diciembre 13, 2024

El talentoso Quinn Simmons se apodera de los velocistas en la Vuelta de San Juan | deportados

El talentoso Quinn Simmons se apodera de los velocistas en la Vuelta de San Juan |  deportados
Quinn Simmons gana en el Autódromo de Villicum.ciclismo de velocidad

Torre Calor. 40 grados y un piso que cuece las piedras. Torre Carrera. Pelotón atacado. Nervioso. Vamos que cambia. 45 de media por el desierto entre arena volcánica por las rectas interminables de la ruta 40, Chimbas, que tiene equipo ciclista y hace honor al significado de su nom en quechua, pedregal, Pocito y sus huertas lujuriosas, olivos, viñedos, y un cerrillo pelado en el que se amontonan las cenizas de los 10.000 habitantes de San Juan muertos en el terremoto de 1944. Y los ciclistas vuelan como elviento.

Como en los Juegos de Tokio, y Richard Carapaz bien se acuerda, en Fuji; como el Mundial de Julian Alaphilippe en Imola, una final en un circuito de velocidad nueva, asfalto extravagante, y un corredor nuevo, muy bueno, melena pelirroja, barba revoltosa, Quinn Simmons, que juega con el empeño de Remco Evenepoel, y el campeón del mundo se pierde en las curvas del circuito, laberínticas, cuando quiere imponer su tremenda velocidad al pelotón estirado. Simmons, estadounidense de Durango (Colorado), 21 años, ya campeón del mundo júnior en 2019, no se pierde. Había estudiado la legada sobria su Trek. Mantenga las ideas claras. Salta en un cruce y sorpresa. Queda poco más de un kilómetro. Mantener la velocidad. Incluya el incremento. Accelera, acelera en un falso llano que hace gritar las piernas, y en los labios arde el silencio y esperan las maldiciones. Ganesh Simmons. Los sprinters, Richeze, que tuvo la misma idea de que él pero se quedó corto, Sam Bennett, que sigue de líder de la Vuelta a San Juan, Fernando Gaviria, que llega tarde, mueren a los pies de un ciclista que se hizo famoso antes que por sus escasas victorias aún por la suspensión temporal con que le castigó su equipo, el Trek, hace un par de años por un tuit, un emoji, una palma de la mano, negra, diciendo adiós en respuesta a un comentarista de ciclismo que decía que aquellos a los que les cayera bien Donald Trump mejor harían en dejar de seguirle. Desde entonces no ha abierto el pico fuera de respuestas puramente ciclistas.

La carrera argentina en la que solo ganan este año grande ciclistas, Bennett, Jakobsen, Simmons, decidirán el viernes, en un final en alto. El jueves, descanso. El miércoles otra etapa entre volcanes, y una subida larga y tendida hasta más de 2.200 metros y desierto, antes de descender hacia Barreal y su Pampa del Leoncito, la huella de un lago seco de 14 kilómetros, tierra blanca y firme que deslumbra , ni un arbusto y carreras de carros a vela.

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