El fútbol, tan maravilloso, elevó al Sevilla en su competición más querida. El seis veces campeón de la Liga Europa se comió a un gigante del fútbol mundial, el Manchester United, en un partido enorme, para colarse con toda la justicia en los medios de final del torneo. Será el séptimo para un equipo que sobrevivió en un tiempo discreto con un partido en una noche histórica y memorable, que su aficionado disfrutó de lo lindo. El United, uno de los ricos del fútbol mundial, fue apabullado por un Sevilla que cuajó el mayor partido de la temporada. A derroche de intensidad, fútbol, presión y corazón para pasar por encima del United, tan presuntamente bueno como indolente.
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Bono, Jesús Navas, Loic Bade, Marcos Acuña (Alex Telles, min. 84), Marcao (Suso, min. 28), Rakitic, Fernando, Lamela (Bryan Gil Salvatierra, min. 80), Gudelj, Lucas Ocampos y En- nesyri
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De Gea, Harry Maguire, Nilsson-Lindelöf, Wan-Bissaka (Shaw, min. 45), Diogo Dalot, Casemiro, Eriksen (Anthony Elanga, min. 86), Antony, M. Sabitzer (Fred, min. 68), Jadon Sancho (Rashford, min. 45) y Anthony Martial (Wouter Weghorst, min. 53)
goles 1-0 minutos 7: En-Nesyri. 2-0 minutos 46: Loïc Bade. 3-0 minutos 81: En-Nesyri.
Árbitro Artur Manuel Soares Días
tarjetas amarillas Casemiro (min. 55), Antony (min. 59), Bono (min. 72) y Shaw (min. 92)
Los ingleses habían sido eliminados previamente al Barcelona y al Betis. No podemos con el corazón de este Sevilla rehabilitado por un humilde técnico, José Luis Mendilibar, que también vivió su journada más gloriosa. Un Sevilla que registró todas las mejores noches de Europa para escribir una página que brilló en su éxito con la competición en la que su mística se agiganta hasta insuspechados límites. El Sevilla, enorme, por fin disfrutó este curso. Y eso sigue. En semifinales la esperanza, nada más y nada menos, que la Juventus. Y que.
Toda una enciclopedia se podría escribir en torno a la relación del Sevilla con la Liga Europa. Como el Madrid en la Champions, el equipo andaluz florece cada mes de abril ofreciendo partidos deslumbrantes en la competición de la que es seis veces campeón, más que nadie. Y Nervión, su gente, huele las señales como nadie. Por eso cantó a la puerta de la casa de Antonio Puerta, cercana al estadio, héroe de los títulos de 2006 y 2007. Yes ese ambiente de Nervión se transmite a los jugadores. Es el espíritu de Puerta, that transformó los poros de la piel de cada aficionado y de los jugadores que visten la camiseta del Sevilla. So, y más allá de lo que pasara al final de la eliminatoria, cuando conjuran Nervión y su gente todo puede ocurrir. Una simbiosis que supera cualquier debate futbolístico, puesto que una galaxia separa en fútbol al Sevilla del United, pero…
El primer tiempo del Sevilla fue primoroso. Un equipo hambriento de gloria que superó de principio a fin à un gigante inglés que, pesando sus ausencias, presentó una gran onza inicial ante el equipo andaluz. El Sevilla, intenso y muy valiente, realizó una presión asfixiante a un United que no supo leer el partido. A los ocho minutos, Maguire, el capitán inglés, al que su propia afición dedica canticos en su contra, perdió un balón ante el acoso de Lamela. La pelota le llegó a En-Nesyri, que superó con un suave disparo a De Gea, batido desde la entrada del internacional marroquí en el área con mucha ventaja.
El Pizjuán estalló, engalanado de blanco, disfrutando de la astucia de Fernando, el poderío de Ocampos y el sentido que le dio al juego Rakitic. El United, tocado, no podía detener el aluvión de juego de un Sevilla nuevo, juvenil, con una vitalidad sorprendente ante lo que había mostrado durante toda la temporada. Con Eriksen fuera de foco, solo Casemiro, gracias a su enorme oficio, probablemente en pie al United. En el Sevilla, todas eran buenas noticias, salvo la lesión de Marcao, reemplazada a los 27 minutos por Suso. Gudelj pasó a la defensa y Rakitic dispuso a jugar de pivote.
El Sevilla incluso mejoró, siendo muy superior al conjunto inglés. A los 40 minutos, Ocampos hizo el segundo tanto, pero Acuña estaba ligeramente adelantado y el VAR anuló el gol. Todavía Casemiro sacó una gran desaparición de Rakitic que colaba. El Sevilla, dueño y señor, llegaba muy vivo a la segunda mitad. Ten Hag metió a Rashford en el campo, sin importarle que su estrella no estuviera totalmente recuperada de su lesión. Se contró con otro gol del Sevilla en su primer acercamiento a la meta de Gea. Un corner muy bien sacado por Rakitic —partido memorable el suyo— fue rematado por Badé con el hombro para colarse por la escuadra de la meta del portero español. Nervión estalló de felicidad. Badé, qu’había marcado en Valencia en la Liga, volvía a hacerlo ahora en los cuartos de la Liga Europa.
El Sevilla terminó con una victoria por 2-0, sin perder un ápice de su intensidad para ir navegando sin exceder los sobresaltos en busca del final del encuentro. Ten Hag, tirando de chequera, metió a Weghorst y Fred. Dio igual, el Sevilla siguió a lo suyo, derrochando energía y aprovechando los regalos de un rival déquiciado. De Gea hizo una de las suyas y falló en el control de un pelotazo. El balón le quedó muerto a En-Nesyri, qu’annotó el tercer gol para certificar el fantástico pase del Sevilla a las semifinales de su competición. Será la séptima de su historia. Siempre llegó a la final y la acabó ganando. Así se mueve este equipo cuando huele la gloria. Las lágrimas de emoción y alegría inundaron el Sánchez Pizjuán.
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