marzo 16, 2025

Sotogrande: Llegaron tarde los 1.000 kilos de cocaína para el exsoldado británico implicado en el narcotráfico | España

Sotogrande: Llegaron tarde los 1.000 kilos de cocaína para el exsoldado británico implicado en el narcotráfico |  España
Los 1.000 kilos de cocaína incautados por la Policía, que pertenecía a una red de narcotráfico liderada por un exmiembro de la Royal Navy británica con sede en Cádiz.
Los 1.000 kilos de cocaína incautados por la Policía, que pertenecía a una red de narcotráfico liderada por un exmiembro de la Royal Navy británica con sede en Cádiz.Roman Ríos / EFE

Los grilletes frustraron la vida discreta y acomodada de Robert Mark en la urbanización Sotogrande en Cádiz, justo cuando esperaba un pedido de 1.000 kilos de cocaína del Caribe. Si hubo alguien en esa parte del Estrecho de Gibraltar que estuviera calificado para dar el salto del hachís local a la coca sudamericana, fue este ex militar británico con coartada de empresario y una envidiable lista de contactos en Europa. La encarnación de la «combinación perfecta de logística e inversión», como lo denominó Marcos Frías, jefe de la brigada central de crimen organizado de la Policía Nacional, en rueda de prensa en el puerto de Cádiz este miércoles. Pero eso no lo salvó de ser uno de los 15 presos de Operación Candado que desmanteló una mafia con al menos 14 años de experiencia.

Cuando el barco Petrel glacial de vigilancia aduanera se acercó al velero en las cercanías de las Azores susurro del viento El 13 de junio, Robert Mark B., un ex submarinista de la Royal Navy británica de 64 años, ya había estado en la cárcel durante casi un mes. Tres hombres y una tonelada de hachís envasados ​​al vacío en mochilas y camuflados dentro de las mochilas viajaban a bordo del barco de bandera inglesa de más de 12 metros de eslora. Este miércoles al mediodía, las esteras grises llenas de cocaína amontonadas en la proa del Petrel glacial, a la espera de que una grúa giratoria los desembarque en el puerto de Cádiz. Poco antes, los tres tripulantes de nacionalidad inglesa habían salido para ser detenidos, rumbo a las mazmorras de la jefatura provincial de policía.

Para los agentes del Grupo Especializado de Respuesta al Crimen Organizado (GRECO) y el Grupo 50 de la Jefatura General de Policía, no hay duda de que el cargamento de cocaína fue organizado por Robert Mark. El velero partió de un lugar que Frías no especificó, entre las islas caribeñas de Martinica y Curazao. El área y la mercadería eran nuevas para un narcotraficante discreto que había pasado toda su carrera criminal transportando hachís desde África. «[Robert Mark] lo hizo en respuesta a paliar las pérdidas que había sufrido anteriormente en dos alijos de hachís «, dice el jefe de la Brigada Central. Estos fueron los dos duros golpes que la Superintendencia de Aduanas y la Policía le propinaron a la mafia en agosto y noviembre de 2020 y con lo que perdieron 600 y 1.000 kilos de hachís respectivamente.

La policía muestra los fardos con los 1.000 kilos de cocaína incautados en un velero incautado cerca de las Azores.
La policía muestra los fardos con los 1.000 kilos de cocaína incautados en un velero incautado cerca de las Azores. Roman Ríos / EFE

Dar el salto del hachís a la cocaína no es tarea fácil. El valor de la mercancía —1.980 euros el kilo del primero, frente a los más de 30.000 euros del mismo peso del segundo, según estimaciones del Ministerio del Interior— y las distintas rutas de distribución y mafias dificultan la circulación. Pero la multitud de Robert Mark ya había flexionado sus músculos para dar el salto. A su cargo tenía una tripulación de marineros curtidos en navegaciones difíciles. A eso sumó una agenda de contactos que ya le había permitido encontrar inversores para financiar sin problemas sus viajes de hachís desde Marruecos, como un heladero del Campo de Gibraltar que optó por diversificar sus ingresos de forma ilegal. Todo ello camuflado detrás de un perfil bajo de un falso emprendedor inglés dedicado a los negocios náuticos que le hizo pasar como uno más en ese círculo cerrado y exclusivo que es la urbanización de Sotogrande (San Roque, Cádiz).

«Podría hacer cualquier operación transoceánica si quisiera», resume Frías. Y así fue como Robert Mark se embarcó en la idea de pasarse a la cocaína. Para ello contó con la financiación de dos ingleses, uno de ellos de origen irlandés y libanés, «con mucho dinero y que eran casi intocables en Marbella», explica uno de los investigadores del caso. “Muestra el constante trasvase de dinero y mercancías que se produce entre el Campo de Gibraltar y la Costa del Sol”, comenta el jefe de la Brigada Central. Para Frías, el caso de Robert Mark también es paradigmático de la capacidad de las mafias más poderosas «para recuperarse de inmediato, porque tienen una capacidad patrimonial muy importante».

El exmilitar, de hecho, llevaba al menos 14 años en el negocio del hachís con un perfil tan bajo y discreto que, aun conociéndolo, los agentes luchaban por encontrar el hilo que desenmarañara el modus operandi de una organización capaz de exportar mercancías también a terceros países como Reino Unido o Ucrania, otra excepción en el comportamiento de las mafias locales, que normalmente solo se ocupan de cruzar el Estrecho de Gibraltar.

Robert Mark solía disfrazar sus envíos de drogas desde África en veleros involucrados en maniobras de ventas legales, un negocio tapadera para su compañía naviera. Esto supuso que las naves fueran registradas a nombre de terceros ajenos a la actividad ilícita, lo que complicó el seguimiento de la Fiscalía Antidrogas del Campo de Gibraltar y del Juzgado de Instrucción número 1 de San Roque (Cádiz), encargado de dirigir un investigación que tiene una duración de más de diez meses.

Con el acercamiento “limpio” del 13 de junio en alta mar, los investigadores consideran a la organización británica “totalmente desmantelada”, según Frías. Además del propio líder, una buena parte de los 15 detenidos -más de la mitad de ellos británicos y el resto españoles y marroquíes- han ingresado en prisión temporal. Pero el cerco policial contra el narcotráfico en Cádiz no cesa, con varios allanamientos policiales a la semana. La cocaína que nunca recibió Robert Mark aún no se había completado cuando el jefe de la Policía Nacional Central de Udyco, Santos Bernal, advirtió: “Ya tenemos otro operativo en marcha. En breve daremos más detalles ”.