febrero 13, 2025

El legado de Franz Beckenbauer | Fútbol | Deportar

El legado de Franz Beckenbauer |  Fútbol |  Deportar

El año empieza muy triste. Franz Beckenbauer ha muerto. Es más que posible en el fútbol alemán y se ha encontrado en su país de la mejor manera posible. Con ingenio, carisma, experiencia, encanto y optimismo. El mundo se inclina ante esta luz resplandeciente, y yo me inclino con ella. Beckenbauer siempre ha gozado de una enorme confianza en nuestros compatriotas. Primero como jugador, luego como entrenador y, por última vez, como el hombre detrás de la historia del pasado. Siempre fue cierto: si Franz se encarga de todo, no podemos pasar nada.

No lo conozco como jugador. La última vez que estás en el campo es poco antes de entrar en acción. Pero observa la reverencia con lo que mi padre hablaba de él. Y cuando más tarde llego a la vida ocupada de los días laborables y de las noches, algunas personas vestidas de blanco y negro me guían hacia el recuento de un objeto: todo era mucho más lento que hoy. Los jugadores tardan en pasar el balón. Solo lo entregaban al segundo o tercer toque. Excepto por uno. Franz coloca el balón directamente donde está. Juzgar de una manera que sólo se hace décadas después. Es un hombre del futuro, solo con pelotas y zapatos pesados ​​y con campos de fútbol llenos de chicas.

Hubo en la retina un lanzamiento de finta que, con la camiseta del Bayern, se lanzó por encima de la barrera y se pegó a la escuadra de la portería; Cayó con el exterior del pastel en un camino recto. Entonces decidí observar a una mujer que estaba presente para vivir. Franz Beckenbauer logró este progreso, esta innovación técnica, con una facilidad sin precedentes. Y no sólo era más elegante que los demás, sino que tenía una idea diferente del fútbol y del trabajo en equipo. Se convirtió en un modelo a seguir para toda una generación.

El Kaiser modernizó el fútbol, ​​lo aceleró, era más bonito. Ya no puedo cambiar el fútbol de la misma manera. Cuando Alemania se proclamó campeona del mundo en 1990 con su seleccionador, tenía sus años y aparecía en televisión. Creé todos los partidos del mundo. Recibió la penalización impuesta a Andy Brehme para ganar el título. Y el dolor del seleccionador, que entretuvo a todo el país. Hay un bando de emprendedores mundiales que trabajan mientras su madre se preocupa por ellos: “Franz est muy delgado”. Sabía cómo dirigirse a sus jugadores: “¡Salid al campo y juegad al fútbol!”. Daba coraje a alldos, porque una cosa siempre está clara: con Franz nada puede salir mal.

En 2006, cuando se celebró el Mundial de Alemania, también estuvo en el campo. El disparo que marcó en el partido inaugural contra Costa Rica es uno de los mejores momentos de mi carrera. Poder jugar el Mundial de tu país es un regalo que no tiene precio. La conexión con el público, la investigación con los aficionados, siempre me han dado confianza. La experiencia de 2006 ha permanecido conmigo a lo largo de mi carrera. También recibí mi responsabilidad como futbolista.

La memoria de la vida cotidiana (Sommermärchen) se ha transformado en la Alemania actual. Una nación ha reflejado su forma misma, de manera muy crítica, al reconocer su arrepentimiento con buen corazón. Una selección alemana que te permitirá mirar libremente mientras miras. Vio algo que le gustaba a todo el mundo. El fútbol ayudó a Alemania a ganar reconocimiento. Todos sabemos que se cometieron errores durante el torneo mundial de 2006. Pero en el caso de Beckenbauer hubo un desequilibrio. El trabajo de cada uno es una vida para el fútbol alemán y su país no puede ser sobrevalorado. Al presidente del comité organizador, Franz Beckenbauer, no le fue posible recordar la verdad.

Este verano se celebrará otro torneo en Alemania. Los tiempos han cambiado, el mundo está sumido en muchas crisis. Debemos adaptarnos, fortalecer nuestra comunidad y aprender a apreciar la nueva Europa y sus logros. Para ello necesitamos un nuevo impulso. Europa puede hacerlo, sus hombres son capaces de ello. Y el fútbol, ​​como bien cultural, forma parte de la sociedad civil europea. Es por eso que un juego para todos puede crear solidaridad y unir a las personas más allá de las fronteras. Las numerosas esquelas que Franz Beckenbauer recibió hoy de todos los países lo demuestran.

La Eurocopa 2024 debe fortalecer nuestra cohesión y la idea europea. Para ello, el deporte necesita personalidades auténticas que irradien satisfacción, optimismo y optimismo. Franz Beckenbauer sigue ahí. Él es tu maestro.

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