Cuál es el ingrediente que abre el apetito y hace subir de peso, según científicos de la Universidad de Colorado

En Argentina, los problemas de sobrepeso y obesidad afectan a una gran proporción de la población, con seis de cada diez adultos lidiando con el exceso de peso. Esta preocupante tendencia se extiende incluso a los niños en edad escolar, donde el 30% presenta sobrepeso y el 6% obesidad, según datos del Ministerio de Salud.

Las estadísticas también revelan que más del 50% de la población argentina está impactada por esta enfermedad crónica, que aumenta significativamente el riesgo de padecer más de 200 problemas de salud, que van desde la diabetes y enfermedades renales hasta la hipertensión arterial y diversos tipos de cáncer, entre otros.

A pesar de que la obesidad puede ser resultado de diversas causas, como el sedentarismo o factores genéticos, un grupo de científicos en una reconocida universidad ha hecho un descubrimiento que destaca un alimento en particular que parece fomentar el apetito mientras reduce la energía del organismo.

Esta revelación promete arrojar luz sobre los desafíos que enfrenta la sociedad en su lucha contra la obesidad y sus implicaciones para la salud.

Un grupo de expertos de la Universidad de Colorado, Estados Unidos, ha desvelado un descubrimiento intrigante que plantea la hipótesis de la «supervivencia de la fructosa» y su posible relación con la obesidad. La fructosa, un tipo de azúcar comúnmente encontrado en frutas y alimentos altamente procesados, ha demostrado tener un impacto significativo en el metabolismo.

De acuerdo con los autores del estudio, la fructosa tiene la capacidad de reducir los niveles de energía en forma de adenosín trifosfato (ATP). Este descenso en los niveles de ATP envía una señal al cuerpo de que necesita más combustible, lo que resulta en un aumento del apetito y, por lo tanto, en la ingesta excesiva de alimentos.

El Dr. Richard Johnson, un médico del Campus Médico Anschutz, afirmó que «la fructosa es la que pone en marcha un estado de bajo metabolismo y provoca una pérdida de control del apetito, pero son los alimentos grasos los que se convierten en la principal fuente de calorías que contribuyen al aumento de peso».

El estudio también subraya que el problema no radica en el consumo de fruta, sino en los azúcares añadidos, especialmente presentes en alimentos altamente procesados, azúcar de mesa, jarabe de maíz, miel y otros productos similares.

La reducción de la ingesta de fructosa y la limitación de estos endulzantes, junto con la disminución del consumo de alimentos ultraprocesados, emergen como una estrategia clave en la lucha contra la obesidad.

El sobrepeso y la obesidad son condiciones que se caracterizan por la acumulación excesiva de grasa en el cuerpo, lo que puede conllevar riesgos significativos para la salud. Ambos términos se utilizan para describir un exceso de peso en relación con la altura y la masa corporal.

El sobrepeso generalmente se refiere a un aumento moderado de peso en relación con las pautas de peso ideales. No se clasifica como una enfermedad crónica, pero puede aumentar el riesgo de padecer diversos problemas de salud, como enfermedades cardiovasculares, hipertensión y diabetes tipo 2.

Por otro lado, según define MedlinePlus. la obesidad se considera una enfermedad crónica y se produce cuando la acumulación de grasa en el cuerpo es sustancial y puede tener efectos más graves en la salud. La obesidad conlleva un mayor riesgo de afecciones médicas graves, como enfermedades cardíacas, ciertos tipos de cáncer, apnea del sueño, entre otras.

El índice de masa corporal (IMC) se utiliza frecuentemente para identificar el sobrepeso y la obesidad en los adultos. Esto se calcula dividiendo el peso de una persona en kilos por el cuadrado de su altura en metros (kg/m2).

• Peso normal: de 18,5 a 24,99.
• Sobrepeso: igual o superior a 25.
• Obesidad: igual o superior a 30.