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El Banco Central del Ecuador (BCE) ajustó la base de sus proyecciones de crecimiento económico para 2024, ubicando la expansión del Producto Interno Bruto (PIB) en 0,9%. Este ajuste se produjo luego del cierre del segundo semestre del año y respondió a diversos factores que incidieron negativamente en la confianza de consumidores y empresas.
En abril, el BCE había estimado un aumento del 1%, pero ahora ha decidido corregir esa cifra. En comparación, el Fondo Monetario Internacional (FMI) espera un aumento aún más modesto del 0,1% para la economía ecuatoriana durante el mismo período.
Entre los motivos que llevaron a esta regulación se encuentra la disminución de las importaciones de bienes de consumo, bienes de capital y materias primas. Además, se observó una caída en el crecimiento de los hogares y una desaceleración de la inversión privada. Por ejemplo, el BCE había predicho que el consumo de alimentos aumentaría un 0,7% en 2024; ahora se estima que este aumento será sólo del 0,2%.
La brutal formación de capital fijo, que se refiere a las reversiones de activos como los inmobiliarios y mecánicos, también ha sufrido una importante revisión. Inicialmente se esperaba un aumento del 1,3%, pero ahora se espera que sea sólo del 0,6%. En comparación con las exportaciones, la previsión de crecimiento se ha reducido del 4,2% al 2,4%.
El cambio más drástico se observó en las importaciones, que, en lugar de aumentar un 0,9%, ahora se espera que disminuyan un 0,8%. Esta caída de las importaciones se ha informado en datos recientes que indican una caída del 6,5% en las importaciones de bienes de consumo y del 10,8% en las importaciones de materias primas a principios de 2024, en comparación con el mismo período del año pasado.
Ante este panorama, el BCE sugiere que una reducción de atrasos en el sector público podría inyectar liquidez y dinamismo a la economía, facilitando así la eliminación de inversiones y la mejora del consumo. Hasta julio, el Gobierno había destinado 415 millones de dólares para saldar las dos con los Gobiernos Autónomos Descentralizados (GAD) y 500 millones de dólares a los proveedores.
Sin embargo, el BCE también advierte de cambios que podrían afectar a estas proyecciones de crecimiento. La crisis del sector eléctrico es una gran preocupación, ya que podría afectar tanto a la producción como al consumo general. Además, los altos índices de seguridad están afectando la demanda interna y, en última instancia, las ventas. La incertidumbre política, especialmente en el contexto del proceso electoral, también paraliza las decisiones empresariales y limita los retrocesos a corto plazo.
En resumen, el BCE ha revisado sus expectativas de crecimiento para 2024 a baja, subrayando la importancia de abordar los retornos económicos actuales y mejorar la confianza del mercado para estimar la reversión y el consumo en el país.
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