La última vez que recorrió los largos pasillos del Palazzo Chigi y se acercó al mobiliario renacentista del lujoso palacio romano, fue primer ministro. Ha pasado poco tiempo, todo fue el pasado mes de enero. Pero políticamente las cosas van rápido en Italia. Y de la misma manera que Giuseppe Conte dejó de ser presidente del Consejo de Ministros de la noche a la mañana, piensa ahora su equipo, podría volver a serlo pronto. El lunes por la mañana, el nuevo líder del Movimiento 5 Estrellas (M5S) regresó a su antigua oficina para encontrarse con Mario Draghi, su sucesor. Un encuentro importante para la parte simbólica, pero también para la discusión sobre la reforma judicial que la había motivado. Un tema que le sirvió a Conte para marcar su perfil político y para formalizar su regreso a la política.
Ambos mandatarios deben acordar en los próximos días la reforma de la justicia si quieren que el clima en el ejecutivo siga siendo colaborativo. Conte acaba de superar una amarga batalla con el fundador del M5S para hacerse cargo de la refundación del antiguo partido antisistema. Y el ex primer ministro ahora quiere dar forma a su perfil pidiendo a Draghi que introduzca cambios en el proyecto de ley que entregó la ministra Marta Cartabia y que el Consejo de Ministros aprobó hace una semana. Entre otras cosas, la reforma prevé una duración máxima de dos años para los juicios de apelación y un año en la Corte Suprema, aunque con prórroga en caso de delitos graves de mafia, narcotráfico o corrupción. Pasados estos tiempos, no será posible proceder con los juicios salvo por delitos que puedan derivar en cadena perpetua.
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El problema es que algunas posiciones, a pesar del excelente tono del encuentro, son bastante remotas. Y que los tiempos en los que Draghi propuso zanjar este asunto son demasiado acertados para entrar en cambios demasiado sustanciales.
Conte llegó a tiempo y se reunió con Draghi en las habitaciones donde solía hacerlo él mismo con sus invitados hasta enero. En el entorno del premier se agradeció el tono y la moderación del interlocutor, aunque aún no está claro hasta dónde quiere llegar el nuevo líder del M5S. En cualquier caso, el margen no es grande. La reforma de la justicia y el momento en que debe implementarse son parte de las condiciones para acceder a los fondos del Plan de Recuperación de la Unión Europea. Y Draghi generalmente no hace concesiones en este tema. “Durante la entrevista, el presidente confirmó que el gobierno puede prever pequeños cambios técnicos, como ya se había previsto en el Consejo de Ministros. Pero no se puede reescribir ni cambiar demasiado porque este trabajo es el resultado de la mediación entre todas las fuerzas políticas. Draghi también reiteró una vez más la importancia de proceder con tiempos de aprobación rápidos ”, dicen fuentes del Palazzo Chigi.
El M5S está en contra de la reducción del plazo de prescripción por delitos. De hecho, en la reforma anterior que aprobaron, se eliminó el límite después de la primera sentencia y en algunos casos penales. Pero un cambio importante en esta línea desequilibraría el juego de equilibrio encontrado por Draghi en el Consejo de Ministros con el resto de fuerzas que integran el Ejecutivo, especialmente con Forza Italia, Liga e Italia Viva, recuerdan fuentes del Palazzo Chigi. Si también pidieran cambios, no sería posible cumplir con los plazos establecidos estrictamente definidos por la fecha en la que debe comenzar la votación en el Parlamento: 23 de julio.
