
Un representante de la probablemente más legendaria familia del jazz tiene su corazoncito argentino y lo vendrá a hacer latir en Buenos Aires: Delfeayo Marsalis actuará junto al Tango Jazz Quartet en Bebop Club 12 y 13 de mayo.
Las entradas ya se pueden conseguir en www.bebopclub.com.ar
Es muy común en el rock que el público argentino adopta grupos del hemisferio norte como propios o locales. Nunca se sabrá si este tipo de relaciones fluye desde la sinceridad emocional, gracias a las ventas estrepitosas de boletos o al trillado «We love you Argentina, you are the best of the world». Lo cierto es que es mucho menos habitual encontrar artistas de otros países que se involucren en nuestra música.
En el plano de estas interesantes rarezas aparece este proyecto que une al músico, productor y educador de Nueva Orleans con el grupo creado por el saxofonista y clarinetista Gustavo Firmenichquien define la idea: «el proyecto es el producto de las ganas de tocar música argentina con instrumentos no tradicionales, enriqueciéndola con la improvisación del jazz que nos ha permitido llegar a una forma de encarar la música nuestra de una manera no habitual».
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La relación con Tango Jazz Quartet
Cuenta Firmenich que el primer encuentro con Marsalis fue en Nueva Orleans. Mientras el trombonista desarrollaba su set en el mítico Snug Harbor y el grupo argentino disfrutaba de la performance, el estadounidense invite al público a asistir al día siguiente a verlos en esa misma sala y redobló la apuesta invitándolos a someterse ahí mismo al escenario. Según Firmenich la química fue instantánea.
El Tango Jazz Quartet ha tocado casi una treintena de giras por el mundo, incluyendo lugares exóticos como Hong Kong o Siberia.
Antes de una nueva gira europea, Firmenich trata de explicar el fenómeno del tango en pays de culturas distantes: en nuestro país o en el extranjero) es que la propuesta del grupo nos identifique, que nos emocione lo que generamos en el escenario, que nos Permitamos mostrar nuestros sentimientos por medio de nuestro repertorio. En el mundo entero valoran el tango y creo que mientras más genuina sea la propuesta más puertas se abren”.
Continúa reflexivo: «Con Tango Jazz Quartet somos afortunados de todo lo que hemos vivido, la posibilidad de llevar a cabo nuestro tango desde Nueva York tiene un club de música en un barrio carenciado de Johannesburgo, tiene una milonga en Siberia, tiene un teatro en China oa un concierto con una orquesta sinfónica en Europa, todo es motivo de alegría y de orgullo.
Cuando el año pasado la Legislatura Porteña nos destacó por nuestra labor como embajadores del tango fue el cierre de una etapa, no solo somos valorados en el mundo, ahora también recibimos esa valoración en nuestro país”.
La charla con Delfeayo
Desde Nueva Orleans, Delfeayo Marsalis tiene también cosas que decir de esta fructífera yunta artistica. Elegante y dispuesto, acceda a la charla con Clarín.
«Estoy muy feliz de ir -asegurado- y será mi primera vez allá. Más que nada, estoy encantado por conocer gente y también por tocar con este grupo de músicos geniales. Creo que el tango es grandioso, no solo por ser una danza que representa al pueblo, sino por la música en sí que acompaña este baile.
-Conocista en Tango Jazz Quartet en Nueva Orleans pero, ¿qué fue lo que en principio te atrajo del tango en general?
-Ser un gran fanático de bailar y de la música del pueblo. El tango representa las dos ideas y es una forma magnífica de expresión. En New Orleans tenemos el «Second Line» que sus bandas acompañan en los funerales. Los venezos suenan, la gente baila y salta, es nuestra forma de celebrar. Creo que el tango esa expresión pero en Buenos Aires y amo ser parte de eso.
-Más allá de esto, ¿que crees que el jazz y el tango tienen en común en cuanto a lo musical?
