En la mitología griega, el nombre de Odiseo se asocia a un tortuoso viaje plagado de contratiempos, obstáculos y trabas que, pese a todo, termina con el héroe llegando victorioso a su meta. En el mundo espacial, a partir de ahora, el nombre del héroe griego también se asociará con un éxito sin precedentes. Este viernes de madrugada, la misión Odiseo ha conseguido posarse sana y salva sobre la Luna. Se trata del primer proyecto privado en lograr un alunizaje exitoso. También se trata de la primera misión lunar estadounidense en más de 50 años. «Odiseo por fin ha llegado a su hogar», destacan desde Intuitives Machines, la empresa responsable de esta hazaña.
Estas son las claves para entender la misión Odiseo y, sobre todo, su importancia histórica.
El gran éxito de Odiseo, y la razón por la que ya ha entrado en los libros de historia, es que se trata de la primera misión privada en posarse con éxito sobre la Luna. El logro ya es de por sí reseñable, pero todavía lo es más si tenemos en cuenta el largo rastro de proyectos de este tipo que han acabado hechos añicos. En 2019, por ejemplo, la nave israelí Beresheet se estrelló sobre el suelo lunar. En 2023 ocurrió lo mismo con la japonesa Haruto-R. Y en enero de 2024, la empresa estadounidense Astrobiotics lanzó su sonda Peregrino hacia la Luna pero, tras tan solo unas horas de vuelo, perdieron el control de la nave y decidieron estrellarla contra la Tierra. En este contexto, pues, el éxito de la empresa Intuitive Machines y de su Odiseo resuena con todavía más fuerza. Es la primera vez que una empresa privada planta su bandera sobre la Luna.
El alunizaje de Odiseo está siendo aplaudido con gran entusiasmo porque también supone el regreso de Estados Unidos a la Luna tras más de medio siglo. La última vez que los ‘yankees’ pisaron suelo lunar fue a bordo de la misión Apollo 17 de 1972, la última del emblemático programa lunar que supuso «un pequeño paso para el hombre pero un gran salto para la humanidad». Después de eso, la agencia espacial estadounidense NASA empezó a centrarse en otro tipo de proyectos y, durante varias décadas, dejó de lado a la Luna. En los últimos años, la entidad ha vuelto a poner en su punto de mira las misiones lunares. Y para ello, ha impulsado el programa Artemis, sucesor de Apolo, para volver a la Luna. En el marco de este proyecto, NASA está colaborando con varias empresas privadas como Intuitives Machines. De ahí que, en cierto modo, sientan el hito de esta empresa como algo propio.
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Como ocurre en todas las narraciones de la mitología, la historia de la misión Odiseo también se zanja dejando una moraleja. En este caso, según explican los impulsores de este proyecto, el éxito de esta misión es «compartido» entre todas las partes implicadas en el proceso. Antaño, en las misiones históricas de la NASA, por ejemplo, los proyectos dependían, a grandes rasgos, de una sola gran entidad. Pero desde hace unos años, esta filosofía ha cambiado y ahora cada vez son más los proyectos colaborativos. Odiseo, por ejemplo, fue impulsado por la empresa privada Intuitive Machines en colaboración con NASA, fue lanzado a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX y, al aterrizar, ha desplegado proyectos de varias empresas privadas más. El gran hito no deja de ser la colaboración.
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