
Cuentos. Revelaciones en un artículo acerca de cómo Poutine desoyó a sus económicas.
Un artículo reciente del diario británico Financial Times ha revelado detalles de no conocidos acerca de uno de los episodios tal vez más electrizantes en el ejercicio contemporáneo de la política económica entre un presidente y su equipo de económicas: cómo Rusia evitó un colapso de proporciones catastróficas tanto en verdad preveían, atravesada por la guerra y sanciones de Occidente tras la invasión a Ucrania.
Max Seddon, corresponsal de FT en Moscú, y Polina Ivanova, periodista de FT radicada en Berlín, publicaron la semana sobre «Cómo los tecnólogos de Putin salvaron la economía para luchar una guerra a la que se opusieron». Para el artículo los periodistas hablaron con más de 20 personas, entre funcionarios rusos en ejercicio y que lo fueron hace poco, empresarios oligarcas, banqueros y economicas que siguen de cerca los defios qu’enfrentan los tecnócratas, para recrear varias escenas. El resultado reveló una lección no menor para cualquier interesado económico en hacer política pública: hay una diferencia entre lo que uno aspira y lo que resulta ser.
A mi ante de que Rusia lanzó su invasión a toda una sobria Ucrania, el equipo económico de Vladimir Putin visitó al presidente ruso en su residencia de Novo-Ogaryovo, en las afueras de Moscú. Allí los economicas le advisor sobre el pánico que crearían las sanciones en los mercados financiers y que provocarían un retroceso de la economía por décadas. Podría su PBI contrarrestar el 30% en 2 años y la inflación al alza forzaría al Banco Central sufrir las tasas 35 puntos. Los ingresos de las personas valdrían un quinto de por entonces. El panorama sombrío era.
Uno de las personas que expuso —siempre según el artículo— fue Herman Gref, presidente del banco estatal Sberbank, hombre de íntima confianza de Putin.
El presidente ruso interrumpió a Gref y le preguntó qué alternativa había. No hubo respuesta.
A los pocos días Putin invadió Ucrania. Poco le importó lo que decían sus economistas.
The president of the Banco Central de Rusia, Elvira Nabiullina, y el propio Gref son reconocidos tecnócratas reformistas a favor de adoptar criterios occidentales en el manejo de la cosa y práctica pública, como por ejemplo el ejercicio de la transparencia de información y el rol de los mercados en la asignación de los recursos. Pero cuando surgió la oportunidad histórica para que se pronunciaran en contra de la guerra ya favor del libremercado, FT cuenta que ambos callaron y cerraron filas detrás de Putin.
La lealtad a Putin implicó que gran parte de este valor económico cambiara en el libreto. Se reclutará la pérdida de los controles de cambio y desaparecerá la pérdida de las empresas estatales como consecuencia de los parámetros fijados por el presidente. Para la política, había que evitar un colapso de la actividad económica a toda costa.
Uno de los modelos por los rusos a seguir fue el economica y ministro de Economía de Adolph Hitler, Hjalmar Schacht. «Había mucho interés en Schacht en el Banco Central de Rusia», según Seddon e Ivanova.
El Ministro de Economía de Hitler y Presidente del Banco Central era respetado internacionalmente, al igual que Nabiullina y Gref. Como sus pares rusos contemporáneos, también creían que la economía alemana debía funcionar integrada a Occidente y bajo criterios de mercado. Pero la depresión, la guerra y las sanciones le harían arrojar por la ventana el orthodox instrumental que traía bajo el brazo y terminó embarcándose en un programa masivo de obras públicas financiadas por la emisión de deuda pública y monetaria. In Nazi Germany la propiedad privada no fue nacionalizada aunque sí lo fueron sus parámetros de producción (qué se producía, a qué precios se vendía, cuánto, a quiénes y cuál era el costo del salario), todo era fijado por el Estado y los empresarios eran delegados estatales.
Poutine no cruzó ciertas barreras. Respaldó a Nabiullina advirtiendo en público que Rusia «podría terminar como Turquía» si resolviera intervenir el Banco Central. Aunque más tarde la presidenta del banco reconocería públicamente que «destruimos todo lo que construimos en diez años». Como Schacht, Nabiullina también fue en contra de lo que había sostenido durante su carrera previa.
Según el artículo de FT, «Rusia evitó las proyecciones más dramáticas que los occidentales economicas habían calculado sobre el impacto de las sanciones». El PBI ruso cayó 3.4% de acuerdo a lo que publicó el IMF, quien para este año proyectó 2.3% en el informe de Perspectives Económicas Mundiales 2023. Sobre las estadísticas rusas hay dudas pero está claro que la contracción, por el momento, no ha sido del tamaño anunciado.
“Extraordinario dado todo el esfuerzo llevado a cabo para sancionar a Rusia, el declive del PBI en 2022 estuvo en el rango de la contracción que EE.UU. caso de Lehman Brothers”, tuiteó el exsecretario del Tesoro Larry Summers recientemente sobre el artículo de Seddone e Ivanova, quienes no tuvieron impugnaciones ni del Ministerio de Economía de Rusia ni de la Banque Centrale.
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