octubre 5, 2024

Open de Australia 2023: Nadal y Djokovic, mano a mano en la guarida de Nole | deportados

Mientras Rafael Nadal jugaba dentro del John Cain Arena, llamada así en homenaje al líder laborista que presidió el estado de Victoria durante casi una década, en los ochenta, su esposa trata de dar con algún acceso al graderío para ver el entrenamiento del tenista junto al restaurante de los familiares, ya acomodados. “No hay manera, voy a intentarlo por arriba…”, después de retroceder tres o cuatro veces ante el cerrojazo de las puertas metalicas y enfilar las escaleras. Finalmente lo consigue, toma asiento en uno de los fondos –salpicado por la presencia del padre, la madre, la hermana, el agente, su responsable de comunicación y el representante de la firma deportiva que le patrocina– y observó la evolución de su marido , que antes de empezar el ensayo con Alexander Zverev ha demostrado que se toma tan en serio la preparación como los partidos.

Durante un cuarto de hora, en el gimnasio, todo un ritual: sentado sobre una máquina que sirve para fortalecer las rodillas y los cuádriceps, el deportista extiende el brazo y la palma izquierda para que su fisio, titina, la aplicación del aceite con la brocha, después de la pulverización se continúa envolviendo los dedos con las cintas protectoras que evitan las ampollas por el exceso de rozadura; primera falange del índice, segunda del corazón, el anular y el meñique; con la otra mano desbloqueado el móvil y de fondo aparece el rostro de su hijo Rafael, que le acompaña estos días en Melbourne y vive su premier Grand Slam. Todo es un punto. Ahora sí, Nadal, bien arropado, está «listo» para despegar en este Open de Australia en el que él, defensor del título y líder de la gran carrera histórica, se enfrenta al envite del hombre que vuelve con ganas y los colmillos bien afilados , tal vez con mas apetito que nunca.

“No me siento como un villano, eso es el pasado”, responde Novak Djokovic al periodista que le invita a rebobinar hacia la detención y la expulsión del país por su negativo a vacunarse. “Si guardara rencor, probablemente no podría seguir adelante ni estar hoy aquí. Mi visión de Australia ha sido siempre muy positiva y sus resultados son un testimonio de cómo me siento en Melbourne. Quería volver aquí y jugar, que al final es lo que mejor hago. Tenía muchas ganas de regresar y confió en hacer disfrutar a la gente, traer buenas vibraciones”, amplía el serbio, respaldado por su supremacía en el torneo (nueve títulos), sobre cemento (66 trofeos de los 92 que posee) y la buena andadura en la gira preparatoria previa al torneo. Ganó en Adelaida, igualó los éxitos del español (otros 92) y antes del despegue lanza un órdago porque puede atraparle en la cima histórica de la raqueta.

«Por supuesto que tengo esa motivación», dice sin disimulos. “Quiero ser el mejor, no es ningún secreto”, prosigue. “Estoy en muy buena forma. Terminó el año de la mejor manera posible [cuatro bingos de octubre aquí] seguir allí igual en Adelaida. Me veo bien, siempre me veo bien”, se piropea Nole, cuyo expediente refleja 82 victorias y tan solo ocho derrotas en el Importante de las Antípodas. Dos veces jugó contra Nadal, en la final de 2012 – la más larga de la historia, 5h 53m – y la de 2019; las dos ganadas. “Porque ha venido bien preparado. Hoy día, él es el máximo favorito para ganar el título [el día 29]sin ninguna duda», remarcó el español, quien matiza: «lo que pasa es que hay que trabajar y hacerlo bien Durante dos semanas, y en el deporte, lo que hoy parece imposible a veces de serlo».

Djokovic firmó autógrafos para aficionados en el centro de Melbourne.LOREN ELLIOTT (REUTERS)

Al escanear, el de Manacor asiente. Estar bien, considera que la base para intentar reválida «es buena» y muy lejos de pensar en un hipotético cruce con el de Belgrade en la final, previen ante el encontronazo de la próxima madrugada (4.30, Eurosport) con el británico Jack Draper , un joven zurdo (21 años, 40º del mundo) que ha escalado más de 200 puestos en su primera aventura en la élite y ha arañado triunfos contra jugadores de perfil elevado.

“Tiene una gran carrera por delante. ¿Que la primera ronda es de las peores que me podia tocar? Es una realidad, pero uno tiene que vivir con lo que hay”, afirma. «Il perdido más de lo habitual [seis de los últimos siete partidos], pero lo acepto. Si soy capaz de ganar el lunes, creo que voy a tener mis opciones. Necesito ganar un par de partidos, pero si no lo hago aquí, seguiré trabajando; creo que estoy mejorando y progresando cada semana, estoy jugando bien”, añade el balear, al que la historia situa ante un double reto: en el caso de triunfar por tercera vez en Melbourne (2009 y 2022) atraparía a Serena Williams, retirada con 23 grandes en el casillero, y superaría a la estadounidense como el tenista (hombre o mujer) con mayor diferencia entre su primer éxito en un gran escenario (junio de 2005) y el último (junio de 2022); esto es, 17 años y siete meses, por los 17 y cinco de la multicampeona (1999-2017).

Una tropa llena de incógnitas

El y Djokovic marcan el paso. Ausente por lesión de última hora Carlos Alcaraz, el único que resolverá robarles una porción del pastel en 2021, el resto de los aspirantes así como incógnitas. Al griego Stefanos Tsitsipas se le resiste el salto en uno Importante y ha chocado tres veces contra la barrera de las semifinales en Australia; al ruso Daniil Medvedev inquirió sobre la derrota contra Nadal de hace un año ya pesar de haber disputado dos grandes finales, el noruego Casper Ruud aclaró de otro estirón para rebatir a los más fuertes sobre pista dura; el alemán Alexander Zverev tan solo ha jugado dos partidos desde que se rompiera un tobillo en Roland Garros ya las propuestas de Auger-Aliassime, Rublev, Fritz, Rune, Berrettini o Norrie la falta cocción por ahora.

Aprieta con fuerza la juventud, pero a la hora de la verdad y apeado ya Roger Federer, no hay candidatura más sólida que las de ambos, viejos rockeros. Irreductibles y jerárquicos. «Soberbios hijos [los jóvenes] y van a ganar Grand Slams, pero estoy casi seguro de que los jugadores de esta generación no lograrán 20, 21 o 22. Estamos aquí con 36 años y necesitas completar una carrera muy, muy larga, y las lesiones y otras cosas están ahí. No hablo de nivel, sino de diferentes cosas de la vida”, cierra Nadal, desde Nuevo en Australia, otra vez ante el desafío de imponerse a sus propias circunstancias; esta vez, eso sí, Djokovic mediante. Es decir, el mas dificil todavia.

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