Aunque te saltes uno de los puntos desde el banquillo cuando estás en la final de fútbol, dijiste porque habías conquistado la Copa del Rey, y el Real Madrid no desenmascaró a alboroto, porque el corro que se formó en el centro del parque entre los jugadores y los saltos. No importa y no sufras, como si Vencer -y contra los ojos del deporte- fuera el estado natural del equipo. “Hay un requisito si estás ahí”, revela Deck antes de afrontar el torneo. “Tenemos mucha presión para hacer las cosas bien”, afirmó con seguridad el comunicado y con la Copa en mano el técnico Chus Mateo. “Este equipo no se puede ganar”, afirmó el presidente Florentino Pérez.
Y es que la planta, con paso firme en este curso [lidera la ACB y la Euroliga], lleva tu balón a tu juego, al menos en la última década, hoy has ganado 5 Ligas, 5 Copas, incluso Supercopas y 3 Euroligas. Mucho para el otro trasatlántico del baloncesto español, el rival que participó en la final, el Barça que suma Ligas, cuatro Copas y una Supercopa. Ay, ya está, 20 títulos contra uno mismo, con el añadido de lo que los azulgrana no dijeron ni pío en Europa. Sí, como antes de la llegada de Pablo Laso, ahora Chus Mateo tiene el billete: en un periodo y en los medios le han seguido cuatro títulos, está solo con La Liga en el Débé. “Así nos ganamos el respeto de quienes siempre le han elogiado”, felicitó el capitán Sergi Llull. Tu equipo es redondo.
Campazzo, la guinda. Durante el fin de semana, en las oficinas de Madrid se emitieron las bajas de Hanga (Estrella Roja), Cornelie (Mónaco) y William-Gosss (Olympiacos), en el momento en que Randolph optó por retirar el balón. Los jugadores despreocupados del área deportiva están ocupados renovando al resto de jugadores y mirando un expediente en solitario: Facu Campazzo. El base argentino, del Baloncesto tan eléctrico como cerebral, fue elegido MVP en la primera invitación ante el Murcia y también en la final, en lugar de los mejores del torneo. Además, fue en la Supercopa cuando ya no hubo lugar para el equipo, como si anduviera en la NBA y después de eso, la Estrella Roja tuvo camiseta por un minuto. “Es un gusto tenerle”, admitió el técnico; “transmite tu habitación al equipo”. Y listo, voy a jugar.
Más que el fondo del armario. Campazzo, Deck, Musa, Yabusele y Tavares forman el equipo titular del Madrid, que es uno de los mejores de Europa, y uno de los mejores juntos cuando lo es. Pero en Madrid hay mucho más, como se demostró en la final ante el Barcelona, y Poirier fue MVP no reconocido -luego por Vesely y Hernángomez en el momento que se reflejó en su rival- y Hezonja salió en el segundo cuarto de un hora para la empresa. 12 puntos, dos subidas y una asistencia en pocos minutos. Curiosamente, cuando Mateo resistió el llamado a funcionar, solo fueron cuatro jugadores los que sobrevivieron los 29 minutos en cancha: Campazzo (33), Musa (30), Deck (29) y Yabusele (31). Poirier jugó 23. “Cuando podamos ganar el trofeo, no sabemos si el MVP será para Poirier, Deck, Campazzo o Yabusele”, admitió Mateo. Participamos en el duelo de jugadores que no disparaban como Sergi Llull, Chacho y Rudy; y quedó en el banco Talker y Abalde, que en un día inspirado pudieron hacer un roto al más pintado.
Energía para dentro y para fuera. Si Tavares desaparece, es Poirier. Si Musa no tiene un tercero, están Hezonja, Yabusele, Llull, Rudy, el Chacho, Chatter… Y si Deck no sale airoso por dentro, ya lo hará el Yabusele. Una serie de recursos con los que cuenta el Madrid en su equipo directivo. Así, para explicar las garantías de la ACB, puede ser la sociedad con mayor valoración (110 por ciento de Unicaja, segunda); con más puntos a favor (89,18 frente a 87,45 del Unicaja); con más tiros defensivos (27,68 por 36,73 del Unicaja); con más asistencia (20,50 a 19,73 del Unicaja); con el mayor porcentaje de tiros a dos (59,22% frente a 56,26% de Gran Canaria) y a uno (83,44% frente a 81,48% de Lenovo); y con más amigos (4,59 frente a los 3,45 del Barça).
Mucho más que viejos rockeros. Antes de empezar la final, Llull se reunió con el equipo en el vestuario. “Morimos ahí dentro!” «, declaró un jugador que lo había hecho todo y que, después de la Copa, fue el más sonoro y el festival, quizás porque sabe que les pocos títulos por probar. No fue la última vez que Sergio Rodríguez se levantó del banquillo durante el duelo para levantar el puño y aplaudir a sus compañeros, tal como lo hizo Rudy Fernández en los instantes finales. “Somos tres jugadores como Sergi, Rudy y Chacho que son superganadores. A tiempo, sigue las cosas importantes y todo para hacerlo. Somos mucho más contagiosos”, reflexionó Campazzo; “Estamos dejando de lado los egos y avanzando hacia los títulos. Eso es gracias aellos tres”. La final de Copa, que se jugó a tres, se saldó con el jugador y los aplausos por el escudo del equipo que había ganado, que era inasumible.
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