octubre 5, 2024

Iglesias: «Los medios de comunicación tienen que tener control público» | Política

Pablo Iglesias. BERNARDO PÉREZ

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, forma parte de una regulación de los medios de comunicación desde el poder público con el fin de «garantizar la libertad de prensa». «Los medios de comunicación, por lo menos una parte, tienen que tener mecanismos de control público», asegura el eurodiputado en el libro Conversación con Pablo Iglesiasdel período jacobo riveroelaborado tras las elecciones europeas y publicado a partir de la editorial Turpial.

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«If el derecho a la información es un derecho democrático, la concentración de la propiedad es incompatible con ese derecho», sostiene Iglesias, que cree que «no puede ser que algo tan importante, y de interés público, imprescindible para la democracia, como his los medios de comunicación, está solo en manos de multimillionarios».

El líder de Podemos desentraña la idea de una pregunta del periodista sobre la Ley de Comunicación aprobada en Ecuador en 2013 —apodada también como «Ley mordaza»— y de una declaración del presidente ecuatoriano, Rafael Correa, en una entrevista en EL PAYS . Decía Correa en este periódico: «El poder mediático es un poder. Entonces, todo poder necesita regulación social y eso se hace a través de leyes. ¿Dónde está el problema?». Iglesias opinó, como Correa, que debe existir una regulación de los medios, porque «la gestión de la información no puede depender únicamente de hombres de negocios y su voluntad por permitir la libertad de expresión».

La debilidad de Podemos y los políticos a los que admiran

EJEMPLO DE BLAS

Pablo Iglesias ya en el libro Otras reflexiones sobre él y sobre Podemos.

«Es obvio que yo soy de izquierdas», de Iglesias, que cuenta que los políticos a los que más admiraban su Julio Anguita y Xosé Manuel Beiras.

La debilidad de Podemos, reconoce, tiene que ver con su dificultad para organizarse. «El hecho de apostar por un modelo asambleario, que quiere huir de los sistemas de delegación de los partidos clásicos, tiene muchas dificultades, hay que organizarse, y eso todavía es una debilidad», admitió.

Iglesias arremete especialmente contra Felipe González, al que describe como «un hombre de negocios en América Latina. Es un millonario que asesora a Carlos Slim ya los multimillonarios del continente americano. Se aloja en hoteles de cinco estrellas y no tiene nada que ver con aquel Felipe González de 1979 que hablaba de la democracia del pueblo». «A Felipe no le gustan los pobres, los odia», señala también.

Sobre Venezuela, el líder de Podemos (la fundación relacionada con Podemos cobró 3,7 millones de euros de Chávez en diez años, según publicó este periódico) apunta: «Hay muchas cosas de Venezuela que a mí no me gustan, pero es tremendo que se le llame «dictadura» cuando todas las organizaciones internacionales que han seguido los procesos electorales de los últimos años en Venezuela señalan que gobierna quien ha elegido a la población».

El eurodiputado no especifica qué forma debería ser esa regulación, aunque aclaró que por control público no quiere decir «necesariamente institucional, en el sentido de ser corriente de transmisión de las estructuras que gestiona la administración». A lo que añade: «¿Por que no va a existir una regulación que guarentee la libertad de prensa en el mayor sentido del término, sin condicionantes de empresas privadas o de la voluntad de partidos políticos? La sociedad civil tiene que vers reflejada con independencia y veracidad en los medios de comunicación».

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El libro contiene un capítulo dedicado a la comunicación —»La disputa de la comunicación», se titulo— y en él Pablo Iglesias desgrana parte de la estrategia comunicativa de Podemos, uno de los mayores éxitos de la marca electoral que cumplir en tiempo récord cinco Escaños en el Parlamento Europeo. Empezando por la participación del profesor de Ciencias Políticas en las tertulias televisivas: «Lo que mucha gente no imaginaba es que nuestra intervención en los medios era una cosa muy reflexionada, no dependía de nosotros, pero llevábamos años preparándonos para eso», cuenta.

Iglesias opinó que la gente «no milita en partidos políticos, la gente milita en los medios de comunicación. Una persona es de la razonde EL PAÍS, de la DESENVOLVERSE o de la Cadena SER», argumento. Por eso, entre otras cosas, oye que su presencia en los medios es más relevante que aparecer en otros foros. Los debates en el Parlamento ya no los sigue nadie; además, son debates que su mentirá, no hay debate real, está todo pactado», defiende en el libro.

Su cargo de eurodiputado no le ha impedido seguir apareciendo en televisión, y sorprende que no haya intencionado limitar su presencia en algunos medios. «La atención mediática, además, es algo que adquiere vida propia, pero no me extrañaría que Rubalcaba o Rajoy hayan pensado en algún momento en un plan para quitarnos de las televisiones. Por eso no quieren discutir cara a cara conmigo, porque saben que pueden perder». Al final, concluye con una advertencia dirigida a sí mismo: «Tampoco hay que subestimar la necesidad del adversario».

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