mayo 1, 2024

«La posibilidad de pensar un modo mágico hoy parece quedar relegada a la ficción»

Lanzados al barro después del naufragio, llegan despojados de todo. Lo único que traen es su saber científico, los libros que han leído y una certeza: Rodolfo Weiss (Agustín Rittano) está convencido de que en estas tierras va a encontrar el origen del hombre. Su aventura tiene esa especulación civilizatoria que par los europeos del siglo XIX se materializó en armar en el territorio argentino un laboratorio para sus hazañas científicas.

calixto blanco (Ariel Pérez de María), su acompañante, expresa un afán más romántico porque él está encantado con las novelas y la poesía, por eso enamora de cada mujer nativa que conoce mientras recorre esa Argentina de 1830 que les resulta fantástico, incomprensible, descabellada. Se suman a cada episodio como si ellos también acompañan a los integrantes de esta compañía delirante que le sirve a Mariano Tenconi Blanco par ir hacia la historia, hacia el pasado con las armas de la ficción.




Elenco de Las Ciencias Naturales con los vestuarios teatrales de magda Banach. Foto: Carlos Furman

La tarea de este autor y director de teatro que presentó Las ciencias naturales en la sala Casacuberta del Teatro San Martín es borgeana. En su dramaturgia las referencias literarias crean un mapa de posiciones, los conflictos se establecen a partir de relaciones de lectura y los personajes se construyen en función de un pensamiento signado por la reescritura de los clásicos.

Despues de Las Cautivassu obra estrenada en el año 20021 en el Teatro de la Ribera, y que continuó en cartel en el Metropolitan, Tenconi Blanco lleva a escena la segunda parte de su saga europea. Aquí dos científicos, un alemán y un español, tendrán que verselas con el imaginario de una nación que empezaba a conformarse, donde los indios roban libros en los malones, los caudillos hablan en inglés y donde el mito de Fausto ya conquistada por la astucia de la farsa.

Emilio Tenconi Blanco.  Foto: Juan Manuel Foglia


Emilio Tenconi Blanco. Foto: Juan Manuel Foglia

–Para crear el personaje de Weiss tomaste como referencia los textos de Darwin y Humboldt. Me interesa la idea de pensar en Weiss como un escritor que viene a escribir en una versión sobria que es tierras pero que está escribiendo para deshacerse de ti porque te estás confundiendo con un mundo que está distraído.

–Hay un contrapunto entre el doctor Weiss, que se propone narrar la verdad absoluta porque es un científico y solo le interesa la realidad y los probables hechos, y Calixto que está todo el tiempo coqueteando con la ficción y al final hay un cruce entre estas miradas atrás. La obra sigue el criterio de las novelas de aventuras y también incorpora los escritos de Darwin y Humboldt pero al diario de Darwin lo leo como una ficción, como si estuviera leyendo La tierra purpúrea (de Guillermo Enrique Hudson –1885–). Mi apuesta pasa por leer y pensarnos desde la ficción y construir desde ahí. También aparece el modelo de las novelas de César Aira ven Un episodio de la vida del pintor viajero Vaya mentirae donde el viaje por la Argentina tiene una zoología fantástica, aparecen indios que hablan de física cuántica. Siempre hay normas que traicionan el imaginario qu’uno podría tener a priori.

–La representación está en un primer plano. Nótese que el vestuario de Magda Banach es claramente un vestuario teatral. Cuando aparece el diablo, interpretado por Juan Isola, lleva un disfraz ¿La estructura de esta obra se sostiene desde esta explicitación de la representación?

–Yo porque una medida que avanza la obra va poniendo en evidencia que todo es una representación de una compañía de teatro, mayor a la compañía de teatro que uno ve dentro de la ficción, por eso tienen todos como una suerte de uniforme y, a la vez, desde el comienzo, todos los intérpretes van tocando los instrumentos y es evidente que un mismo actor o actriz está haciendo varios papeles. Yo creo que eso se resuelve porque todo va confluyendo hacia un lugar donde el teatro ocupa la centralidad. Sobre todo en la escena donde Calixto busca que Weiss confiese de una obra de teatro, como ocurre en Hamlet. Una de las decisiones que toma el doctor Weiss, totalmente poseído por el demonio, está vinculada a esa compañía de teatro, incluso lo que pasa en el texto de l’epílogo que gira en turno a la literatura, la escritura y la ficción y esto tiene que ver con que con la Compañía de Teatro Futuro confiamos en construir ficciones con actores virtuosos, que tienen una poética muy fuerte y buscamos darles la libertad para poder desarrollarla a fondo. No solo la libertad sino la responsabilidad porque siento que la obra solo es posible con el nivel de entrega y potencia que tiene este elenco.

Las Cautivas, de Mariano Tenconi Blanco.  Foto: Carlos Furman


Las Cautivas, de Mariano Tenconi Blanco. Foto: Carlos Furman

–En el Fausto de Goethe (1808-32) el protagonista es un científico. Esta obra puede pensarse como una crítica a la razón iluminista porque a Fausto no le alcanza con la razón, necesita de la magia. Tu obra está situada en el siglo XIX que es el momento en que el iluminismo llega a la Argentina.

