abril 23, 2024

Rayo Vallecano es una alegría | Deportes

Rayo Vallecano es una alegría |  Deportes

Ray gana y disfruta. El Cádiz se deshizo de él, tras superar todos los problemas que le planteaba un rival de piedra, para asentarse en la zona noble del ranking, quinto con trece puntos tras siete jornadas. El equipo vallecano lleva cinco partidos sin perder, en cuatro los ha ganado. Y por favor deje los detalles del equipo. Los chicos que prepara Andoni Iraola juegan al fútbol en la misma categoría que su entrenador en su carrera corta. Será interesante ver su evolución en los bancos.

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Los dos goles del Rayo llegaron en una caminata hasta el fondo, un detalle que les advierte de sus peleas. La primera, nada más nacer el partido, fue una delicia, tejida en un pequeño tejido en el flanco izquierdo de la retaguardia gaditana, a través del cual la Pachá Espino, que no es cualquiera. A partir de ahí Trejo toma la delantera para colocar un centro que Falcao remata en el poste cercano. El Cádiz lo defendió lo mejor que pudo, pero llegó Álvaro García para ganar la red.

A la par del Cádiz, que no se rinde nunca y sabe explotar sus puntos fuertes. En jugadas a balón parado tiene una. Una infracción medular es una oportunidad de gol para el Cádiz porque basta un centro para que salgan chicos como Jonsson y con un toque para desalojar la retaguardia más atenta. El armenio Haroyan aprovechó esto para atar y perturbar al Rayo que iba a aumentar la frecuencia de sus golpes. Hay que remar mucho para pasar Cádiz.

Todo quedó claro para los locales antes del descanso. Llega el gol psicológico, otro deleite combinatorio para adentrarse en el corazón del área amarilla. En esta nueva ocasión, Side Balliu lo hizo. Falcao acaba de nuevo en el primer palo y el balón acaba en la red sin intermediarios.

El partido puso a prueba a ambos equipos. Hubo ferocidad, choques, codos y ojivas, sangre. El Cádiz sufrió para mantenerse en el partido, lo hizo gracias a la mediación de Ledesma, un felino ante las dos cabezas de Isi y Falcao. El Rayo debió cerrar el triunfo, no lo hizo y se cambió la apuesta desde el banquillo gaditano. Álvaro Cervera llenó el campo de delanteros. Iraola se puso física. Cádiz se rebeló y el partido cambió. Espino remató el poste y los últimos 20 dolorosos minutos se abrieron para que el Rayo se hiciera con la victoria. Hasta que Isi condenó todo con una sutileza que se coló entre la escuadra, el gol de bandera que merecía el partido.

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