El cerebro es un lugar muy críptico. Imagina, por ejemplo, que escuchas un sonido. Da igual que sea el de una voz o el de una canción. En cuanto tu cerebro recibe este estímulo empieza un complicado proceso para ‘transcribir’ esta información mediante señales eléctricas, interpretar su contenido y almacenarlo. ¿Pero qué ocurre si captamos las señales que ha grabado nuestro cerebro? Hasta hace unos años, era prácticamente imposible descifrar de qué se trataba pero ahora, gracias a técnicas de inteligencia artificial, estamos cada vez más cerca de ‘leer la mente’. Un estudio liderado por la Universidad de Berkeley, por ejemplo, ha logrado captar cómo nuestro cerebro registra las canciones de Pink Floyd y, a partir de ahí, descifrar esta señal para recrear el sonido.
La investigación, publicada este mismo martes en la revista científica ‘PLOS Biologia’, se ha realizado de una forma un tanto curiosa. En primer lugar, los científicos ‘aprovecharon’ la operación de una treintena de pacientes con epilepsia para poner de fondo la icónica canción de ‘Another brick in the wall’ de la banda británica. A partir de ahí colocaron unos 2.600 electrodos en el cerebro de los voluntarios para registrar su actividad cerebral y ver cómo respondían ante la música. Después, recogieron toda esa información y desarrollaron un sistema basado en técnicas de inteligencia artificial para ver si eran capaces de traducirla de nuevo en señales acústicas reconocibles.
¿El resultado? En primer lugar, se logró identificar qué áreas del cerebro se activan para ‘grabar’ la música. Y en segundo lugar, y más importante, se consiguió transcribir de forma «reconocible» buena parte de la canción de Pink Floyd. «Las frases y el ritmo de la canción se han podido reconstruir de forma reconocible a partir de las señales cerebrales. Algunas palabras resultan un poco turbias pero aún así se pueden descifrar», explican los investigadores que han liderado este trabajo. También se trata de la primera vez que se logra reconstruir una canción a partir de grabaciones cerebrales.
¿De qué sirve todo esto?
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Y ahora llega la pregunta clave. ¿De qué sirve todo esto? ¿Para qué querrían unos científicos adentrarse en las señales cerebrales para descifrar tus pensamientos? Pues bien, la respuesta va mucho más allá de la anécdota en sí. Según argumentan estos neurocientíficos, encabezados por Robert Knight, este tipo de tecnologías podrían, en un futuro, utilizarse para ayudar a las personas que han perdido la movilidad o la capacidad del habla a comunicarse con el exterior. Ya hay varios estudios que, por un lado, están mejorando las técnicas para ‘transcribir’ las señales cerebrales y, por otro lado, avanzan en la creación de una interfaz que conecte un cerebro con un ordenador.
El estudio realizado con la banda sonora de Pink Floyd también ha desvelado un aspecto hasta ahora inédito sobre el funcionamiento de nuestro cerebro. «Descubrimos que existe una subregión del lóbulo temporal encargada de la percepción del ritmo», explican los autores de este trabajo. De los más de 2.600 implantes utilizados para medir la actividad cerebral de los pacientes que han participado en este estudio, se descubrió que tan solo había unos 347 que se activaban para registrar la música. Estos se ubicaban principalmente en tres regiones: la circunvolución temporal superior, la corteza motora sensorial y la circunvolución frontal inferior. Este mapeo, a su vez, también resulta clave para seguir desencriptando el funcionamiento de nuestro cerebro.
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