmente feliz, porque un usuario no capacitado, ni filólogo ni lingüista, entendería que el registro formal requiere un certificado de Tibantor, que es una referencia al lenguaje normativo estándar. Es el catalán que se conoce y los que no tienen texto, los mitjans de la comunicación escrita, las publicaciones no literarias, la administración y un largo etc. de tipos de texto. (Potser dels tres registres se n’hauria de dir informal, normal y formal, but aviam qui ho tou ara …)
Hasta cert punt, la nova gramática ha aportado muy poco canvis en la prescripción del lenguaje formal. Las cosas siguen enviándose principalmente como aban, tanto algunos añadidos al registro que los aban tienen como licencias y que hay vigencias; Este es el caso, por ejemplo, de las combinaciones pronominales con el datau en Hola (hola da, Él dirá), que son frecuentes en ficción y premsa. Debo decir también, sin embargo, que algún aspecto particularmente oscuro, sobre el que se espera alguna solución salomónica final, ha quedado intacto o incluso caras más complicadas; Este es el caso de las preposiciones por I Pera frente al infinitiu, autentico corrector pedra a la sabata de qualsevol.
Sí, esa gramática significaba repulsión en el lenguaje informal. Poder decir que escritores y traductores han visto lo obert y han llançat ocupar un espacio donde las posibilidades son posibles, pero que límites teóricamente ilimitados, comienzan a asentarse en fórmulas compartidas basadas en proposiciones que tienen una maravillosa coartada gramatical; la frase “això la gramàtica m’ho deixa fer deu haver sonat moltes vegades en la mirada interior de los profesionales de la llengua. Si fuera inusual que un optés caracterice su personalidad con un registro informal, o si mitigara el texto de la cursiva, tendría las cotillas y el campo informativo; des d ‘el castigo de Guillem Sala fins a la traducción de Crim yo castigo de Miquel Cabal, perdió dos excelentes recientes. No tiene remordimientos tenim si deixem un es en rodona, trobem amb freqüència en en anem sentido apostrofizar, si el personatge ho demana li podem fer dir no a través de la vista en lloc de no lo vi.
Este es el gran mérito de la nueva gramática: haber sentado las bases para la construcción de un modelo de lenguaje literario también para el informativo, en el que el fluir de los recursos que abandona, con la reverencia y prudencia de no contravenir la norma, ni si ‘ns acudia que poguessin treure-hola la gorra.