En las últimas décadas, Brasil se ha convertido en el principal productor de soja del mundo, pero también el principal consumidor de pesticidas. A pesar de las preocupaciones sobre las posibles consecuencias para la salud pública, se sabe poco sobre los efectos de la exposición a pesticidas en la población general.
«Cuando los pesticidas no se usan correctamente, hay implicaciones para la salud», advierte Marin Skidmore , autor principal del estudio publicado en ‘PNAS‘.
Durante la introducción de los pesticidas en los cultivos de soja, señala Skidmore, se han documentado casos de envenenamiento por pesticidas de trabajadores agrícolas y «se han identificado sustancias químicas en las muestras de sangre y orina de trabajadores no agrícolas en las comunidades circundantes. Esto indica que la incorporación de este cultivo se produjo de una manera potencialmente peligrosa ya que dejaba a las personas expuestas».
Los investigadores investigaron las consecuencias para la salud pública de la exposición a pesticidas, centrándose en los niños como la población más vulnerable.
En concreto, analizaron específicamente las muertes por leucemia linfoblástica aguda (LLA), el cáncer infantil transmitido por la sangre más común.
Los investigadores analizaron una base de datos salud en áreas del Amazonas y de la región del Cerrado. La muestra estuvo compuesta principalmente por áreas clasificadas como «rurales» y que tienen al menos un 25% de cobertura terrestre agrícola.
Nuestros resultados muestran una relación significativa entre la expansión de la soja en Brasil y las muertes infantiles por LLA en la región
Marin Skidmore
Universidad de Illinois Urbana-Champaign
La producción de soja en la zona del Cerrado se triplicó de 2000 a 2019, y en la región amazónica se multiplicó por 20, de 0,25 a 5 millones de hectáreas. El uso de pesticidas en la región de estudio también aumentó entre tres y diez veces durante el período. Los productores de soja brasileños aplican pesticidas a una tasa 2,3 veces mayor por hectárea que en los EE.UU.
«Nuestros resultados muestran una relación significativa entre la expansión de la soja en Brasil y las muertes infantiles por LLA en la región -señala Skidmore-. Los resultados sugieren que aproximadamente la mitad de las muertes por leucemia pediátrica en un período de diez años pueden estar relacionadas con la intensificación agrícola y la exposición a pesticidas».
El estudio muestra que un aumento de 10 puntos porcentuales en la producción de soja se asocia con 0,40 muertes adicionales de todos los niños menores de 5 años y 0,21 muertes adicionales de menores de 10 años por cada 10.000 habitantes. En total, estiman que 123 niños menores de 10 años murieron por LLA asociada con la exposición a pesticidas entre 2008 y 2019, de un total de 226 muertes reportadas por LLA en el mismo período.
Vínculo
Ahora bien, los investigadores advierten que su estudio no proporciona un vínculo causal directo entre la exposición a pesticidas y las muertes por cáncer.
Sine embargo, para descartar otras posibles explicaciones, toman una serie de medidas: no encontraron correlaciones entre todas las muertes y el consumo de soja, los cambios en el estatus socioeconómico o la prevalencia de cultivos con tasas más bajas de aplicaciones de pesticidas.
Los investigadores también investigaron la contaminación de las fuentes de agua como método principal de exposición a pesticidas.
«Nuestra preocupación es que nuestros resultados sean sólo la punta del iceberg. Medimos un escenario pequeño y muy preciso. La exposición a pesticidas también puede resultar en casos no fatales de leucemia, y existe el riesgo de impactos en la comunidad de adultos y adolescentes», afirma.
La LLA es una enfermedad tratable, pero requiere acceso a atención médica de calidad. En toda la región amazónica, los investigadores identificaron sólo dos centros de oncología pediátrica de alta complejidad, aunque otras instalaciones también pueden brindar tratamiento. Descubrieron que el aumento de las muertes por LLA pediátrica observadas tras la expansión de la soja se limitaba a los municipios que estaban a más de 100 kilómetros de un centro de tratamiento.
«Queremos resaltar que cuando los cambios ocurren rápidamente, existen riesgos asociados con eso, y esto no se limita a Brasil. En todo el mundo se presta mucha atención a la intensificación agrícola para la seguridad alimentaria mundial. Necesitamos encontrar un equilibrio donde obtengamos los beneficios productivos y al mismo tiempo mitiguemos los riesgos potenciales».
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