
El 7 de mayo, Estados Unidos pudo comprobar la fragilidad de sus infraestructuras más críticas. Ese día, el oleoducto de la empresa colonial tuvo que cerrarse debido a un ataque cibernético, lo que provocó el pánico entre los ciudadanos de la Costa Este hambrientos de combustible. Bruselas quiere armarse contra el auge de estos ciberataques, cada vez más fuertes, con una plataforma que une los esfuerzos de todos los países, organismos y agencias de la UE para prevenir y responder a ofensivas a gran escala. La Comisión espera que esta unidad esté en pleno funcionamiento a partir de junio de 2023.
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La Unión Europea sufrió 756 ciberataques el año pasado, un 75% más que el año anterior. Entre otros, el pasado mes de septiembre hubo uno contra el hospital universitario de Dusseldorf (Alemania) que provocó el pánico cuando una mujer falleció durante el apagón. Aunque no ha sido posible determinar si los piratas causaron la muerte, la UE se ha dado cuenta de que estas acciones pueden conducir a la muerte. «El reciente ataque a la red de oleoductos coloniales en los Estados Unidos ha demostrado inequívocamente el riesgo que estos ataques representan para nuestra sociedad y nuestra economía», dijo la vicepresidenta de la Comisión, Margaritis Schinas.
Ya en diciembre, y tras otro ataque a la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés), Bruselas lanzó una propuesta para crear una red de torres de vigilancia para controlar esta actividad ilegal. Este miércoles Bruselas decidió definir su estrategia y una ciberunidad conjunta que coordina a todas las organizaciones encargadas de velar por la seguridad de las redes. Esta unidad debería incluir a todos los socios de la UE, pero también a las agencias y organismos clave de la UE responsables de la seguridad y la defensa, la diplomacia y las tecnologías de la información, incluidos Europol, el Servicio Europeo de Acción Exterior y la Agencia Europea de Defensa.
Hoja de ruta de cuatro pasos
Esta unidad contará con una oficina física en Bruselas y una plataforma virtual. Ambos deberán crear el escudo europeo sobre la base de las medidas que finalmente ha concretado la Comisión. Entre otras cosas, el Ejecutivo de Ursula von der Leyen intentará crear un inventario de las capacidades técnicas y operativas disponibles en la UE; preparar informes integrados; diseñar un plan conjunto de respuesta al ataque; establecer y movilizar equipos de reacción rápida o firmar convenios con el sector privado. «En lo que respecta a los ciberataques, todos somos vulnerables y, por tanto, la cooperación a todos los niveles es fundamental», afirmó el responsable de la diplomacia europea, Josep Borrell.
En su recomendación, Bruselas proporciona una hoja de ruta de cuatro pasos. La Comisión quiere haber completado la fase de evaluación el 31 de diciembre de 2021 para que posteriormente, a mediados de 2022, pueda concretar las funciones de cada uno de los participantes. Este documento, elaborado por el Ejecutivo comunitario y el Alto Representante para la Política Exterior, será posteriormente remitido al Consejo Europeo. A finales de 2022 se prevé que entre en funcionamiento la Unidad Cibernética Conjunta, aunque no antes de junio de 2023 cuando estará en pleno funcionamiento con acuerdos con empresas privadas.
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