abril 18, 2024

Inmigración estadounidense: México se prepara para una nueva crisis migratoria en la frontera norte | Internacional

Inmigración estadounidense: México se prepara para una nueva crisis migratoria en la frontera norte |  Internacional

Una nueva crisis migratoria se avecina en México. Las esperanzas de miles de personas de ser recibidas en Estados Unidos por la nueva administración del demócrata Joe Biden han puesto en alerta la frontera entre los dos países. El secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, dijo el martes que esperaba la mayor ola de migrantes en los últimos 20 años. El ejecutivo mexicano, que durante la presidencia de Donald Trump convirtió al país en un muro para quienes huyen de la pobreza y la violencia en el Triángulo Norte de Centroamérica, enfrenta un nuevo desafío en medio del año electoral. Aunque la frontera permanece cerrada por la emergencia del coronavirus, las últimas tres semanas han visto un aumento significativo en el flujo de personas, incluidos miles de menores no acompañados y mexicanos que deciden salir de su país. Las autoridades respondieron con más controles, detenciones y deportaciones.

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La grave crisis migratoria que atravesó México en 2019 marcó la agenda política del primer año de presidencia de Andrés Manuel López Obrador. La espinosa situación se calmó en 2020 debido a la pandemia. Si bien continuó la llegada de migrantes, lo hizo en menor medida. El covid redujo las solicitudes de asilo en un 42% respecto al año anterior, según datos de la Comisión Mexicana de Ayuda a los Refugiados. El ascenso de Biden al poder y el cambio hacia una retórica más amigable con los migrantes ahora han impulsado una nueva ola de inmigración. Miles de centroamericanos han regresado a la frontera o se están preparando para llegar con renovada esperanza.

La administración Biden inició un proceso en febrero para acoger a 25.000 solicitantes de asilo, como una medida para poner fin a las prácticas más crueles de Trump. Pocos han podido entrar desde entonces, pero las cifras generales reflejan la estanqueidad de la frontera. Aproximadamente 100.000 personas dejaron de intentar cruzar el mes pasado, un 28 por ciento más que en enero. En marzo, la media diaria de detenciones ronda las 4.000, tasa que puede dejar un total mensual superior. Las autoridades de los dos países han insistido en que las puertas permanezcan cerradas para todos aquellos que no tengan residencia o sean ciudadanos estadounidenses. «Estamos expulsando a la mayoría de los adultos y familias solteros», advirtió Mayorkas el martes, al explicar la recuperación debido al aumento de la violencia, la corrupción y el reciente paso de huracanes que devastaron Centroamérica.

El temor a una nueva caravana es palpable dentro del gobierno, que en los últimos días ha insistido en declaraciones difundidas por las embajadas de México en Centroamérica en que «no permitirá el ingreso ilegal» de personas por la frontera sur. La alarma también se siente en los centros migratorios del país, donde todos los días hay un repunte de personas que llegan. Decenas de activistas se reunieron prácticamente el pasado fin de semana para decidir cómo afrontar la nueva crisis que se avecina. «El mensaje para los migrantes es que no se muevan», advierte Juan Antonio Sierra Vargas, titular de la Casa del Migrante de Matamoros, en el estado fronterizo de Tamaulipas. La apertura a unos pocos alimentó la falsa idea de que las puertas estaban abiertas, dice Sierra Varga. «Lamentablemente la gente no presta atención, creen que desde que se abrió el puente tienen más acceso, pero no tienen a dónde llegar porque no hay forma de pasar», agrega.

El activista Alberto Xicotencatl estima un aumento del 50% en el flujo en las últimas semanas en el refugio Casa del Migrante en Saltillo, Coahuila. «Ellos piensan con Biden [pasar] la frontera es mucho más sencilla y tienen la falsa idea de que con niños o familias la entrada será más fácil ”. La situación ha empeorado con la pandemia, dice, porque pueden recibir menos personas por las medidas recomendadas para prevenir brotes de coronavirus. Xicotencatl también denuncia la falta de apoyo del gobierno, que este año eliminó los recursos presupuestarios destinados a apoyar a los municipios y estados fronterizos que atienden a los migrantes.

El fenómeno migratorio que enfrenta México este año tiene dos componentes, explica Alberto Hernández, presidente del Colegio de la Frontera. El primero es el flujo de centroamericanos que erróneamente ven a Biden como la «oportunidad de cumplir su sueño» de tener una vida en Estados Unidos. La otra es más innovadora y está formada por grupos de mexicanos que han decidido salir del país. “Ha habido una fuerte caída de la migración mexicana en las últimas décadas y esta se ha reactivado”, dice el especialista en migración. Una de las nuevas razones que impulsa a las personas, agrega, es la reactivación económica después de la pandemia, que es más prometedora en Estados Unidos que en los países latinoamericanos.

En respuesta a la reanudación de la migración, las autoridades han intensificado los controles en la zona fronteriza, dicen los partidarios de los migrantes. El Instituto Nacional de Migración (INM), que no respondió a la solicitud de información de este diario, detuvo a unas 1.200 personas que viajaban en tren por el sur y centro del país solo entre el 25 de enero y el 16 de febrero. Otros 800 fueron detenidos en las mismas regiones en autobuses y camiones, dijo la institución a Reuters. Tonatiuh Guillén, exdirectora del INM, dijo a la agencia que la escalada de detenciones en el país no tiene precedentes, mientras que antes eran ocasionales, ahora se han convertido en una práctica común.

“México sigue deportando a más migrantes que Estados Unidos. Y este año nuestro país seguirá en su posición de contención, no cambiará su rol de cerco ”, asegura Hernández. El desempeño de la administración mexicana ante una nueva ola migratoria jugará un papel en el escenario político nacional, dice. El país enfrenta las elecciones más importantes de la historia este año. «El gobierno tiene una situación complicada: si ejerce demasiada presión, puede jugar en su contra en las urnas, pero si se relaja demasiado también». Independientemente de los matices que pueda tener la respuesta, solo espera no tener que ver nunca las imágenes brutales dejadas por la crisis de inmigración de 2019.