Boca no encontraba la manera de romper el cerrojo que le proponía River en la Bombonera. Sin embargo, un poco antes de la media hora del segundo tiempo, Edinson Cavani, que había ingresado un rato antes, se llenaba la garganta de gol. Toda la Bombonera lo gritó, pero el asistente Sebastián Raineri levantó enseguida el banderín.
Todo quedaba en manos del VAR. ¿Qué había ocurrido? Marcelo Weigandt, en una jugada que no parecía acarrear peligro, metió un zapallazo al corazón del área grande. Parecía que la pelota era de Franco Armani, pero Cavani fue atorarlo y el puñetazo del arquero de la Selección dio en el hombro del uruguayo y la pelota dio en el travesaño.
Rápido de reflejos, el ex PSG fue a buscar el rebote y con una pirueta convertía ese gol que venía esperando hace rato. El banderín en alto de Raineri le cortó el festejo. No había otra que esperar el resultado del VAR…
Y la tecnología le dio la razón al asistente: Cavani, que estrenó nuevo look para ver si el vello facial tenía algo que ver con la mala racha goleadora con la azul y oro, estaba adelantado por centímetros. Todo seguía igual en la Bombonera.
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