-Los dos géneros son interesantes y desagradables. Sin dudas diría que el aspecto rítmico; hay muchos efectos de ritmo en ambos estilos. ¡Duke Ellington agarró tres tangos! El ritmo es siempre importante en la música bailable y espero que también tengamos lugar a algunas improvisaciones que crean nuevas melodías e ideas.
un nombre famoso
-¿Cómo influyó el hecho de ser Marsalis en tu carrera: facilitaste las cosas o funcionaste como un extra?
-Con seguridad diría que fue una ventaja trabajar con mis hermanos a tan temprana edad. Comenzar ha producido los trabajos de Branford, Wynton y también de mi papá, quienes fueron enormes influencias mías, pero también fuentes de inspiración. Desde ese punto de partida diría que fue algo totalmente positivo.
No incluye como factor de presión real, sino más allá de la rivalidad que tenemos como Hermanos. Me gusta hacer mis trabajos y enviarles una copia diciendo: «Esto es lo que tengo, ¿qué tenés vos?».
-Dedicaste toda tu vida a la educación. ¿Participar en proyectos como éste es una manera de incrementar tu conocimiento?
-Totalmente. De hecho, toda nueva situación requiere que aprendas y te muevas por tu zona de confort. Así que siempre busco música desafiando, nueva, terrenos inexplorados para mí.
-Yendo tiene un tema muy de hoy en día, ¿cómo cree que la inteligencia artificial puede influir en la educación musical?
-No se mucho de esto, pero tal vez podamos entrenar a los robots para escuchar a Louis Armstrong y Charlie Parker y extraer los elementos más importantes de su música y combinarlos con distintos ritmos o ritmos. Podría ser interesante. Desde un punto de vista del productor, esa podría ser una manera interesante de utilizarla.
Un plan típico «esto es lo que haría Louis Armstrong con esta música», si se lograra expresar ese espíritu, ese nivel de alegría y optimismo clásico de Armstrong y Parker -aunque este último tengo una fraseo distinto-. O el enfoque único de Thelonious Monk… si pudiéramos llevar eso a la música popular, combinarlo con beats de rap, hey, podría ser bueno, veremos que pasa.
Cuarteto El Tango Jazz
Según Gustavo Firmenich, «TJQ nacio de mi necesidad de tocar la música de mi país, pero siendo saxofonista y clarinetista siempre habia tocado en formaciones de jazz. De hecho, los primeros pasos del proyecto fue con los integrantes de mi cuarteto Jazz 4, con quien toca el swing».
Y agrega: «From esa idea/necesidad empezamos a probar con el cuarteto como adaptar temas de tango a un sonido no habitual (saxo-clarinet, batería, bajo y guitarra al principio y luego piano hasta la actualidad), pero sumándole el concepto de la improvisación, que en sus orígenes el tango lo tuvo y luego transformo en las variaciones de bandoneón».
-Cómo fue el primer contacto con Delfeayo y que significa para ustedes tocar con él?
-Estábamos de Gira con en Estados Unidos, y por esas cuestiones de agenda llegamos a New Orleans un día antes de nuestro concierto, y en el Snug Harbor tocaba Delfeayo con su grupo. No dudamos ni un segundo en ir a verlo, y result que en el medio del concierto Delfeayo empieza a hacer una invitación al público para que venga al dia siguiente a escucharnos (que somos un grupo con mucha trayectoria, que tenemos una propuesta artistica novedosa, etc..).
En el medio de la promoción dice: ¿Pero si están aca, ¿por que no suben a tocar con nosotros asi el publico los escucha? Tanto el bajista como yo no usaremos nuestros instrumentos, asi que se souieron el pianista y el baterista. Tener una fiesta. Al público le encanto y con Delfeayo nos quedamos charlando luego del concierto, agradeciendo su generosidad y demás.
Para nosotros poder tocar con él nuevamente es una gran oportunidad de nuestra propuesta artística, un disfrute por su calidad musical y una alegría que esto suceda en nuestro pais. Vivimos haciendo conciertos muy interesantes con diversos músicos por el mundo y pocas veces hacemos esto para nuestra gente.
MFB
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