abril 20, 2024

Joaquín Estefanía: ‘Cul de sac’ | Ideas

Joaquín Estefanía: 'Cul de sac' |  Ideas
Protesta durante la presentación de la “Ley para garantizar el derecho a una vivienda digna y adecuada”, en la Plaza de las Cortes, el 30 de septiembre de 2021, en Madrid.Eduardo Parra (Europa Press)

1. Este cálido otoño es diferente a los demás. No se trata del tradicional enfrentamiento entre los gobiernos, cualquiera que sea su signo, y los sindicatos, sino de las tensiones que estallan frente a los ciudadanos, incluso gestuales, entre las distintas sensibilidades que conviven en el Consejo de Ministros. Del resto, destacan dos cuestiones: una ley de vivienda (que, sobre todo, controla los alquileres), con muchos meses de retraso, y la reforma del Impuesto sobre Sociedades.

Quizás el mejor notario sobre qué hacer esté en el acuerdo de coalición PSOE-United Podemos, que regula la actividad del ejecutivo. UP apela constantemente a ese documento. El secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez (UP), lo dijo en blanco y negro: «Los presupuestos generales del Estado deben servir para desplegar el pacto de coalición».

Lo que dice este convenio es mucho más decisivo en relación al impuesto de sociedades que al alquiler de la casa. «Pararemos el aumento de las rentas», impulsando «las medidas regulatorias necesarias para poner un tope a las subidas abusivas de las rentas en algunas zonas del estresado mercado». Texto genérico. Sin embargo, “se reformará asegurando una tributación mínima del 15% para las grandes empresas, que se incrementará al 18% para las entidades financieras y empresas de hidrocarburos” es mucho más específico.

2. «Lo prometo: a finales de 2021 pagaremos la misma electricidad que en 2018». Palabra de Pedro Sánchez hace casi un mes. Es una gran promesa. En política, las fuertes promesas de un líder o partido a veces se convierten en parte de sus señas de identidad (por ejemplo, «Acortaré la reforma laboral»). Los ciudadanos no suelen olvidarlos y posiblemente evaluarán su cumplimiento en forma de voto.

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El primer ministro arriesgó mucho. Veintiocho días después, a pesar del plan de choque que bajó los impuestos a la electricidad y le quitó parte de las ganancias a las eléctricas («ganancias del cielo», acertadamente se las llama), continúan los incrementos históricos y los precios. Y esto se debe, en gran parte, a factores exógenos frente a los cuales los Estados-nación se han oscurecido como instrumentos de intervención. Hay escaladas de muchas materias primas energéticas en todas partes, como el gas, el carbón, el petróleo y los precios inusualmente altos de los derechos de emisión de CO2 en Europa. La inflación sube.

3. El consenso de los economistas ha dicho, hasta ahora, que se trataba de una subida de precios transitoria. Así fue como resistió durante los primeros seis meses de inflación. Pero en septiembre subió al 4%, algo que no sucedía desde el mismo mes de 2008, cuando Lehman Brothers quebró y se sospechaba que podía pasar cualquier cosa. Trece años después, algunos comienzan a dudar. La inflación es el impuesto de los pobres y su evolución no concierne solo a la canasta de la compra, sino también a la economía política a través de los presupuestos estatales.

Es un círculo vicioso al que se ha sumado un nuevo elemento, desconocido por varias generaciones de ciudadanos: la escasez de suministros (cuando un bien escasea, cuesta más). Un buen número de sectores -el buque insignia, en este caso, son los vehículos de motor- están experimentando cuellos de botella y reduciendo su oferta en un momento en que el consumo (demanda) está en alza. La falta de semiconductores, plásticos, metales industriales, químicos, etc. se esparce como una balsa de aceite y se manifiesta en la vida cotidiana en forma de esperas más largas.

Todo ello dificulta la recuperación de la economía en un momento en el que han surgido dudas estadísticas sobre su fortaleza. Aunque la vicepresidenta primera del gobierno, Nadia Calviño, defiende las previsiones del gobierno como si no hubiera pasado nada, los demás institutos de previsión han comenzado a corregirlas a la baja. La mejor resistencia son las vacunas, los ahorros domésticos y los fondos europeos. Así es como están las cosas.

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