septiembre 9, 2024

una paliza que dejó a Riquelme antes de vivir su fiesta de despedida

La noche fatídica en Mendoza terminará resquemores en el Consejo de Fútbol. ¿El domingo, ante una Bombonera colmada, el vicepresidente escuchará reproches?

Dos bloopers se replica en las redes el temido día después de la pesadilla mendocina. El primero : Boca perdió 2-0 ante Godoy Cruz, ya en el segundo tiempo, y en su búsqueda por descontar una situación clara en el área que defendía el Ruso Rodríguez. Pol Fernández intentaba recoger la pelota de sobras, mientras Valentín Barco se interponía en su camino con la misma intención. Resultado : Pol le pegó al Colo y la pelota se perdió por un costado.

La segunda : if algo faltaba para convertir el duro 4-0 en despiadada burla, el cruel detalle llegó con un rechazo de Marcelo Weingandt que dio en la cara de Alan Varela, volteando al volante central. Después de esa acción, que pareció propio del fútbol amateur, el árbitro Facundo Tello pareció apiadarse de l’equipo visitante y decretó la final del partido, sin descontar minutos. Y Boca volvió a Buenos Aires en silencio, sin hacer declaraciones a la prensa pero con el técnico Jorge Almirón reconociendo que había sido su peor partido desde que se hizo cargo del plantío.

Pero el ruido ya se podia escuchar. Cuando plantel y cuerpo técnico llegan al predio de Ezeiza pasadas las cuatro de la mañana del jueves los esperaba un Juan Román Riquelme preocupado. Razones no faltaban.




Almirón, en la noche del jueves, en Mendoza.

Posteriormente, en las redes sociales, se ha explotado un contrapunto: tras recibir el palacio del fútbol la próxima acción del club será recibir el domingo a Lionel Messi, entre otras figuras, en el partido despedida de Riquelme, su vicepresidente.

Muchos hinchas no relacionaron los dos hechos, pero algunos, más enojados, reclamaron que no había demasiado que festejar en la Bombonera cuando Riquelme juegue por fin su partido homenaje ocho años después de su último juego con la camiseta de Argentinos Juniors y nueve después de su despedida con los colores de Boca.

Es que más de los comentarios y los memes, Boca cerró la pesadilla de Mendoza con la confirmación de no tener chances matemáticas para pelear el título, faltando seis fechas. Esto se ha obviado como consecuencia de la mala campaña que suma 28 puntos, 22 menos que el puntero de River, en 21 partidos (8 triunfos, 4 empates y 9 derrotas).

La tabla de posiciones lo encuentra en la undécima posición, a 10 puntos de San Lorenzo (el último que ingresaría hoy a la Copa Libertadores; son tres cupos) ya tres de Belgrano (el último que ingresaría hoy a la Sudamericana; son seis cupos) .

Boca no mostró respuestas ante Godoy Cruz.  Foto: Télam


Boca no mostró respuestas ante Godoy Cruz. Foto: Télam

Almirón asumió la dirección técnica del equipo en la fecha 11, el 12 de abril. Fue derrota por 1-0 ante San Lorenzo. Hasta lideró 15 partidos, con 7 victorias, 2 empates y 6 caídas. Sus 11 partidos por el torneo de La Liga Profesional (4/2/5) y cuatro por la Copa Libertadores (3/0/1). A nivel local lleva tres encuentros sin triunfos, en la Libertadores el panorama es mejor: ya está clasificado en el Grupo F y con solo empatar el jueves ante Monagas en la Bombonera se asegurará el primer puesto.

El rendimiento futbolístico dice otras cosas, más cercanas al torneo local que a la eficacia en la Copa. Un equipo que llega con muchas lesiones importantes (Marcos Rojo, Luis Advíncula, Frank Fabra, Exequiel Zeballos, Luca Langoni…) y muchas actualidades alejadas de la jerarquía de sus apellidos (Oscar Romero, Darío Benedetto…). Más ingenios defensivos, errores no forzados y falta de línea de juego.

Así como en el partido ante Racing (victoria por 3-1) acertó Almirón cambiándole la posición a Advíncula (de lateral a volante/extreme), frente a Godoy Cruz no le salió bien el adelantamiento de Barco (de lateral a enganche). Las circunstancias no fueron las mismas, claro; la apuesta de Mendoza surgió más por necesidad y el Color Cumplirá 19 años en julio.

No la tiene fácil el entrenador, más allá de algunas apuestas que desconciertan. Hay jugadores de experiencia, como Roncaglia y los nombres Benedetto y Oscar Romero, que no levantaron su nivel y entonces no lograron respaldar a los más jóvenes (Medina, Varela, Barco…), por lo que el equipo no definió una columna vertebral , tampoco una idea de juego clara.

El vértigo de un fútbol argentino que nunca se calmed llevará a Boca de la pesadilla de sufrir una goleada histórica al sueño de recibir a Messi en su casa y al mismo tiempo homenajear a Riquelme, su máximo ídolo. Y después tendrá una noche de Copa, esa obsesión. Más locura no se puede pedir.

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