abril 25, 2024

Esquerra y Junts resisten los retos de la COPPA | Cataluña

Esquerra y Junts resisten los retos de la COPPA |  Cataluña
El vicepresidente catalán, Jordi Puigneró, de Junts, y el presidente Pere Aragonès, de ERC, en el Parlamento el miércoles.David Zorrakino (Europa Press)

Algo se rompió en el Parlamento esta semana durante el debate político general. Uno de los aspectos que marcó la política catalana durante el auge del tu elaboras Es la proyección de la CUP como árbitro de la mayoría independentista, amo y señor de la llave para lanzar gerentes y presupuestos. Una influencia que continúa, aunque ya no tanto. ERC y Junts le han transmitido, con el rechazo a su pretensión de celebrar un referéndum antes de 2025 (acordado o no), que no se lo tragarán todo. Y alguna escapada con el PSC de los socios también ha dejado claro que hay otras opciones.

El ejecutivo de Pere Aragonès sigue dependiendo de los anticapitalistas para su sustento, si quiere seguir siendo un gobierno «claramente independentista», como proclamó en la campaña electoral la entonces candidata de Junts y hoy presidenta de la Cámara, Laura Borràs. . Tras el debate sobre la orientación política, sigue la prueba de los presupuestos, donde los nueve de la CUP son indispensables. La gran pregunta es si el plan de ERC y Junts de cara al «tren escocés» propuesto, en referencia a la posibilidad de tal votación en el Reino Unido, afectará la aprobación de las cuentas y, en última instancia, la gobernanza.

El futuro de la legislatura es una combinación de tiempo, probabilidad y posibilidad. Tras la tregua de los primeros 100 días de Aragonès, de la que tanto los agentes sociales como económicos han destacado la erradicación de la contínua lucha pública, ha surgido la habitual desconfianza. Prueba de ello son los enfrentamientos con Junts sobre el futuro de la ampliación del aeropuerto de El Prat y la representación en la mesa de diálogo con el Gobierno. No importa cuán fuerte sea la disidencia, ni siquiera el coordinador nacional de ERC puede convocar elecciones anticipadas. Tiene que esperar un año después de su investidura por ley. Tampoco le conviene el divorcio, aunque el secesionismo continúa sin una hoja de ruta compartida.

Pero hay otras posibilidades. El líder del PSC en el Parlamento, Salvador Illa, criticó duramente al gobierno, pero abrió la mano para saldar las cuentas si había «un cambio de rumbo». El líder de la oposición fue el centro de las críticas al propio Aragonès o al líder de las filas de los Junts, Albert Batet. La lista de reproches era larga: la detención del ex presidente Carles Puigdemont en Italia a través de lo que consideran una estratagema del juez Pablo Llarena y la vigencia del Euroorder, la supuesta falta de una propuesta para resolver el conflicto político en Cataluña más allá de satisfacer antiguas demandas de inversión o el «unilateralismo» renunciando al pacto de ampliación de El Imbécil.

El PSC logró romper la baraja con el apoyo del diálogo y El Prat

Sin embargo, ese baile de reproches no impidió que las propuestas de resolución socialistas dividieran el voto del Ejecutivo en algunos casos. Esto resalta que si lo desea, puede llegar a acuerdos más allá de los bloques. El PSC y los Junts presentaron un texto a favor de la organización de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2030. ERC e común se quedaron solos para argumentar que el referéndum sobre la viabilidad del evento también se llevó a cabo en ciudades que habrían sido sedes secundarias, como Barcelona. Los republicanos no dudaron en advertir del espectro de la sociovergencia, el clásico pacto de poder entre socialistas y la desaparición de la Convergència que marcó la política catalana en la democracia y que sobrevive, por ejemplo, en la Diputación de Barcelona. El espectro también apareció en la propuesta sobre la ampliación de El Prat. La CUP se opone a ambos proyectos.

Illa rompe la baraja

ERC también ha demostrado otras fuerzas independentistas que puede unirse al PSC y al común. Los tres, con el no De Junts y los anticapitalistas argumentaron que la mesa de diálogo era «de gobierno a gobierno», es decir, solo con ministros y asesores en las delegaciones. Junts fue retirado de la mesa por proponer a su secretario general, Jordi Sànchez, y a su vicepresidente, Jordi Turull. Ambos fueron condenados a juicio tu elaboras y perdonado por el gobierno.

Finalmente, que existan posibilidades no significa que sean probables. Tanto en ERC como en Junts, una vez finalizado el debate, confían en que la CUP votará a favor de las cuentas. El baile de las negociaciones comenzará a mediados de este mes. Fuentes del Departamento de Economía reconocen que no será fácil, pero el discurso oficial es que trabajarán para el de los dirigidos por Dolors Sabater en el Parlamento. Hay algunas letras escondidas, en cuanto a presupuesto, para seducirlos.

Un pacto con las luchas socialistas dos años de municipal

Otro sentimiento compartido por varios exponentes de las dos formaciones gubernamentales es que la Copa ha perdido su mano tensándose la cuerda. Podría ser el fin de los días en que se jactaba de haber enviado a Artur Mas «al basurero de la historia» o de haber dejado caer a Turull en el debate de investidura la víspera de su ingreso en prisión preventiva en 2017. Los anticapitalistas, con un representante en el Mesa del Parlamento, tienen que empezar a asumir responsabilidades. Y el año pasado vieron cómo el socio de las cuentas era Catalunya en Comú-Podem.

Los republicanos no ocultan su enojo al enterarse de la propuesta de referéndum de los medios. En Junts la situación es más delicada porque tanto Borràs como sus colaboradores más cercanos creen que los anticapitalistas les han puesto el gatillo gratis. La presidenta y segunda secretaria de la mesa, Aurora Madaula, podrían ser descalificadas si la justicia determina que se ha desobedecido al Tribunal Constitucional al elaborar la propuesta de la CUP en el debate. Su malestar fue tan grande que obligaron a los Junts a votar en contra de la propuesta en lugar de abstenerse, lo que se suma a que el mandato del 1-O solo es reemplazado por un referéndum acordado.

El técnico colombiano Francisco Maturana tiene en su repertorio la famosa frase «perder siempre es ganar un poco». Se adapta al PSC como un guante. Un pacto de gobierno es impensable, especialmente con las elecciones municipales a menos de dos años y la guerra por la hegemonía política viva. Pero la puerta al apoyo presupuestario está abierta y el tabú de al menos tocarla se está desmoronando.