El recurso de los partidos, en particular los que apoyan al gobierno, para apelar a los más de dos años hasta las nuevas elecciones generales, y, por tanto, la falta de fiabilidad de las urnas, es puramente retórico. La sección de análisis político y electoral ocupa un espacio considerable en el centro de formación. El PSOE y el PP están en la clasificación, el récord mínimo que ambos alternan durante semanas no es significativo. Vox no sube rápido, pero sigue siendo rocoso, mientras que United Podemos apuntar a una ligera mejora. Ciudadanos respira un poco mejor que antes del verano, pero con grandes dificultades de supervivencia. Con esta realidad del momento, sustentada por fuentes de los principales partidos y por diversos estudios de opinión, además de declaraciones públicas, la disputa no otorgará tregua.
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Es posible que el sentimiento de los ciudadanos de hoy sea radicalmente diferente cuando se celebren las elecciones generales de 2023, después de fin de año. Pero cada parte quiere mantener la temperatura alta de forma permanente. El PSOE no suma nueve puntos al PP, como apuntaba el último barómetro del CIS. El PP tampoco está muy por encima del PSOE, como apuntan otras encuestas, aunque con diversidad en los datos. Los populares transmiten que están cerca de cuatro puntos por delante, mientras que en la misma línea otros interlocutores los dejan en dos. Con esta perspectiva, no se puede esperar que el PP reduzca su impulso opositor. Ni Vox aflojará, ni levantará la vigilancia sobre el partido de Pablo Casado. Unidos Podemos mantener el cogobierno con el PSOE pero con una presión continua, sin fanfarrias, sobre el gobierno en todos los aspectos socioeconómicos. Las elecciones se juegan en ese terreno, se reconocen las fuerzas políticas.
El vilipendiado Centro de Investigaciones Sociológicas, CIS, recibe solo duras críticas de la oposición y otros institutos de opinión, pero ninguno de ellos duda de que presta un servicio innegable. Al hacer públicos todos los datos recopilados en sus encuestas, sin procesar, su competencia los utiliza muy bien. También lo hacen los analistas de partidos para compararlos con los suyos.
A pesar de las notorias dificultades y la precariedad que aquejan a muchos ciudadanos, también se refleja en los datos de todos los estudios que hay una clara tendencia al optimismo tras un verano de semanas con mucho turismo interno y evolución favorable de la economía. Todos los operadores económicos indican que la economía seguirá mejorando y creciendo durante los próximos dos años. Esta es la predicción y la esperanza del Gobierno, que pondrá en marcha la máquina económica con el motor de Europa.
En riesgo de peligros a medio y largo plazo – déficit y deuda – en la parte socialista del gobierno, se trabaja en la urgente necesidad de que la mejora sea notada por los más afectados por la pandemia. Las advertencias de que las políticas de gasto excesivo no pueden sostenerse por el momento caen en oídos sordos. El gobierno cree que ha controlado y estudiado hasta dónde puede llegar. En su equilibrio, es fundamental buscar el equilibrio para intentar romper las brechas de desigualdad, subrayan los interlocutores consultados.
Por su voluntad, según fuentes gubernamentales, o porque Unidos Podemos alza y alza la voz con estas declaraciones, Pedro Sánchez empujará al máximo los límites que le recuerda la vicepresidenta primera, Nadia Calviño.
No hay por qué un entusiasmo excesivo por el PSOE, ya que su incremento de casi un punto, según publicó el CIS hace 48 horas, respecto a julio, se justifica por la caída del PP. Pero tampoco hay motivos para la desesperación: los presagios de su pronunciado declive no surgen de los datos actuales ni de las tendencias. En sus predicciones de que no están tan mal y además que solo les falta crecer, van acompañadas de estudios propios y ajenos. La observación de que Vox «llegó para quedarse», según varios dirigentes políticos, es aceptada como indiscutible y seguida de cerca tanto por el PSOE como por el PP. Los ciudadanos continúan con síntomas débiles. Los analistas de Elemental Research gestionan este dato y sitúan a Unidos Podemos en un 11,3% mientras que Más País no se mueve, con un 4,3% de intenciones de voto. No hay diferencias sustanciales en las opiniones de los partidos sobre si el PSOE y el PP están prácticamente empatados después del verano, ya que los populares han frenado su crecimiento. Elemental Research e Imop Insights, centro que prepara estudios para El Confidencial, coinciden con ligeras diferencias.
La carrera por el liderato será reñida, pero para el PSOE y el PP es crucial cómo se comportan los rivales de izquierda y derecha. Sin la ayuda de separatistas y regionalistas, Pedro Sánchez no gobernará. Incluso casado no lo hará sin Vox. De las entrañas de los datos del CIS se desprende que la preocupación de la mayoría de los ciudadanos es la situación del empleo y la economía. Este es el campo de juego. El gobierno se centrará en destacar con claridad cualquier dato favorable, mientras que el PP tiene el reto de convencer de que todo va a empeorar y qué avances habrá a pesar del gobierno hacia Europa.
El Ejecutivo está convencido de que este constante reproche confrontará la realidad del país. Ante esta posibilidad, los populares se intensificarán con las relaciones entre el gobierno y la Generalitat catalana y el presunto peligro de desmembramiento de España. Si esto no es fácil de justificar, debido al curso de las negociaciones, denunciar un trato preferencial a la comunidad autónoma catalana puede estar bien. La preocupación de la ciudadanía, una vez aliviado el peligro de la pandemia, está en la economía, pero el PP no se retirará de la batalla de los símbolos nacionales.
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