abril 20, 2024

Gestos en Venezuela | Opinión

Gestos en Venezuela |  Opinión
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en Caracas (Venezuela).Prensa Miraflores / EFE

La sucesión de hechos en las últimas semanas en Venezuela, incluida la conformación de un nuevo Consejo Nacional Electoral luego de años de esfuerzos, sugiere una nueva etapa política que debe ser explotada por todos los actores, especialmente dentro del país caribeño. Es innegable que los gestos son el resultado de una serie de conversaciones entre el gobierno, la oposición y la comunidad internacional que no surgieron de la noche a la mañana. Todo lo que se adentre en este camino puede ayudar a paliar, de una vez por todas, la crítica situación que asola a Venezuela por la deriva del chavismo.

Está claro que todo gesto positivo del régimen debe ser visto con la máxima cautela y escepticismo: su propia historia así lo requiere. Sin ir más lejos, basta recordar cómo a finales del año pasado impulsó el intento de promover unas elecciones legislativas libres y justas, negándose, entre otras cosas, a aceptar las condiciones por las que trabajaba la Unión Europea. Esto no significa que no se deban explorar las opciones. Cualquier negociación o acuerdo no debe verse como una forma de legitimar a Maduro. Un pacto con el programa de alimentación de Naciones Unidas o la participación del mecanismo multilateral Covax no es un globo de oxígeno para el régimen, sino para una población que se ha hundido, en su gran mayoría, en una pobreza desenfrenada y ha sufrido una catástrofe durante años: el humanitarismo. Sin precedentes.

Sería ingenuo pensar que el chavismo no seguirá intentando profundizar la brecha entre las distintas facciones de la oposición. Por lo tanto, es importante cerrar filas, trabajar por un puesto consensuado – que, en última instancia, debería ser lo que uno aspira en una elección presidencial hipotética – y mientras tanto no arriesgar una diferencia. El descontento de los políticos en Venezuela es alarmante. Los enfrentamientos internos no fortalecen al chavismo, que no ha ganado terreno a pesar de mantenerse en el poder sobre la base del autoritarismo, pero debilitan cada vez más a la oposición.

Hay un factor de optimismo en este nuevo capítulo. La llegada de Joe Biden a la Casa Blanca ha provocado el ablandamiento de las posiciones más radicales de Estados Unidos, actor clave en esta crisis ya que ha aplicado sanciones muy duras contra Venezuela. Los esfuerzos de la nueva Administración norteamericana están destinados a llevar a cabo elecciones libres y transparentes, en línea con lo que proponen los principales países de la UE, entre ellos España, que está jugando un papel fundamental entre bastidores, como subrayan todos los actores. Aún queda un largo camino por recorrer. Depende del chavismo dar la mayoría de los pasos, alejarse de su deplorable deriva autoritaria y allanar el nuevo camino que Venezuela necesita desesperadamente.