abril 23, 2024

¿Quieres controlar la malaria? Protege las ranas | Planeta futuro

¿Quieres controlar la malaria?  Protege las ranas |  Planeta futuro

Nota a los lectores: EL PAÍS ofrece la sección Future Planet por su aporte informativo diario y global sobre la Agenda 2030. Si quieres apoyar nuestro periodismo, Registrate aquí.

El economista Joakim Weill, de la Universidad de California en Davis, presentó a fines de 2020 en la reunión de la Unión Geofísica Americana en la que propuso que se habían producido brotes de malaria de particular intensidad en Costa Rica y Panamá durante las últimas décadas. debido al declive de las poblaciones de anfibios.

Contenido del Artículo

Más información

Los autores de la investigación, desarrollada por un equipo internacional de diferentes orígenes, habían estudiado un período comprendido entre 1976 y 2016. Analizaron el momento y la extensión de los brotes de malaria y, mediante un procedimiento estadístico que evalúa el efecto de varios factores, su posible relación con el declive de los anfibios.

Las poblaciones de anfibios comenzaron a disminuir en la región a principios de la década de 1980 debido a la incidencia de quitridiomicosis causada por el hongo. Batrachochytrium dendrobatidis. La micosis ha tenido efectos devastadores en las poblaciones de anfibios de todo el mundo y se le atribuye la desaparición de 90 especies y la reducción de miembros de varios cientos más.

El equipo de investigación señaló que la incidencia de malaria en los cantones (Costa Rica) y distritos (Panamá) estudiados aumentó luego de la pérdida de anfibios durante tres años. Así que llegó a una meseta que duró otros cinco años y luego descendió.

La incidencia máxima de 1,5 casos (Costa Rica) y 1,1 (Panamá) se produjo por mil habitantes. De esta incidencia, entre 0,76 y 1 se atribuyó al efecto de la disminución de las poblaciones de anfibios. La pérdida de diversidad de anfibios no fue el único factor que influyó en la incidencia de la malaria, también lo hizo la reducción de árboles, pero fue el más importante.

La disminución de la incidencia después de los ocho años mencionados probablemente habría sido consecuencia de las medidas de salud pública implementadas para contener la enfermedad.

La rana se come al mosquito

La malaria es una enfermedad causada por protozoos parásitos del género Plasmodium y es transmitida a los humanos por mosquitos del género Anopheles. Se da la afortunada circunstancia de que los anfibios se comen a los mosquitos, por lo que reducir los primeros puede conducir a un aumento de los segundos, si no existen otras especies que reemplacen a los anfibios como depredadores de estos insectos.

Por tanto, la conexión entre los anfibios y la malaria estaría mediada por la intervención de los mosquitos, como vectores del protozoo.

Los mosquitos hembras, que ahora son más numerosos y se alimentan de sangre, pican a más personas y les transmiten el protozoo

Recapitulemos: el hongo patógeno mata a los anfibios. Menos anfibios comen menos mosquitos, por lo que los mosquitos son abundantes. Los mosquitos hembras, que ahora son más numerosos y se alimentan de sangre, pican a más personas y les transmiten protozoos, por lo que más personas contraen la malaria.

Cabe recordar que la propagación de micosis, como la que afecta a los anfibios, es provocada, en muchos casos, por actividades humanas, como el tráfico ilegal de animales vivos, o es facilitada por el tráfico internacional de mercancías.

Este es un estudio pionero y sus hallazgos deben ser aprobados por otros para dar plena validez a sus conclusiones. Pero el modelo propuesto por sus autores es plausible y solo refuerza la idea de que para asegurar la salud humana también es necesario cuidar los ecosistemas y sus miembros. Es la noción de Una sola salud, el enfoque de la salud humana y animal que mejor puede responder a los desafíos que plantea el deterioro al que hemos sometido la salud de los sistemas naturales.

Juan Ignacio Pérez Iglesias Es presidente del consejo asesor de The Conversation Spain y catedrático de fisiología en la Universidad del País Vasco.

Este artículo fue publicado originalmente en La conversación; y es primera versión, en Zientzia Kaiera, de la Cátedra UPV / EHU de Cultura Científica.

Puedes seguir PLANETA FUTURO en Gorjeo, Facebook es Instagramy regístrate Aquí a nuestro ‘boletín’.