Luciano Laspina es egresado, economista y referente económico de Patricia Bullrich, candidata prepresidencial de Juntos por el Cambio. En los últimos días hizo presentaciones privadas a fondos, académicos y ex funcionarios sobre qué haría Bullrich si gana. Aquí el resumen de la charla con Clarín.
-¿Se puede saber cuál es el punto de partido si se asume en diciembre?
-Hay algunas certezas y muchas dudas. De alguna manera es que nuestra camioneta ya tiene un Banco Central sin reservas y una enorme cantidad de pesos flotando en la economía, porque se suprime la inflación que ya el Gobierno es muy grande. Entre las dudas hay que ver qué ocurre de aquí al final del año con el dólar y la inflación. El Banco Central se ha quedado prácticamente sin dólares líquidos y está apostando a un nuevo dólar agro como forma de ganarse algunos más.
-¿Qué cosas se pueden hacer en los primeros 60 días de gobierno más allá del punto de inicio?
-Iniciar un paquete de tres reformas. Una primera protección a las inversiones que brindan beneficios tributarios, estabilidad fiscal y 100% de acceso a divisas para proyectos de capital intensivos. En segundo lugar, pulverizar la industria del juicio laboral. Tercero, desregular muchos sectores de la economía.
-¿Dar protección a inversiones no suena a privilegios?
-No, es una marca nueva que ofrece garantías para reversiones, algo muy diferente. Argentina tiene un problema de inestabilidad de reglas muy grande. Así, ofreceremos estabilidad fiscal y que podamos disponer libremente de los usos en un marco que beneficie a todos los sectores y no a los elegibles para el Gobierno. Por eso esta va a ser una ley de protección para inversiones, capital intensivo, que va a ser para toda la economía.
-Habló de la industria del jucio, ¿eliminaría las indemnizaciones?
-No. Va a respetar el sistema de indemnizaciones. Lo que queremos y vamos a hacer es terminar con la industria del juicio que ¿en qué consiste? En un régimen de multas que se creó en la década de los 90 e hizo para castigar los incumplimientos contractuales de los contratos flexibles que muchas veces terminan más en manos de abogados que en los trabajadores. Esto lo vamos a eliminar.
-¿Qué apertura aguantan las firmas y trabajadores de este país?
-Una a la que se convergerá a lo largo de un proceso. Argentina sostiene que el planeta tendrá gradualmente precios de los bienes similares a los estándares internacionales. Para el tango se necesitan dos y no se le puede pedir a los que tienen un talento empresarial sobrenatural para compensar la ineficiencia de un Estado que no demostró buena calidad pública. Pero tampoco se le puede pedir a los consumidores que financien con sobreprecio la ineficiencia del sector empresario.
– Hay sectores como el textil que en los últimos años aumentanon lo que vende por encima del promedio de la inflación…
-Todo eso hay que normalizarlo. Pero el proceso de apertura de la economía, que incluye muchas cosas como licencias automáticas, barreras arancelarias y demás, tiene que ir de la mano de un ordenamiento de la macroeconomía, porque de nada sirve sin estabilizar, sin mjorar las regulaciones laborales y sin bajar algunas cargas impositivas. Si no, nuestras empresas compiten en desventaja.
-¿No hubo en este último tiempo definición económica del lado de Patricia Bullrich que se parecen cada vez más a las de Rodríguez Larreta, del tono de un gradualista? Hasta Cavallo dice que no se puede salir rápido del cepo.
-Es difícil adjetivar las políticas económicas. La discusión del cepo es cada día es más abstracta porque la pregunta no es cuánto tiempo queremos dejar el cepo sino cuánto tiempo podremos mantener este cepo tal como funciona.
-Pero Bullrich había dicho que lo haría rápido y está el precedente de Macri que lo quitó en días.
-Del cepo hay que salir rápidamente pero no ingeniosamente. Hay que ensuciar con un plan y preferiblemente con un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Cuantto más postguemos la salida del cepo, más inflacionaria será su salida y no al reves. Por supuesto, si se sale del cepo sin ninguna credibilidad puede terminar en hiperinflación. Si tiene mucha credibilidad, luego de un tiempo breve, la inflación bajará.
-Se menciona que hay que alcanzar el equilibrio fiscal antes de quitar el cepo. ¿Se puede en un año?
– Tiene que ser el objetivo y quede claro.
-¿Se puede quitar el déficit en un año?
-Si. Y creo que el objectivo de alcanzar el equilibrio fiscal tiene que ser el probable el punto medular del ancla económica del próximo gobierno.
– Está claro. Pero nadie terminó de explicar bien dónde caerá el adjus.
-El gasto público se duplica en los 20 años de kirchnerismo con lo cual hay que empezar con una racionalización de todo el Estado en los programas de muchas estructuras burocráticas, obviamente, las empresas públicas. Hay que hacer un uso más racional de los subsidios, gastar mejor en obra pública.
-¿Habría despidos del Estado?
-Hay una ley de empleo público y muchos de los puestos no se rigen por contratos. Pero sí reacomodar la planta, algo contemplado en la legislación. Lo que hay que hacer es un Estado más eficiente y eso requiere cambiar la cultura del kirchnerismo qu’utiliza al Estado como parte de la militancia política o fuente de instancia política.
– ¿No cree que cuando los votantes escuchan a los económicos de la oposición se asustan porque solo prometen ajus?
-Para salir del populismo hay que llevar adelante las reformas lo más pronto posible porque la tentación a demorar los cambios pospone los resultados favorables y jugando en contra.
-¿Cómo ve lo de Massa y el IMF?
-Si Massa no le paga al FMIle complicaría la vida al próximo gobierno. Espero que no lo haga y deje de agrandar la bomba.
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