mayo 15, 2024

Falcao corona la victoria del Rayo con un debut goleador | Deportes

Falcao corona la victoria del Rayo con un debut goleador |  Deportes

A la hora del almuerzo, en la extravagante velada de las 2 de la tarde, Radamel Falcao mordió dos veces en Vallecas. La vocación al combate, la atención que nunca se desvanece, el fervor por darle a cada balón un destino digno y la inteligencia para adivinar cada paso en falso de sus goleadores, lo han cubierto de ovaciones en su debut con el Rayo. El colombiano entró después de una hora de juego que el Getafe intentaba desviar, y en diez minutos provocó el córner que se sostuvo en el 2-0 y el 3-0 se fabricó con la liberación de un viejo cazador. Incluso el público en ayunas lo vitoreó como un ídolo consagrado mientras besaba el escudo de su camisa frente a las gradas. En dos acciones había liquidado el derbi sur de Madrid. Un partido accidentado, marcado por interrupciones, 36 faltas, 13 tarjetas amarillas y unas polémicas decisiones de los árbitros que alargaron el tiempo de juego a los 99 minutos y contribuyeron a desorientar menos al Rayo de Getafe, que se hundió hasta el fondo de la tabla tras cinco derrotas consecutivas.

La dulce mañana soleada no presagiaba un choque tan nublado. Tampoco el inicio del partido apuntaba a la falta de control en el que iba a resultar el Getafe, que empezó a provocar una falta que Ünal se estrelló en el travesaño.

Los dos equipos se ponían a prueba cuando Catena envió un balón largo a Baby para buscarlo en el pasillo vacío detrás del lateral derecho del Getafe. Ironías del fútbol, ​​Míchel despliega dos laterales derechos: Iglesias y Suárez. La trampa, seguramente destinada a encerrar a Trejo, ni siquiera disuadió a Baby, quien intimidó a sus matones, fingió con el centro y arrojó el vehículo. El portugués no hizo nada realmente peligroso pero generó tanta preocupación en este Getafe alterado que en medio del área de Djené se apresuró a tapar a Nteka como si estuviera a punto de rematar. El togolés extendió los brazos hacia su marca, su codo tocó el rostro de Nteka y lo que parecía un roce trivial a 30 metros del balón fue objeto de revisión del VAR. Advertido de un posible penalti, el árbitro Cordero Vega se dirigió a la pantalla y ordenó el castigo. Óscar Trejo marcó el 1-0.

«Todos los detalles estaban en nuestra contra», se quejó Jaime Mata tras el scrum. “La sanción examinada por el VAR lo cambia todo. Te duele mucho emocionalmente ”.

«Soñé con marcar»

El gol de Trejo canalizó la compañía del equipo local antes de los diez minutos y desató ansiedad y desgracia en el Getafe. Tres minutos después del penalti, los tacos de Jankto se enredaron en la hierba y tuvo que retirarse con pronóstico de grave lesión articular. Míchel se lo cambió a Vitolo y empezó a negar con la cabeza con incredulidad y rabia. El Getafe quedó desfigurado al perder el balón mientras el Rayo mantenía la organización bajo el dictado de Trejo, Ciss y Comesaña.

En el descanso, Míchel presentó a Florentino y Macías y retiró a Damián Suárez y al desquiciado Chema. Fue suficiente para darle al Getafe el equilibrio y el sentido común para estabilizarse, al menos mientras rodaba el balón. La indefinida serie de accidentes, faltas y problemas técnicos con el auricular de Cordero Vega, estaba sumergiendo el juego en un pantano. En plena confusión, como quien suelta a un animal salvaje, Iraola mete a Falcao adentro. Son 71 minutos, cinco minutos después su astucia lleva al córner que Catena y Ciss golpean con la cabeza. Otros cinco minutos después, traicionó a Cuenca y Silva mientras se dirigía al círculo central, se movió inquieto, no controló y con un tiro cruzado terminó el pase de 3-0 de Ciss.

“Soñaba con poder saltar al terreno de juego y marcar”, dijo el héroe frente a la cámara de Movistar, antes de ir a tomar un tentempié; «Mis compañeros me animaron mucho, me sentí muy a gusto».

Víctima del primer atentado del Tigre a su regreso a España, el Getafe yacía sobre el césped. Tiene muy mal aspecto, porque su temporada empieza a parecer un camino de tormento: acumula ocho goles encajados por uno a favor. Ni siquiera el penalti pitado en el minuto 85 sirvió de bálsamo. Ünal lo ajustó al poste derecho del portero, pero Dimitrievski intuyó su intención y se lo quitó.

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