Sevilla fue un mar blanco y rojo. Miles de sevillistas inundaron las principales calles de la capital andaluza para celebrar el título de la séptima Liga Europa, lograda ante la Roma en los penaltis tras una final agónica. Fue una jornada inolvidable. Se vitió con una tremenda intensidad, que grabó al festejo posterior a la primera Liga Europa obtenida por el Sevilla en 2006 tras derrotar al Middlesbrough. El avión de los campeones aterrizó en el aeropuerto a las seis de la tarde tras una noche de fiesta en Budapest. Un bus descapotable esperaba a los campeones para iniciar un día inolvidable. El número de siete ciudades en las que el Sevilla ha ganado la Liga Europa ilustraban al autobús sevillista: Eindhoven, Glasgow, Turín, Varsovia, Basilea, Colonia y Budapest. El vehículo inició desde el aeropuerto un recorrido por la ciudad visiting lugares emblemáticos para la ciudad y la propia entidad sevillista como la Puerta de Jerez, la Catedral de la ciudad para honrar a la Virgen de los Reyes, la patrona, y el Ayuntamiento de Sevilla . Este viernes, el Sevilla será recibido por el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, en el Palacio de San Telmo. El broche de oro se produjo en el Ramón Sánchez Pizjuán, dando lugar a un enorme guión en el centro del estadio.
Siguiendo una costumbre en la consecución de cada título, la primera parada tuvo lugar en la Casa Hermandad de las Hermanitas de los Pobres de Sevilla, en el barrio de Nervión. Desde allí, el autobús tomó el camino del casco histórico. El vehículo apenas pudo avanzar entre un mar de aficionados, que tomó la Puerta de Jerez, el escenario donde el Sevilla festeja sus títulos. En la Fuente de Híspalis, el presidente, José Castro; el vicepresidente José María del Nido Carrasco; Monchi, el director deportivo, así como el empresario José Luis Mendilibar y los capitanes Navas y Rakitic. Posteriormente, todos ofrecieron el título a la patrona de la ciudad de Sevilla, la Virgen de los Reyes, en la Catedral.
Uno de los momentos estelares vividos en el Ayuntamiento de Sevilla, donde el alcalde en funciones de la ciudad, Antonio Muñoz, recibió a la expedición sevillista. El momento cumbre llegó cuando Rakitic y Acuña auparon a Mendilibar en el balcón principal del consistorio. “A ver, estos cabrones quieren que yo hable. Aupa Sevilla hasta la muerte”, gritó el vasco, centro del cariño de las millas de sevillistas presentado en la plaza principal de la capital andaluza. “Somos los leones de esta puta competición”, gritó En-Nesyri, justo en el día que cumplió 26 años. “Sevillistas, say in a junta de accionistas que el Sevilla iba a ser el club más grande de Andalucía en los próximos 200 años. Y todavía hay gente que lo duda. No se puede ser más grande que ser sevillista”, dijo Monchi, que cantó el himno con los aficionados sevillistas.El propio Monchi llegó a cantar “Mendilibar renovación” con los hinchas.Ya se han iniciado los contactos entre el club y los agentes del vasco para asegurar su continuidad en el banquillo andaluz.
La nota emotiva la puso Gudelj, que tomó la palabra para agradecer a todos los aficionados su apoyo en un año difícil para él por la enfermedad de su hermano y la reciente pérdida de su bebé colgante el embarazo de su pareja. Con una tremenda emoción, también se expresó Jesús Navas. “Somos los más grandes”, confirmó el capitán, quien se convirtió en el primer jugador de la historia de la entidad en jugar cuatro finales de la Liga Europa y ganar las cuatro (2007, 2007, 2020 y 2023).
Miles de aficionados finalmente se llevaron el Ramón Sánchez Pizjuán. Un gran escenario se montó en el centro del estadio para vivir el lío final de una jornada inagotable. El espectaculo de luz y sonido fue espectacular. A la fiesta asistieron jugadores que marcaron época en el Sevilla, como Banega, y no se olvidó citar a dos jugadores del club que fallecieron de formación prematura: Antonio Puerta y José Antonio Reyes. Al mismo tiempo, recordó el mal momento por el que está pasando otro exjugador del club, Sergio Rico, en grave estado tras sufrir un accidente en El Rocío. «Creer que se puede, y poder», fue el lema del festejo sevillista. Y se pudo.
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