abril 20, 2024

Erupción de La Palma: notas volcánicas | El hacha de piedra

Erupción de La Palma: notas volcánicas |  El hacha de piedra

Hemos visto las imágenes de estos días; la lengua de lava se despliega en las laderas del volcán, destruyendo todo a su paso. Hemos visto a personas huir de sus hogares, salir corriendo llevando sus cosas más preciadas; familias enteras con horror en sus ojos ante la amenaza inminente.

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Para los entusiastas de la literatura, se han hecho realidad aquellos versos de Edgar Allan Poe en los que el autor norteamericano relata la explosión interna de su corazón volcánico, identificándolo con el flujo de lava que fluye sobre el monte Yaanek, en las últimas regiones del polo. «Incansablemente», dice Poe, dando a entender que la pesadilla nunca terminará. Se trata de poesía Ulalume, la misma pieza a la que su discípulo, Lovecraft, años después, se refiere en una de sus novelas que tituló En las montañas de la locura. Una historia siniestra donde describe el paisaje que se puede ver desde un barco que se queda en alta mar, «a favor del viento del humeante Monte Erebus», de donde provenían «bocanadas de humo intermitentes». Es entonces cuando uno de los personajes, un joven llamado Danforth, comenta que esa montaña de fuego había inspirado a Poe, en 1847, a escribir su poema.

Existe la necesidad de comprender el origen del desastre, una urgencia que nunca se satisface con la gran cantidad de información que se nos brinda al respecto.

Porque si hay un autor cuyos relatos se identifican plenamente con la desesperación que experimentan los habitantes de La Palma, ese autor es sin duda HP Lovecraft, cuyo horror cósmico nos remite a una mitología elaborada con elementos sobrenaturales, atributos de su literatura que enseñan en cada párrafo. qué insignificantes somos frente a los misterios que esconde el Universo, en este caso frente a los secretos del interior de la Tierra. Cuando se revelan estos secretos, aparece nuestra esencia y, con ella, aflora la expresión más profunda del ser humano. Esto revela la estrecha relación que existe entre los elementos telúricos y nuestro comportamiento ante el horror.

Existe la necesidad de comprender el origen del desastre, una urgencia que nunca se satisface con la gran cantidad de información que se nos brinda al respecto. Para las personas que identifican la vida con la literatura, las páginas de Lovecraft no nos iluminarán sobre la causa volcánica, sino que lograrán algo más intenso, es decir, acercarnos a la filosofía de origen fabuloso que el autor de Providence cultivó como nadie.

En otro de sus cuentos, titulado DagónLovecraft nos dice que, debido a una explosión volcánica, el fondo del océano se había elevado a la superficie, «exponiendo regiones que durante millones de años habían estado ocultas bajo insondables profundidades de agua». Es entonces cuando describe el limo negruzco que da al paisaje un tono cruel y produce «un terror nauseabundo»; el mismo terror que se produce al observar la lava caliente y pegajosa que se solidifica, de una calidad siniestra y de un color negro como la fortuna de los habitantes de La Palma.

El horror cósmico creado por Lovecraft, y cuya lectura produce un sentimiento de humildad ante la amenaza que late en nuestro universo, se ha manifestado en estos días. La insignificancia del ser humano se acentúa con cada desastre natural, como si la naturaleza quisiera recordarnos continuamente la poca importancia que tenemos. Por eso la ficción, la fábula, la literatura son tan importantes, porque en momentos de catástrofe consigue enseñarnos que toda la realidad puede desgarrarse en cualquier momento.

El hacha de piedra es un apartado donde Montero Glez, con afán de prosa, ejerce su particular cerco a la realidad científica para demostrar que ciencia y arte son formas complementarias de conocimiento.

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