
La revisión de revisiones. Para desencadenar el «revolución industrial a todo galope» a los que se han comprometido los Estados para limitar el calentamiento global, se necesitará una gran cantidad de dinero público e instrumentos de política económica sin precedentes. Esto es lo que indica el informe sobre el impacto económico de la acción climática presentado el 22 de mayo a Elisabeth Borne por Jean Pisani-Ferry y Selma Mahfouz. O, si este informe marca un innegable punto de inflexión política, el marco de pensamiento que adopta sigue siendo muy poco innovador.
Así lo destaca el último número de la trimestral Economía política. Dedicado al “poscrecimiento”, recoge en parte las perspectivas esbozadas en un simposio titulado Más allá del crecimiento que se celebró en el Parlamento Europeo en Bruselas los días 15, 16 y 17 de mayo. El número también se abre con una entrevista con el organizador de este evento, el eurodiputado medioambiental Philippe Lamberts.
Lejos del «crecimiento verde», que postula la posibilidad de seguir haciendo crecer la economía cumpliendo los objetivos de la transición ecológica, el poscrecimiento retoma algunos de los análisis críticos del «decrecimiento»., pero quiere centrarse más constructivamente en las herramientas que hacen posible ramificarse a otro modelo. Después de una fase inicial marcada por inversiones masivas, comenzará un período de reducción de las actividades económicas, seguido de estabilización. Para ello, es necesario repensar la naturaleza de los grandes agregados de la economía así como su articulación.
Dando forma a una nueva imaginación
El modelo LowGrow, diseñado por Tim Jackson y Peter Victor para impulsar la transición, es particularmente objeto de un desarrollo útil. Se basa en modelos coherentes de stock-flow (SFC), capaces de designar stocks y flujos de dinero, así como stocks y flujos físicos de un ecosistema o la biosfera. La dificultad entonces es identificar las consecuencias políticas de estas reflexiones. ¿Cómo, en una economía sin crecimiento, se puede financiar la solidaridad a nivel nacional o europeo, así como entre los países ricos y pobres del Norte y del Sur?
A lo largo de los artículos que componen el dossier se revisan así las principales cuestiones de la macroeconomía ecológica, con el imperativo de integrar una nueva atención a los equilibrios naturales. Como instrumento de legitimación y gobierno, ya no debe limitarse a dar credibilidad a las propuestas políticas y facilitar la coordinación entre los agentes económicos. Su papel ahora es dar forma a un nuevo imaginario, nuevas representaciones colectivas en las que los flujos de dinero se articularán más claramente a los flujos materiales, y la tecnosfera a la biosfera.
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