abril 26, 2024

Diego Molano: La represión de las protestas en Colombia pone contra las cuerdas al Ministro de Defensa | Internacional

Diego Molano: La represión de las protestas en Colombia pone contra las cuerdas al Ministro de Defensa |  Internacional
Diego Molano, ministro de Defensa de Colombia, este lunes en el Senado durante la moción de censura.Leonardo Vargas / Congreso de th / EFE

El manejo de la epidemia social que acorralaba al gobierno de Iván Duque ha producido una ola de críticas internas y externas a la represión policial. Esa tormenta está lejos de amainar. La política de seguridad para reprimir las protestas que han asolado a Colombia durante casi un mes ha desconcertado a otro miembro del gabinete, el ministro de Defensa, Diego Molano. El Senado comenzó este lunes a discutir una moción de censura contra el político en un momento en que tanto la oposición como los manifestantes piden su salida, mientras que el ejecutivo ha lanzado una ofensiva diplomática para tratar de contrarrestar las críticas internacionales.

Molano dio un «tratamiento de guerra» a la movilización social, en palabras de Iván Cepeda, uno de los senadores citados en el debate. El opositor lo acusó de ser «uno de los máximos dirigentes políticos en la cadena sistemática de crímenes de lesa humanidad» perpetrados por agentes del orden. «Han convertido a los jóvenes en el enemigo interno del país», dijo Cepeda. En su discurso recordó episodios documentados, como el ataque de civiles armados a manifestantes indígenas, sin intervención policial, o el ataque de decenas de defensores de derechos humanos uniformados, ambos en la ciudad de Cali, epicentro de la violencia. También ha publicado cientos de videos, audios e imágenes de abuso en 35 ciudades de Colombia. Algunos de estos videos inundaron las redes sociales y avivaron la indignación pública por la brutalidad policial.

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«Te vuelves corresponsable de un fallo ético del Estado colombiano», dijo a Molano el senador Gustavo Petro, quien perdió la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de 2018 ante Duque. «La constitución de Colombia les prohíbe disparar contra manifestantes pacíficos», dijo. Las fuerzas de oposición anticiparon su apoyo a la moción de censura, mientras que el Centro Democrático, el partido gobernante fundado por el expresidente Álvaro Uribe, defendió a los militares, quienes también fueron blanco de ataques. Desde varias orillas han condenado todo tipo de violencia. El Senado ahora debe esperar unos días antes de decidir si el ministro debe dejar el cargo, aunque parece poco probable que sumen suficientes votos para destituirlo. Un segundo debate sobre una moción de censura le espera en la Cámara de Representantes este martes.

«Una democracia que cede a los violentos se debilita», dijo Molano, argumentando, a pesar de las acusaciones, que los uniformados respetaban la ley. «Aquí los han tratado como monstruos y son héroes», dijo sobre la policía antidisturbios. El ministro asumió el cargo hace cuatro meses en un clima de deterioro de la seguridad que incluye el implacable asesinato de líderes sociales, ambientalistas y excombatientes de las FARC que firmaron el acuerdo de paz, así como una serie de masacres y reiterados incidentes de brutalidad policial que ya había Despertó la indignación de la ciudadanía ante el estallido social del mes pasado. Los abusos han reavivado el debate pospuesto sobre una reforma profunda de las fuerzas de seguridad.

Molano es el tercer ministro de Defensa de Duque desde que asumió el poder en agosto de 2018, y su corto mandato estuvo rodeado de controversias. Llegó para reemplazar a Carlos Holmes Trujillo, quien falleció en enero por covid-19. Holmes Trujillo asumió el cargo tras la renuncia de Guillermo Botero a fines de 2019, quien a su vez enfrentó una inminente moción de censura luego de encubrir la muerte de ocho menores en un ataque a disidentes de las FARC. El propio Molano ya se había enfrentado a un escándalo en marzo tras informar de la muerte de varios menores en otro atentado con bomba contra disidentes. Luego llamó a las víctimas del reclutamiento forzoso «máquinas de guerra».

La crisis del gobierno se precipitó rápidamente. La oferta del presidente de reforma tributaria terminó abriendo la caja del trueno. Las protestas, disturbios y bloqueos que ahora se amalgaman en torno a diversas causas cumplen ya 25 días. Muy debilitado, Duque retiró la reforma tributaria y aceptó la renuncia de su ministro de Hacienda, pero esto no calmó los ánimos. La renuncia del canciller siguió, en medio de críticas internacionales, lo que obligó a varios ajustes y atrincheramientos en el gobierno. En el camino, Standard & Poor’s rebajó la calificación de la deuda de Colombia y el país perdió la sede de la Copa América.

El ministro de Comercio, José Manuel Restrepo, asumió la cartera de tesorería y la vicepresidenta, Marta Lucía Ramírez, continuó al frente de la diplomacia colombiana. Durante el fin de semana, el presidente también crió a su ministro de Cultura. La cascada de renuncias ha llegado al Alto Comisionado para la Paz, Miguel Ceballos, quien acompañará los diálogos con los impulsores del paro pese a haber dejado su cargo en medio de los roces con el uribismo. La salida del ministro de Defensa se ha convertido en una demanda más del comité de huelga, que aglutina a las organizaciones sindicales y estudiantiles que convocan las manifestaciones. En las próximas negociaciones, la comisión puso sobre la mesa el fin de la represión como el tema más urgente para avanzar. Exigen garantías y que el presidente condene enérgicamente los abusos. Aunque las cifras difieren, hay al menos cincuenta muertes y Human Rights Watch informa a la fuerza pública al menos 14 asesinatos.

El debate coincide con la visita del vicepresidente a Estados Unidos, que intenta contrarrestar la mala imagen internacional. El nuevo canciller se reunió con el secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, y «por el momento» rechazó una visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para verificar la situación, otro reclamo de los manifestantes. «Tenemos que esperar a que los reguladores terminen de hacer sus deberes», argumentó, mientras la Casa Blanca pedía al gobierno de Duque que investigara los abusos.

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