Copa del Rey: El Cacereño y su frenesí por el budismo en Nepal antes de jugar contra el Madrid | deportados

Copa del Rey: El Cacereño y su frenesí por el budismo en Nepal antes de jugar contra el Madrid |  deportados

En las semanas destinadas a quedar como las más memorables de la historia del Cacereño, el club es violentamente empujado por el budismo tiene un frenesí fuera de lo común. Una paradoja. El equipo de la Segunda RFEF, el cuarto escalón del fútbol español, eliminó el 22 de diciembre, el día del Gordo de Navidad, al Girona, un Primera, y el éxito les condujo a un ajetreo desconcertante. Cuando al día siguiente el sorteo de dieciseisavos los emparejó con el Real Madrid, al que reciben este martes en el estadio Príncipe Felipe de Cáceres (21.00, La1), las televisiones no dispusieron de las clásicas imágenes de plantilla de equipo modesto celebrando el cruce con una grande. No lo habían seguido juntos. Era uno de los pocos días libres que tuvieron estas navidades.

Nadie prevé llegar tan lejos, por lo que se compromete una misión en Nepal que contribuirá a levantar en el alto del monte Arropé, en las afueras de la ciudad, un Buda de 47 metros recubierto de jade blanco. La cultura de 15 millones de euros, comprometida por el empresario nepalés Niraj Shresta, fue concebida como el punto focal del proyecto del mayor centro budista de Europa.

Imagen de la estatua de Buda incluida en el proyecto de la Fundación Lumbini.
Imagen de la estatua de Buda incluida en el proyecto de la Fundación Lumbini.

La idea, impulsada por el fondo Lumbini, número de la ciudad donde se cree que nació Buda, había seducido antes, en 2019, a Manuela Carmela al final de su mandato como alcaldesa de Madrid. El empeño decayó con la llegada de José Luis Martínez-Almeida, y el presidente de la fundación Lumbini, José Manuel Vilanova, persuadió al Ayuntamiento de Cáceres y la Junta de Extremadura: «Queremos contribuir a la unión Oriente-Occidente con un mensaje de paz», explica Vilanova. «Queríamos que el budismo se uniera desde un punto de vista cultural a las tres religiones teístas: el judaísmo, el cristianismo y el islam».

El complejo, que los planos de la fundación dicen que tardará 10 años en construirse, y obtuvieron 900 millones de coste financiarán 15 países asiáticos, incluye una pagoda, estanque, un auditorio para 1.200 personas, templos y cuevas de meditación, entre otras instalaciones.

Ya entró el Cacereño como enviado para asegurar puentes. «El fútbol une, y queríamos usar como instrumento de hermanamiento», dice Vilanova para explicar el viaje del club extremeño a Nepal para jugar dos amistosos contra las absolutas y sub-21 del país asiático. El compromiso de jugar allí lo cerró en octubre, y ahora se han encontrado en Nepal realizando sesiones de vídeo para finar las jugadas a balón parado. «A lo better no es lo más adecuado para prepararte para un partido como el Real Madrid», dijo Julio Cobos, entrenador del Cacereño, en una entrevista que hizo allí Canal Extremadura. “Está siendo bastante duro. Hay defase de horarios y no hemos podido descansar bien”.

La expedición del Cacereño salió el 26 de diciembre a mediodía del aeropuerto de Barajas, adonde acudieron a despedirlos el director de las relaciones institucionales de Madrid, Emilio Butragueño, y la embajadora de Nepal en España. Volaron a Doha, de Doha a Katmandú y de Katmandú a Pokhara, addon llegaron el 27 a mediodía para jugar al día siguiente el primer amistoso. El segundo estaba programado el 29 en Katmandú.

Antes les habian preparado una introduccion a la meditacion en un monasterio budista, pero, paradoja, las prisas les impidieron emprender el camino a la calma. A plane retrasó y llegaron demasiado apurados al segundo encuentro, que ganaron, igual que el primero.

Mientras, en Cáceres, una detención del club que sufre nuestro pudor en el avión de Nepal por la inesperada eliminatoria contra el Madrid se empleaba a contrarreloj: «Es el partido más grande del Cacereño en 103 años de historia», dice su vicepresidente, Juan Miguel Olmeda, que se encargará de las operaciones para duplicar el aforo del estadio, de 7.000 a casi 15.000 espectadores. El partido de este martes tiene para él un aliciente extra: «Soy muy madridista», reconoce. Una ayuda para sobrellevar el efecto del frenesí en Cáceres.

El día que el equipo jugó en Katmandú mantuvieron las taquillas para nuevos abonados abiertos hasta las cuatro y medios de la mañana, y apretaron para acelerar el pedido de camisetas, bufandas y banderas, que se habían agotado. Con la visita del Madrid habrán vendido cinco veces más que la temporada pasada. “Somos un club humilde. Tenemos que aprovechar todo”, dice Olmeda.

Los futbolistas llegaron de nuevo a Cáceres el 31. Fundidos, como el delantero Iván Fernández Tamayo explica: «Casi no me como ni las uvas», dice el autor del 2-1 que eliminó al Girona. «Un viaje de tantas horas de avión es bastante cansancio. Aunque en el vuelo de vuelta conseguí dormir». .

Antes del partido, los capitanes recibirán budas de oro y bronce, regalo de la presidenta de Nepal, Bidhya Devi Bhandari, en una de las paradas de la frenética aventura budista del Cacereño en el Himalaya.

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Por: Agustín Oquendo

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