mayo 3, 2024

Crema fría de frijoles blancos

Crema fría de frijoles blancos

No existe una ley en la cocina que establezca que las legumbres solo se pueden consumir en guisos calientes, guisos o sopas. Tampoco dice que, fríos, sean válidos solo para ensaladas o para untar. Estas son ideas preconcebidas a las que puedes renunciar tan pronto como comiences a usar frijoles, garbanzos o lentejas en otro tipo de platos, como las cremas frías.

Si por un lado el gazpacho, el salmorejo, el ajoblanco o el vichyssoise funcionan y son universalmente aceptados, y por otro lado son pitos las ensaladas de hummus o legumbres, ¿por qué dejamos de usarlos en versión líquida? Las legumbres bien trituradas pueden darle a una crema fría una textura suave muy sabrosa, y si agrega suficiente caldo o agua, no son ni blandas ni pesadas. Además, forman un colchón blando para que sobre él reposen todo tipo de sabores, tanto disueltos en la propia crema como a modo de guarnición.

Más ventajas: el poco trabajo que dan, un gran plus en periodos de pereza veraniega. Si está usando legumbres cocidas, hacer estas cremas no requiere mucho más esfuerzo que abrir un frasco y triturar. Incluso prepararlos tú mismo no es un drama: solo ponlos en agua, agrega las verduras que quieras, cocina hasta que estén tiernas, déjalas enfriar y para con la licuadora.

Mi receta de hoy opta – sorpresa – por el camino de los drones, que al final del curso ni siquiera nos jactamos de cocinar. Combina el frijol blanco con algunos ingredientes que lo acompañan de forma tradicional pavimentado -tomate, cebolla, pimiento verde, aceitunas-, pero como fue el País Vasco el que me vio nacer, también le agrego piparra para aumentar la intensidad. El queso crema o el mascarpone son totalmente superfluos si cambias de lácteos, pero para mí agrega una dulzura extra cremosa interesante. Por una versión 100% vegana, podría sustituirla por una cucharada de pasta de almendras o mantequilla.

Todos estos ingredientes juntos producen una sopa fresca y fácil para todos los públicos, nada clásico pero muy reconocible en su combinación de sabores. Como siempre, los ingredientes se pueden adaptar a las preferencias de todos: si no pones cebolla, pimiento verde o aceitunas, encurtidos, alcaparras o cualquier otro encurtido, y si quieres agregar chicha, pescados en escabeche como anchoas, sardinas, salmón. o arenque son excelentes para esta crema. Si las cremas frías requieren una consistencia más ligera, más taza que plato, también puede agregar un poco más de caldo de verduras.

Dificultad

Para personas con un cerebro del tamaño de un frijol.

ingredientes

  • Aproximadamente 500 g de frijoles blancos cocidos (si están enlatados, no es necesario lavarlos)
  • 700 ml de caldo de verduras
  • 1 cucharada de queso mascarpone o untable (opcional)
  • 8 tomates cherry
  • 1/4 de cebolla morada
  • 1/4 de pimiento verde
  • 4 pimientos verdes en escabeche (piparras)
  • 8 aceitunas gordal sin hueso (o 12 normales)
  • vinagre blanco
  • Aceite de oliva virgen extra
  • sal

Preparación

  1. Picamos el pimiento verde y la cebolla morada en juliana. Ponlas en un bol pequeño, mojalas con un buen chorro de vinagre blanco, cúbrelas con agua y deja que pierdan fuerza durante al menos 15 minutos.
  2. Picar las aceitunas y las piparras, ponerlas en otro bol y cubrirlas con aceite.
  3. Mezcle los frijoles con queso si los usa. Agrega el caldo de verduras, un par de cucharadas del líquido de piparras y la sal, y vuelve a licuar hasta obtener una crema tersa. Si la batidora o robot que tenemos no es muy potente, entonces se puede pasar por los chinos para conseguir una consistencia más fina. Mételo en el frigorífico y déjalo enfriar.
  4. Retirar la nata y, si es necesario, corregir la densidad añadiendo más caldo o agua (no debe quedar demasiado espesa). Corrija la sal y el vinagre también; debe tener un ligero punto ácido.
  5. Mezclar la cebolla, el pimiento y los tomates cortados por la mitad con las aceitunas y piparras y su aceite.
  6. Sirve la nata con las verduras como guarnición por encima.

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