abril 16, 2024

Romeo Castellucci impresiona con su versión del ‘Requiem’ de Mozart en Valencia | Cultura

Romeo Castellucci impresiona con su versión del 'Requiem' de Mozart en Valencia |  Cultura
Un momento del ‘Requiem’ de Mozart desde el Palau de les Arts, en un ensayo.Manuel Bruque / EFE

Cantan mientras bailan, se acuestan, se levantan, se desvisten, se visten, entran, salen, nacen y mueren. No dejan nunca de cantar y actuar ahogados detrás de sus máscaras en la prueba, quizás la más exigente que ha sufrido el reconocido y experto Cor de la Generalitat Valenciana. Por eso, cuando finalmente cayó el telón sobre el Palau de les Arts el jueves por la noche y el público comenzó a desfilar por los pasillos, se escuchó entre bastidores un grito colectivo de euforia. Un grito de liberación y satisfacción de los cantantes que acudieron para cerrar el atronador y prolongado aplauso del público en la primera de las estremecedoras Réquiem de Mozart montada, iluminada y vestida por Romeo Castellucci.

No ha sido por menos porque el proeza Es de esos que no te olvidas, ni siquiera para un coro que cantó boca abajo en un terreno elevado en uno de los artefactos escénicos de la Fura dels Baus. Pero la propuesta del aclamado director de teatro italiano es más completa y arriesgada porque deja más visibilidad a la formación, que debe sacar a relucir todo su talento artístico, acentuando aún más un protagonismo ya marcado en la masa muerta del compositor salzburgés. con el que la ópera valenciana inauguró esta temporada.

Cuando el nuevo director musical del Palau de les Arts, el neoyorquino James Gaffigan, que debutaba con éxito en el foso, trazó un movimiento inesperado con su batuta y todos los cantantes se quedaron en silencio, desplomándose al unísono en el escenario, parte del público estalló. en aplausos como si acabaran de cantar un aria popular de una ópera conocida.

Fue un efecto teatral más entre los muchos que componen esta versión escénica que destaca sobre todo por su impresionante despliegue visual y por haber transformado un réquiem en una celebración de la existencia, en una celebración mundana que incluye la muerte como parte esencial de la vida. ciclo. de la vida. Los bailes folclóricos, que recuerdan al mediterráneo, se repiten en el escenario, conectando las coreografías. El parecido de algunos de ellos con el baile de la Moma del Corpus Cristi de Valencia, que simboliza la lucha entre la virtud y los siete pecados capitales, no ha pasado desapercibido.

Las referencias son múltiples y polisémicas. Incluso el coche estrellado, totalmente siniestro, que aparece en el escenario y sobre el que los cantantes se postran en coreografías individualizadas puede referirse a la inquietante película. Accidente, de David Cronenberg, basada en la novela homónima de JG Ballard, película que, a su vez, inspiró a la cineasta francesa Julia Ducournau en la innovadora Titán, ganador del último Festival de Cine de Cannes.

Es un réquiem pero no es triste, a pesar de que el montaje también denuncia la acción destructiva de la humanidad a lo largo del tiempo y a pesar de la angustiada belleza de la música de la misa de difuntos, a la que se han sumado algunos motetes, incluso de Mozart.

El continuo movimiento escénico y los contrastes pictóricos, el paso del minimalismo solitario al incontable festín de colores y el constante cambio entre el blanco y el negro, confieren al montaje un gran dinamismo y una intensa plasticidad que está a punto de desbordar. Se realizan con la ayuda de la propia música o solos interpretados por el niño Juan José Visquert, de la Escolanía de la Virgen de los Desamparados.

los hermano mayor fue uno de los más aplaudidos, junto al Coro y su director, Francesc Perales, que salió a saludar al final, como corresponde a su papel protagónico en este espléndido y esperado espectáculo. No pudo abrir el Palau de les Arts la temporada pasada debido a la pandemia y las medidas de seguridad. Puede haber unos 60 artistas en el escenario (40 de Cor, más una docena de bailarines, los cuatro solistas, los niños). También la acreditada Orquestra de la Comunitat Valenciana, su nuevo director, los solistas (la soprano rusa Elena Tsallagova, la mezzo italiana Sara Mingardo, el tenor alemán Sebastian Kohlhepp y el bajo argentino Nahuel di Pierro), la directora de escena asociada, la italiana Silvia Costa (Castellucci no participó en el estreno) y la coreógrafa Evelin Facchini fueron aclamados. El público pudo finalmente disfrutar de esta coproducción internacional de ópera valenciana con varios teatros y festivales, como el de Aix-en-Provence, donde se estrenó hace dos años con excelentes críticas.