abril 30, 2025

Manuel Vicent: Piratas | Opinión

Manuel Vicent: Piratas |  Opinión
Varios padres saludan a sus hijos en la entrada del colegio el primer día de clases en Madrid.
Varios padres saludan a sus hijos en la entrada del colegio el primer día de clases en Madrid.Andrea Comas

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El año nuevo siempre comienza en septiembre, cuando las garzas cruzan en lanzas hacia el sur y las calles se llenan de bandadas de niños y niñas que regresan a la escuela cuyos gritos del primer día en el patio reemplazan a los de las golondrinas y vencejos que ya se han ido. su patria invernal. No hay materia prima que genere tanta riqueza o libere una energía tan limpia, sostenible y renovable como los cerebros aún inexplorados de esos escolares que van al colegio con sus mochilas aman Treasure Island. No existe una mina de oro comparable al cerebro humano. Al nacer son todos iguales. No hay cerebros de primera y segunda clase, pobres y ricos, ni blancos, negros o amarillos. Todo el mundo llega al mundo con la misma carga de energía y aunque España tiene la costumbre de tirar cerebros a la basura desde hace siglos, hoy sería un suicidio no reconocer que cultivar una inteligencia clara sin adherencias espúreas ya es lo más poderoso .Quizá sea la única arma que en principio iguala a todos los países. Debes saber, le dice el profesor a su alumno, que todo lo que aprenderás en la escuela será un tesoro que podrás llevarte a cualquier parte, pasará por todas las costumbres sin ser detectado por el escáner y nadie te lo podrá quitar. usted, excepto los piratas que en el viaje a Treasure Island luchan ferozmente entre sí para apoderarse de su cerebro. Los piratas son fanáticos religiosos, sectarios políticos, secuaces del sistema y sus profetas, que desde la primera enseñanza luchan por el cerebro del niño para inocular sus propios dogmas, creencias, patrias, banderas, símbolos, mitos, cada uno acompañado de sentimientos, emociones y terrores, que quedarán grabados como un sello indeleble en el cerebro límbico del niño hasta el final de sus días. Aquí está la forma más infame de robo.