marzo 29, 2024

FC Barcelona: Los jóvenes del Barça piden un mensaje alternativo | Deportes

FC Barcelona: Los jóvenes del Barça piden un mensaje alternativo |  Deportes

Gran parte de la magia del fútbol radica en su capacidad para producir revanchas y redenciones. Es la naturaleza cambiante de sus emociones, siempre al borde del extremo, lo que fomenta el misterio y la fascinación. Es igualmente caprichoso acabar con la felicidad y la tristeza sin previo aviso ni garantía de continuidad. Cuando esto sucede, su agitación es más fácil de sentir que de explicar. En eso está el Barça.

Tras varias semanas de desesperación y enfado, el Barça jugó bien ante el Levante. Ganó con una facilidad sin precedentes para los tiempos que corren en el equipo. Esta vez el Levante no se parecía al equipo que tantas veces les ha atormentado. No se sabe si su docilidad invitó al excelente partido azulgrana o viceversa.

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Sea cual sea el motivo, el Barça negó verse obligado a jugar mal, premisa que se instaló sin motivo alguno. Recordó al solvente equipo que derrotó 4-2 a la Real Sociedad en el primer partido liguero, pocas horas después de la abrupta salida de Messi del club, entre los peores augurios, luego confirmado, pero no en ese partido ante otro rival competidor.

El Barça desperdició su impulso inicial para construir la historia que necesitaban. No hay nadie en el fútbol, ​​y menos su afición, que no sea consciente de las desgracias que les aquejan. Casi todo el mundo es conocido y hasta los aficionados más optimistas no esperan un Barça campeón. En medio de las dificultades actuales, aspiran a una regeneración bien planificada, tanto en el club como en el equipo. Ya no quieren las mismas cosas que han sufrido durante los dos últimos años: opacidad, desacuerdo, conflicto y decepción.

Esa victoria ante la Real Sociedad no se recuerda porque quedó sepultada en posteriores desastres azulgranas, dentro y fuera del terreno de juego. Prefirieron desahogar las tensiones y erosionar la confianza en el equipo, sujeto a una disminución radical del grado de autoestima. Se prefirió el ruido a la calma, la comparación al acuerdo, la coartada a la convicción. El Barça carecía de un discurso claro y unificador, imprescindible para superar la crisis que soporta.

La victoria ante el Levante le devuelve al puesto que ocupaba tras derrotar a la Real Sociedad. No lo salva de los problemas que lo acosan, pero le ofrece la oportunidad de enmendar los constantes errores que se han cometido en las últimas semanas. El partido con el Levante ha desmentido, por ejemplo, un mantra de la última década: la insolvencia futbolística de su cantera.

Siete jugadores, algunos veteranos como Piqué y Busquets, y otros adolescentes, como Gavi (17), han aparecido en el equipo titular, cuyo principal mérito ha sido parecerse a lo que se espera del Barça. Tenía una identidad, recursos y nervios fuertes. La reaparición estelar de Ansu Fati coronó el partido y elevó al máximo la temperatura emocional en el Camp Nou. Ansu Fati se queda con el ángel que lo acompañó en su primera llegada, cuando, sin cumplir los 17, entusiasmó a la afición del Barcelona. En el segundo, tras cuatro operaciones y 10 meses de ausencia, tardó un momento en marcar un gol y convocar la alegría del Barcelona.

El Barça recupera la posibilidad de construir una narrativa seductora: un equipo joven, sin vicios adquiridos, vulnerable sin duda, pero con el tipo de compromiso y criterio que engancha a la gente. Funcionará si encuentran refugio en el club, si el Barça puede sustituir su actual mensaje vacío por un discurso convincente. Es el tipo de oportunidad que suele ofrecer el fútbol para pasar del lloriqueo al engaño. O eso, o más ruido y agonía.

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