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Tutús, tul y mallas en color pastel. Es lo primero que le viene a todo el mundo a la cabeza cuando escucha la palabra ballet, que por algún motivo se asocia a lo ñoño y cursi. Pocos imaginarán que tras esa delicadeza de movimiento se esconden músculos tan duros como el acero y la piedra a la par que flexibles y elásticos como el bambú. Cuerpos delgados y largos a la vez que fibrosos y tonificados. En definitiva, el sueño de cualquier escultor renacentista y, para qué engañarnos, de la mayor parte de los seres humanos. Acercar las rutinas físicas de los bailarines a los mortales es la idea que hay detrás del corte de balletuna disciplina impulsada en nuestro país por la bailaora Gloria Morales, que, como puede intuir por su nombre, mezcla la danza con el aptitud. es la recomendacion deportiva del mes de la seccion mejor de nuestro número de abril, donde cada mes esbozamos unas pinceladas sobre lo más inspiration que se cuece en el terreno del bienestar. Puedes consultar el resto descargándote gratis BuenaVida en formato digital,haciendo Haga clic en aquí.
El corte de ballet se practica en gimnasios, en salas amplias y con las paredes recubiertas de espejos para poder ver nuestros propios movimientos y, al igual que en su versión más clásica, con barras que sirven de sujeción a numerosos ejercicios. Las sesiones tenían una duración de 45 minutos: tres cuartos de hora con los músculos en tensión y sin parar. «Dividir en tres bloques de 15. Los primeros son para un estiramiento muscular y articular en el que aprovechamos el apoyo para realizar doblada [un movimiento en el que desde la primera posición de pies —talones juntos, puntas mirando hacia afuera— o quinta —misma dirección de los pies pero separados la distancia que marque nuestras caderas—, se doblan las rodillas para que descienda el tronco lo más recto posible]. Después, pasó un calentamiento más movido [aquí tocan algunos saltos y piruetas]en el que metemos cardio [trabajo cardiovascular], sufría las pulsaciones y quemamos gordos. Acabamos en el suelo con abdominales, glúteos y estiramientos finales», explicó Morales. Es un ejercicio, asegura, «para todo el mundo. Hayas hecho o no deporte antes». Lo único que se pide es dejar la vergüenza en la puerta antes de entrar.
La clave de su alta exigencia física (y por tanto, grandes resultados) está en que hay que sostener las posturas con el cuerpo en equilibrio, objetivo que solo se consigue trabajar todos y cada uno de los músculos. “Así, mientras ejercitas los glúteos, mantiene en tensión los abdominales”, declaró Morales. Suda. Menos que en una clase de alta intensidad, pero se suda. Y, sobre todo, azufre. La tension de aguantar la posicion, muy similar al esfuerzo que se hace en pilates, hace que los musculos ardan. Pero, a servidora, todo le mera pena tras ver los abdominales de l’experta y de los instructores qu’ the guide. No hay un gramo de grasa en esas tripas. Solo musculoso. Pero no como el que se fabrica a base de gimnasio maquinas, no. El suyo no parece hipertrofiado y rígido, sino flexible y delicado.
Sus precisamente estos resultados los que han llevado a numerosos deportistas de distintas disciplinas y aficionados del ejercicio físico a apuntarse sin pudor. «Trabajamos con boxeadores, con gente que hace ajuste cruzado, que corre y que hace triatlones. Buscan mejorar su rango de movimiento y coordinación y aprender a ampliar sus movimientos, a ser más elásticos y flexibles para evitar lesiones típicas como las de ligamentos», indica Morales. impulsora también busca que se vayan eliminando do estereotipos, hasta llegar al punto en el que los padres de los Billy Elliot del mundo no tengan problema en que sus hijos decidan ponerse unas mallas para hacer ejercicio y hasta quizás se animen ellos mismos. Habiendo más mujeres que hombres en las clases, Morales reconoce que ellos cada vez se animan más. Y la respuesta está en el ballet».
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