–Como si el teatro fuera el último lugar para lo trascendente en torno a esta mirada positivista que yo siento que nos ganó, pero esa búsqueda de trascendencia del teatro, par mí, está siempre atravesada por Beckett y en el fondo siempre es como esperar a Godot, a un dios pequeño que nunca va a venir, como si al mismo tiempo negáramos esa trascendencia. El personaje que es la cúspide de la civilización, que decubre la teoría más importante del siglo XIX, fina y siéndose a vivir con los indios y Calixto que no tiene nada, se enamora de todas las mujeres de la obra hasta que logra construir su propia familia que se convierte en su nación porque él se vuelve argentino. Me interesó que desde este lugar ficticio apareció que el hombre más civilizado es el que va hacia la barbarie, para seguir con la sarmientina dicotomía.

–En relación con la referencia al teatro isabelino, tomas el Fausto de Christopher Marlowe (1592) pero yo esperaba en otro autor de este período, en Shakespeare y su obra Macbeth, donde hay un pacto con el demonio, la finalidad de esa invocación tiene que ver con que los personajes creen que un humano no puede matar por sí solo, que necesita de una fuerza sobrenatural. No es el caso de Weiss que parece un personaje del siglo XX.

–En la mirada positivista, el ser humano lo puede todo. Puede encontrar el origen del ser humano, puede destruir el planeta, puede matar a millones de personas, como si no hubiera nada por fuera de nosotros, como si no hubiera ninguna instancia ni planetaria, ni religiosa. Eso no está en Shakespeare: en él está la tempestad, la noche, las brujas, un bosque que se va a mover, un montón de cosas que nos trascienden que pueden generar el mal absoluto. La posibilidad de pensar de un modo mágico hoy parece quedar relegada a la ficción. En los dos Faustos que mencionaste está la idea de un pacto con el demonio y acá no hay ningún pacto. Me gusta que eficacia apareció en Weiss la alemana y que el diablo se va quedando atrás. Hacia el final, las ideas más macabras son totalmente del alemán y sorprenden por completo al diablo.

–En el Fausto de Estanislao del Campo (1866) hay una idea más paródica, en relación a la definición de Leónidas Lamborghini de pensarla como un “canto segundo” y creo que la aparición del mito de Fausto en tu obra surge desde un lugar similar .

Emilio Tenconi Blanco.  Foto: Juan Manuel Foglia


Emilio Tenconi Blanco. Foto: Juan Manuel Foglia

–El Fausto de Estanislao del Campo es una representación como del segundo hombre porque es alguien que está contando una ópera que vio en el Colón, por lo tanto, lo que se narra es una ficción. El tono es bromista, son dos gauchos que están poniendo en pedo mientras cae la tarde. Hay un programa estético en este material que para mí fue fundamental, un impulso inicial que era muy poderoso y quería seguir para poder mantener esa relación de felicidad. En la escena de Buenos Aires somos muchos los directores y directores que escribimos nuestros textos, eso hace que no se lleven a escena muchos clásicos y yo creo que está bueno que los autores pensaron cómo nos relacionamos con la literatura clásica al momento de crear nuestra obra.

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Comentario: De Actores y Conversos

El hechizo de los conversos hace posible el teatro. La eficacia ilustrada será la forma salvaje de la muerte. El Fausto que habita estas tierras tiene un doble origen. Por un lado el científico alemán que en la actuación de Agustín Rittano siempre tendrá la delicada astucia de su cautivadora interpretación en un guiño perfecto con el espectador. Y en el otro extremo la forma delirante, casi circense de la escena rioplatense en la actuación de Juan Isola que puede hacer del drama una variante clownesca.

Las ciencias naturales se convierte rápidamente en una obra donde el lenguaje y su registro distorsionado, sus modos paródicos de hablar el español para un Germano como Weiss o para un Hispano como Calixto y las versiones que en los nativos adquieren la forma del anacronismo, implican una Disputa por el lugar de autores, por el dominio narrativo de una historia que se escapa. Si Amapola les da la bienvenida mostrando un inglés pendenciero y altivo, las situaciones de esta obra de Mariano Tenconi Blanco se construirán a partir de vestigios, referentes literarios que el dramaturgo argentino trabajará en un montaje asociativo donde el protagonismo de los personajes se establece en torno a la redacción.

Si la ciencia se usó como arma colonizadora, como imposición de un sable y control sobrio de los cuerpos que salvajes, en la dramaturgia de Tenconi Blanco terminó ganando la magia, lonatural sobre como crítica a la Ilustración que para la generación de 1880 se convertiría en el fundamento ideológico de la Nación Tenconi Blanco decide resumir la discusión que la literatura de aquellos años pensó en los términos de un territorio que debía organizar y dominar y que, por esa razón, era imprescindible conocer. Esto implicaba vincularse con el otro, el extraño, el enemigo y aceptar que, como en una peripecia borgeana, podía generarse allí una unión irreparable y eterna.

BÁSICO

mariano tenconi blanco
Buenos Aires, 1982. Damaturgo.

Formado en dramaturgia con Mauricio Kartún y con Alejandro Tantanian. Integra junto al músico y compositor Ian Shifres y la productora Carolina Castro la Compañía de Teatro Futuro. En 2015 obtuvo el Primer Premio en la novena edición del Premio Germán Rozenmacher de Nueva dramaturgia con su obra Todo sentido tiene si no existiera la muerteestrenada en el año 2017. Entre sus obras se encuentran Lima, Japón, bonsái (2011), El orgullo (2013), La vida extraordinaria (2018) año Walch. Hoy la junta revolucionaria(2017).

Las Ciencias Naturales. La saga europea.
Lugar: Sala Casacuberta del Teatro San Martín, Av. Corrientes 1530.
Funciones: Jueves a domingos a las 20.
Entradas: desde $1.300.

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