marzo 28, 2024

América Latina: 50 años de ‘Venas abiertas …’ | Ideas

América Latina: 50 años de 'Venas abiertas ...' |  Ideas
El candidato presidencial de izquierda de Perú, Pedro Castillo, saluda a sus seguidores desde un balcón en la sede de su partido el 10 de junio de 2021.Fotógrafo autónomo / EFE

El problema actual en América Latina (AL) tiene dos caras: por un lado, la desigualdad socioeconómica; por otro, la incidencia de lo que a menudo se ha llamado neopopulismo, expresión actual del caudillismo populista del pasado. Sabemos bien que la desigualdad en Los Ángeles es, en términos comparativos, muy profunda, y también que hay variaciones muy fuertes entre los países que la componen. Sin embargo, no sabemos qué relación existe entre desarrollo económico e igualdad. Tampoco qué conexión se produce entre los dos, por un lado, y el llamado neopopulismo, por otro.

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Estas reflexiones proceden del último libro del sociólogo español José María Maravall (Democracia e izquierda; Galaxia Gutenberg) y se puede leer como eventos, algunos inusuales, ocurren en los países de la región que subyacen a estas ideas. Por ejemplo, las recientes elecciones peruanas podrían dar poder al representante de un partido marxista-leninista, que llegaría al gobierno mediante votaciones. Sería una de las primeras veces (¿la primera, tal vez?) De que esto suceda, lo que obligaría al propio Lenin e incluso a revisionistas como Bernstein, el renegado Kautsky y otros. En Perú, dos modelos de populismo se enfrentaron hasta el último, uno de derecha (Keiko Fujimori), apoyado por el todopoderoso institución del país (empresarios, intelectuales, medios de comunicación, etc.), y otro «conservador de izquierda» (Pedro Castillo), comunista pero a la vez opuesto al aborto, al matrimonio homosexual, etc. Vargas Llosa, que fue el rompeolas más destacado de Fujimori en la campaña electoral (cosas verdaderas), escribió: «No elegiremos a algunas personas, optaremos por un sistema».

El periódico de Wall Street, la biblia mediática más ortodoxa del capitalismo, escribió que AL se está rebelando contra el libre mercado y mira al marxismo después de la crisis de COVID. Y dio numerosos ejemplos: AMLO en México, Chile (donde un grupo fuertemente izquierdista está a punto de reescribir la Constitución del país y donde el Partido Comunista ha adquirido una hegemonía que ni siquiera tuvo con Salvador Allende), kirchnerista y anti- la Argentina liberal, la plausible posibilidad de un Brasil con Lula todavía al mando, y así sucesivamente. Esta reflexión no es tan clara: los principios neoliberales del Consenso de Washington no están muertos con su creador, John Williamson, y la alternativa ideológica izquierda-derecha es mucho menos clara que las diversas políticas antisistema y populistas. Actualmente, no hay un giro a la izquierda en la región tan pronunciado como el de la primera década de este siglo.

Este año se cumple el 50 aniversario del libro que cambió para siempre la historia del territorio: Las venas abiertas de América Latina, del inolvidable uruguayo Eduardo Galeano, el texto de referencia de la izquierda latinoamericana en sentido amplio, reimpreso mil veces desde 1971 (editorial Siglo XXI). Tiene sentido volver a leerlo y comparar sus predicciones con la realidad. La región, atravesada de punta a punta por el coronavirus (Perú es el país del mundo con más muertes per cápita debido a la pandemia), mantiene a 187 millones de habitantes en la pobreza y 70 millones en la pobreza extrema (datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe) de una población mundial de 654 millones de personas.

Los libros de Galeano y Maravall no tienen mucho que ver entre sí. Quizás coincidan, muchos años después, en la realidad de algunos estados anémicos de la región que no han podido realizar adecuadamente las funciones que les corresponden para reducir las desigualdades exponenciales que, en muchos casos, derivan de la colonización. venas abiertas … Es la descripción del continuo saqueo de los recursos naturales de la zona por parte de los diferentes imperios que la atravesaron. De haber vivido Galeano, no habría tenido más remedio que añadir un epílogo con el papel de Rusia y China en la región.

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