La escasez global de chips o semiconductores está provocando que los plazos de entrega de los coches nuevos sean de entre cuatro y seis meses, cuando lo normal es de uno a tres. Según ha explicado a CincoDías el presidente de la asociación de comerciantes (Faconauto), Gerardo Pérez, el sector está «preocupado» porque todo parece indicar que la falta de estos componentes perdurará más allá del verano del próximo año.
De hecho, Seat ha pactado con los sindicatos un expediente de regulación de empleo temporal (ERTE) en la planta de Martorell (Barcelona) desde el 27 de septiembre de este año hasta el 31 de junio de 2022, una señal de que los productores se preparan para otro año difícil para el sector.
“La crisis de los microprocesadores está agravando una situación inicialmente muy complicada para las redes de concesionarios y el automóvil en general, ya provocada por la pandemia”, enfatiza Pérez. Un coche incorpora hasta 14.000 semiconductores, por lo que esta situación está provocando dos situaciones: que los consumidores posterguen la compra hasta que no haya más certeza o que opten por un vehículo usado.
Eso es lo que señala a este diario el presidente de la patronal distribuidora (Ganvam), Raúl Palacios. «La crisis global de los componentes pesa el ritmo de producción de vehículos y provoca un efecto en cadena: el concesionario no tiene existencias para satisfacer la demanda y, por lo tanto, el comprador se retrasa más de cuatro meses en la entrega del nuevo vehículo. Entrega del nuevo El vehículo desplaza la demanda en el mercado de segunda mano ”, indica.
Según Palacios, los coches usados de mayor éxito son los de entre tres y ocho años, procedentes del canal de importación y de la renovación de flotas de la empresa (alquiler). Los datos de Ganvam reflejan que el canal de importación creció un 10% en agosto respecto al mismo mes de 2019 (el año pasado sin Covid-19), con 6.475 operaciones. El canal de leasing, por su parte, fue un 17% más que en 2019, hasta las 8.648 unidades.
discordancia
En la línea de Faconauto, la asociación de fabricantes, Anfac, advierte que «las previsiones indican que el ritmo de producción de estos componentes no se adaptará a la demanda del sector de la automoción hasta después del primer semestre de 2022».
En España, segundo mayor fabricante de Europa y octavo del mundo, la producción de vehículos registró un descenso del 21,6% en el primer semestre del año respecto al mismo periodo de 2019, o 300.000 coches menos, alcanzando los 1,2 millones. De unidades. De esta cantidad, según cálculos de CincoDías con datos proporcionados por varias plantas, más de 130.000 unidades no fueron ensambladas por falta de repuestos.
La industria advierte que las ventas de este año serán un 25% inferiores a las registradas en 2019 [1,25 millones de unidades]. Hay que tener en cuenta que uno de cada cuatro vehículos vendidos en España es de producción nacional. El motor, que no está acostumbrado a acumular estos componentes, ya ha denunciado en varias ocasiones la dependencia que tiene Europa de Asia. La Asociación Europea de Componentes de Automóviles (Clepa) estima que la escasez de chips ya ha retrasado la producción de 500.000 coches solo en el Viejo Continente.
En este contexto, la Comisión Europea ha anunciado su intención de crear un nuevo «ecosistema» de fabricación de chips para mantener a la UE competitiva y autosuficiente. El objetivo es que los Veintisiete produzcan el 20% de los semiconductores del mundo para 2030, en comparación con el 10% que ensambla actualmente.
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