abril 28, 2024

‘Policía de la guardería’ | La primera semana de jardín de infancia en el momento del covid | En primera persona | Mamás y papás

'Policía de la guardería' |  La primera semana de jardín de infancia en el momento del covid |  En primera persona |  Mamás y papás

Nuestro pequeño, que ya no es tan pequeño, acaba de comenzar su período de jardín de infancia. (Lo que antes se llamaba «jardín de infancia», por ser una falta de respeto a los profesionales que te enseñan y cuidan sin estar atentos a un aparcamiento de los niños.) Y empezó con el modelo pandémico, que lo cambia o lo complica todo.

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Con nuestra hija mayor, nacida en ese período tan cerca y al mismo tiempo tan lejos donde solo nos preocupaba que hubiera tantos turistas en la calle, pudimos hacer una adaptación tranquila, con los padres acompañándola dentro del aula. durante un rattollo.

En cambio, tuvimos que dar a luz al bebé en el rellano como si fuera un paquete de Amazon. Al menos no hemos adoptado la táctica de botones de «lo dejo en el ascensor y lo llamas».

Objetivamente, el protocolo de que solo los adultos que trabajan allí acceden al centro tiene sentido. Cuantas menos interacciones, más limpio y seguro será el vivero. Y esto afecta la salud de nuestros niños, la máxima prioridad de todos.

Pero así lloran los bebés … y los padres lloran.

Para el clásico sentimiento de culpa del novato, el «No puedo estar más con este bebé» y cinco segundos después de que salgo por la puerta del centro, comienzan a llorar como «Dejé a mi hijo para trabajar y recuperé mi identidad como persona por un tiempo. mientras. ‘”, se añaden las medidas anticovid.

Aunque, por supuesto, es mejor que el bebé llore un poco que se acerque a ti sonriendo, pero contagiado.

¿Pensarán los niños que realmente los hemos abandonado? Al principio, solo pasará una hora sin nosotros, pero como los niños no tienen reloj, puede ser más largo que un bloque de anuncios de Antena 3.

Los filósofos discuten si un árbol hace ruido en el bosque cuando no hay nadie cerca para escucharlo, y los padres se preguntan si nuestros hijos todavía están desconsolados cuando no estamos para verlo. O si realmente, como dicen los profesores, entonces cálmate y disfruta.

Saber que es normal que llore durante el proceso de adaptación no implica que no le duela. Así como duele aprobar el BTI o generar ingresos, no importa cuánto esté en la agenda.

Además, hay una revelación que no queremos escuchar. Y es que, según los profesores, personal bien cualificado y con experiencia en muchos a principios de año, los niños se adaptan mejor sin los padres.

No es que todos seamos muy pesados, controladores o protectores… pero la combinación de padres inquietos, extraños que gritan y un nuevo entorno no favorece una adaptación rápida y práctica. Por las buenas intenciones que tenemos.

Por eso confiamos en las personas que se dedican a esto y esperamos que las lágrimas de adultos y niños sean breves y que las sonrisas de alegría duren todo el curso.

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