abril 25, 2024

Etiopía expulsa a siete altos funcionarios de la ONU por «inmiscuirse» en asuntos nacionales | Planeta futuro

Etiopía expulsa a siete altos funcionarios de la ONU por "inmiscuirse" en asuntos nacionales |  Planeta futuro

El gobierno de Etiopía anunció este jueves la expulsión de siete altos funcionarios de las agencias humanitarias de las Naciones Unidas (ONU), entre ellos UNICEF, que han sido declarados persona no agradecido por «inmiscuirse en los asuntos internos» de Etiopía y con 72 horas para salir del país. UNICEF considera la decisión «deplorable y alarmante» en medio de la crisis humanitaria en la región etíope de Tigray debido a la guerra.

«La decisión del gobierno etíope de expulsar al representante de UNICEF al país (junto con otros miembros del equipo de liderazgo de la ONU) es deplorable y alarmante», dijo la agencia a cargo de los asuntos de la infancia en un breve comunicado. “UNICEF ha estado presente en Etiopía durante más de 60 años trabajando para promover y proteger los derechos de los niños más vulnerables. A medida que la situación humanitaria en el país se deteriora (y los niños pagan por ella), nuestro trabajo es más urgente que nunca ”, subraya el mensaje.

La agencia de la ONU también indicó que tenía «plena confianza» en los equipos que trabajan sobre el terreno para «salvar la vida de los niños», guiados «como siempre» por los «principios de imparcialidad, humanidad, neutralidad e independencia». “Nuestros programas continuarán. Nuestra única prioridad es apoyar a los niños que necesitan nuestra ayuda con urgencia, estén donde estén ”, concluyó Unicef.

La ONU ha advertido en repetidas ocasiones sobre la grave crisis humanitaria en Tigray y otras áreas y ha denunciado repetidamente las dificultades que encuentra para llevar ayuda a la población. La Guerra de Tigray comenzó el 4 de noviembre, cuando el gobierno etíope lanzó una ofensiva contra el Frente Popular para la Liberación de Tigray (FPLT), el partido que gobernaba la región en ese momento, luego de la escalada de tensiones políticas y en represalia por un ataque a una base militar federal. El 28 de junio, el ejecutivo etíope anunció un «alto el fuego unilateral humanitario» y el ejército se retiró de varias ciudades de Tigria, incluida la capital, Mekele, pero las fuerzas amharianas (que estaban luchando junto al gobierno y de hecho tienen áreas anexadas a las que reclamar derechos), permaneció allí.

En este contexto, los rebeldes de Tigray han recuperado terreno y el conflicto se ha extendido a las regiones vecinas de Afar y Amhara. Desde noviembre, miles de personas han muerto, alrededor de 2 millones han sido desplazados internos en Tigray y al menos 75.000 etíopes han huido al vecino Sudán, según cifras oficiales. Además, casi siete millones de personas enfrentan una «crisis de hambre» en el norte de Etiopía como resultado de la guerra, advirtió el mes pasado el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas. Al igual que UNICEF, la propia ONU y actores internacionales como la Unión Europea también enviaron mensajes este viernes quejándose de las expulsiones ordenadas por el gobierno etíope.

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