abril 26, 2024

PP y Vox se unen contra una leve reforma constitucional y un aumento de las pensiones | España

PP y Vox se unen contra una leve reforma constitucional y un aumento de las pensiones |  España

La voluntad del PP de ejercer una oposición constante y frontal fue más evidente que nunca este jueves. Los populares y Vox se han unido en el rechazo de dos temas que en los últimos meses parecían suscitar un consenso del que solo la extrema derecha declinó: un ligero retoque a la Constitución, con el objetivo fundamental de sustituir el término «minusválidos» por «minusválidos». «Personas», y la actualización de las pensiones según el IPC. Los populares, apoyados por Vox, intentaron frenar ambos proyectos, aunque se cruzaran con el resto de la Cámara, incluida Ciudadanos. La que sería la tercera reforma constitucional en 43 años seguirá avanzando, aunque el PP tenga la potestad de vetarla cuando se vote el texto definitivo, para lo que se requiere una mayoría reforzada.

Una comisión del Congreso lanzó en 2018, con amplio consenso, la reforma constitucional solicitada por grupos de personas con discapacidad. Por ello, el Gobierno se comprometió a presentar un proyecto de ley, que fue pospuesto para posteriores convocatorias electorales hasta su llegada al Parlamento el pasado mes de mayo. Se trataba de cambiar la redacción del artículo 49 de la Constitución para sustituir un término que ahora se considera ofensivo y comprometer más a las autoridades públicas en la defensa de ese grupo de personas, 3,8 millones de españoles, según ha explicado este miércoles en la Sala. el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños. Se trataría de una reforma de la Ley Fundamental más suave que las dos implementadas hasta ahora, en 1992 para otorgar a los ciudadanos de otros países de la UE residentes en España el derecho a voto en las elecciones municipales y en 2011 para establecer el pago de la deuda como gasto prioritario del Estado .público.

Los populares ya anunciaron este lunes una enmienda para demoler el proyecto considerando, según su portavoz, Cuca Gamarra, que «este no es el momento político adecuado». En el propio texto de la enmienda desarrollan este argumento, afirmando que «las razones de la conveniencia son absolutamente inexistentes» debido a la presencia en el gobierno de «partidos que cuestionan abiertamente la Constitución española y que pretenden hacer estallar». La eurodiputada Isabel Borrego lo reiteró ante el Pleno: «¿Conoce el melón que abrieron?»

Vox, que también presentó una enmienda completa, reforzó ese argumento sustantivo del PP, aunque, como de costumbre, en términos más inquietantes. Según su portavoz, Macarena Olona, ​​el actual Parlamento «no tiene legitimidad moral» para tocar la labor de los «padres constitucionales» ya que en él «se llevaron a cabo los ataques más obscenos a la Constitución española», como la declaración del estado de alarma.

PP y Vox también aludieron a un informe del Consejo de Estado que, sin oponerse a la reforma, cuestionó algunos aspectos del texto. Popular Borrego agregó una razón más: si bien la Constitución mantiene un término que «no es el más correcto», «no impedirá» que las personas con discapacidad sigan disfrutando de sus derechos.

Varios colectivos, y no solo del flanco izquierdo, han mostrado su perplejidad por la actitud del PP. “Voy camino de un retroceso de derechos y libertades”, reprochó la popular Sara Giménez, de Ciudadanos. Previamente, el ministro Bolaños había aludido a que el texto está consensuado con los grupos que representan a estos colectivos ya que hubo consenso sobre el tema en el mismo Congreso de 2018, para concluir: «No veo un solo motivo para estar en contra . » El proyecto continuará su proceso, ya que las enmiendas fueron rechazadas con 205 votos negativos. Pero esa mayoría sería insuficiente para lograrlo cuando el texto final regrese a la Cámara, ya que el procedimiento de reforma constitucional requiere una mayoría de tres quintos de la Cámara, al menos 210 de los 350 diputados.

Actualización de pensiones

El PP recogió reacciones similares del resto de colectivos con la enmienda que pretendía revocar el proyecto de ley que garantiza la actualización automática de las pensiones. Desde el regionalista cántabro José María Mazón («no entiendo por qué rompen un consenso histórico») hasta el nacionalista vasco Iñigo Barandiaran («esto sólo se puede calificar de capricho»). Y de nuevo Ciudadanos, que se abstuvo porque creyó que el texto «debería mejorarse», sin dejar de deplorar la «oposición destructiva» del PP. Incluso Vox, que lo apoyó, no dejó de notar que la posición popular rompe «el consenso bipartidista».

Incluso el consejero de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá, argumentó que el contenido básico del proyecto responde a las recomendaciones del Pacto de Toledo firmado por el PP y consensuado en junio con los agentes sociales. El pueblo popular desdeñó ese acuerdo con empresarios y sindicatos como un «puntapié» con el único objetivo de «hacerse una foto en La Moncloa», en palabras del diputado Tomás Cabezón. El principal motivo que da el PP para objetar es que el proyecto no incluye un mecanismo para controlar el gasto total del sistema, cuestión que el gobierno ha anunciado que legislará por separado. Sobre el tema principal, la actualización de las pensiones, el diputado Cabezón aprobó sin hacer una declaración clara.

Escrivá apeló en vano a los populares. Argumentó que es «perjudicial» que el sistema cuestione su sostenibilidad y advirtió también que en Europa «no sería agradable» que uno de los principales partidos españoles pusiera en duda una reforma ya supervisada por Bruselas. «Esto no es un proyecto de partido, ni siquiera un proyecto de gobierno, es un proyecto de campaña», dijo el ministro. Escrivá luchó durante mucho tiempo con el PP, al que acusó de la «barbarie» de los «recortes» incluidos en la reforma que Mariano Rajoy aprobó en 2013 y concluyó: «La suya es una política de tierra quemada». Varios portavoces recordaron las palabras del propio Rajoy, el pasado lunes en la convención del PP, en las que animó a Pablo Casado a recuperar el modelo de su gobierno.