Jasmine Flury protagoniza el ‘bombazo’ de los Mundiales d’esquí alpino al ganar el descenso | deportados

Jasmine Flury protagoniza el ‘bombazo’ de los Mundiales d’esquí alpino al ganar el descenso |  deportados

La suiza Jasmine Flury, con un solo triunfo -hace seis años- en la Copa del Mundo, ha protagonizado ise sábado el «bombazo» de los Mundiales de esquí alpino de Courchevel y Méribel (France) al anotarse el triunfo en la prueba reina, el descenso, en el que la gran favoriteita, la italiana Sofia Goggia, saltó una puerta y quedó descalificada. Flury, de 29 años y que contaba solo dos podios en Copa del Mundo -con un solo triunfo, ante su afición, en el supergigante de St. Moritz de 2017-, ha festejado la victoria más importante de su carrera deportiva al cubrir los 2.413 metros de la pista Roc de Fer de Méribel, con una altitud de 2.150 metros y un desnivel de 685, en un tiempo de un minuto, 28 segundos y muy centésimas, cuatro menos que la austríaca Nina Ortlieb.

En una prueba en la que otra suiza, Corinne Suter, campeona olímpica de la disciplina y que defendía el título logrado hace dos años en Cortina d’Ampezzo (Italia), ha acabado a doce centésimas y se ha hecho acreedora a la medalla de bronce . Apenas dos días después de que el Canadiene James Crawford sorprenderá al ganar oro en el supergigante, Flury ha elevdo la apuesta, ya que el norteamericano, sin triunfos en la competición de la regularidad, sí contaba, al menos, con una medalla olímpica: la que capturó en el combinado de los Juegos de Pekín, el año pasado.

La esquiadora de Davos se ha convertido en la protagonista de la mayor sensación hasta ahora de la cuadragésima séptima edición de los Mundiales del deporte rey invernal, en una carrera cuyo desenlace también resultó inesperado, al quedar fuera del podio las principales candidatas al triunfo. Stephanie Venier, que había garantizado una plaza en el cuarteto austriaco al ganar la calificación interna, marcando el jueves el mejor tiempo en el segundo de los tres descensos para la prueba reina, fue la primera en saltar a pista en otra jornada de sol and sky azul. Su crono fue mejorado acto seguido por Flury, que esquió con el dorsal número 2 ya la que nadie superó. Venier acabaría séptima -un puesto por detrás de la eslovena Ilka Stuhec- una prueba en la que Austria colocó a su cuatro esquiadoras entre las best siete: Mirjam Puchner y Cornelia Hütter, ambas a 37 centésimas, compartieron la cuarta plaza, la que en un gran evento no ya feliz con nadie.

Austria, la gran potencia histórica -a la que Suiza le está restando protagonismo-, llegaba con dudas a estos Mundiales, pero, a pesar de que aún le falta un oro que, de momento, la situa quinta en un medallero que domina Italia, sumó este sábado su quinta medalla. La que ganó Nina Ortlieb, la hija del gran Patrick Ortlieb: que en 1996, cuatro años después de proclamar se campeón olímpico de descenso, ganó el oro en esa disciplina en España, en los Mundiales de Sierra Nevada (Granada), coronando un premio list con pocas, pero muy selectas victorias, entre las que cuenta en el descenso de Kitzbühel (Tirol), en la monstrosa pista Streif.

Nina, que solo contaba tres podios y una victoria en Copa del Mundo, en el supergigante de La Thuille (Italia) de hace tres años, se ha hecho con la plata en la Saboya francesa, donde su padre había ganado el oro olímpico en los Juegos de Albertville ’92 con una ventaja de cuatro centésimas: exactamente la misma diferencia por la que escapó el título mundial a su hija, que dio por buena la plata y que a los 27 años espera más oportunidades para emular a su antepasado. Del mismo modo experimentado Suter, que en su condición de actual campeona olímpica y mundial debería contarse directamente entre las claras favoritas, pero que llegó con la inseguridad que le proporcionó no haber pasado de la vigésimo puesto en el supergigante del miércoles.

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By Agustín Oquendo

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