abril 25, 2024

El Güero Palma, veterano líder del cartel de Sinaloa marcado por la sed de venganza

El Güero Palma, veterano líder del cartel de Sinaloa marcado por la sed de venganza
Héctor Palma Salazar «alías El Güero Palma», durante su segunda detención en 2016Secretarios de Estado / Secretarios de Estado

La inminente liberación de otro narcotraficante histórico ha reabierto la puerta de viejos fantasmas a México. En la madrugada del sábado llegó al penal del Altiplano una resolución judicial inesperada: Héctor Luis Palma Salazar, alias Güero Palma, uno de los líderes del cartel de Sinaloa, fue absuelto de los cargos de crimen organizado. Encerrado desde 1995, si ningún otro tribunal mexicano lo reclama antes del martes, el veterano compadre del Chapo Guzmán, con quien compartió la corona criminal en los noventa, venganza personal e incluso la vida tras las rejas volverá a pisar el camino.

Pese a la avanzada edad del jefe, 80 años, la onda expansiva de la decisión del juez llegó al Palacio Nacional, que ya instaló las 32 oficinas de la Fiscalía del Estado y hasta el Ministerio de Relaciones Exteriores para rastrear tanta justicia. como posibles cuentas pendientes en Palma. El objetivo no es repetir lo sucedido con Rafael Caro Quintero, liberado en 2013 tras un controvertido fallo judicial. El narcotraficante histórico, fundador del cartel de Guadalajara en la década de 1980, había estado en prisión durante 28 años y aún había estado tras las rejas durante más de una década. Desde su liberación, Quintero se ha convertido en un problema para las autoridades mexicanas. El Narco de narcos ha vuelto al trabajo y hoy es el fugitivo más buscado de la DEA.

En México hay pánico de que vuelva a suceder lo mismo si se confirma la liberación de Palma. Más aún porque el jefe todavía tiene asuntos pendientes en el inframundo. Un episodio que llega desde principios de los noventa, el cartel de Guadalajara ya diluido y el nuevo imperio de Sinaloa en pleno apogeo. Durante su loca guerra por el control de la frontera occidental, los hermanos Arellano Félix, jefes del cartel de Tijuana, se infiltraron en un sicario en el círculo íntimo del poder de Sinaloa. Primero sedujo a la esposa de Güero. Luego la mató y envió la cabeza de su esposo en una caja de metal refrigerada.

Una semana después, Güero recibió otro mensaje macabro. Un video que muestra cómo sus dos hijos, Nataly y Héctor, de cuatro y cinco años, fueron arrojados a un puente de más de 150 metros de altura en Venezuela. Los tres familiares del cacique están enterrados en un gigantesco cementerio del cementerio Jardines de Humaya en Culiacán (Sinaloa). Un fresco heterogéneo los representa con alas de ángel y nunca faltan juguetes y muñecos para recordar a los más pequeños.

La respuesta de Sinaloan al insulto también fue salvaje. El sicario, el venezolano Rafael Clavel Moreno, fue rápidamente asesinado. Hicieron lo mismo con sus tres hijos y otros tres cómplices venezolanos, quienes aparecieron desmembrados en una alcantarilla. Luego cayó el abogado del cartel de Tijuana y cuatro familiares de la familia Arrellano. La venganza duró al menos cinco años y aún no está claro cuántos cuerpos sembró ni si está completamente resuelta.

La amenaza de una nueva venganza

El cartel de Tijuana ahora se considera prácticamente un fósil tras la muerte o el encarcelamiento de todos los hermanos. Pero un nuevo giro inesperado podría resucitar la vieja y sangrienta rivalidad. Incluso Eduardo Arellano, uno de los fundadores del clan, pudo volver a las calles en libertad, según avance Milenio En la semana pasada. En la cárcel de Estados Unidos desde 2013, el Doctor, considerado el cerebro financiero del cartel, logró reducir su condena y será liberado este verano gracias a un programa de colaboración con la DEA.

El propio Palma también pasó por las cárceles estadounidenses, tras una espectacular detención. En 1995 me dirigía a una boda en Guadalajara pero el avión se estrelló. Herido, se refugió en una casa en Zapopan bajo la protección de un comandante judicial federal. La operación de detención lo encontró recuperándose en la cama. Los primeros cinco años los pasó en el penal Puerta Grande de la Ciudad de México, donde coincidió con El Chapo, su expareja desde sus inicios como ladrón de autos en Culiacán, detenido dos años antes en Guatemala. Durante ese breve intervalo, el vacío de poder tras la caída del patrón lo llenó Güero, quien ha ocupado un alto cargo en la mafia sinaloense -cabeza de la Piazza Sonora y Arizona- desde la época de Félix Gallardo, cartel de El Padrino del Guadalajara.

El gobierno de Felipe Calderón solicitó su extradición en 2007. Una larga sentencia lo esperaba en el penal de Atwater (California), pero en 2016 fue puesto en libertad por buena conducta. Como está sucediendo ahora, el anuncio de su salida desató las alarmas de las autoridades mexicanas. Cuando cruzó la frontera hacia Matamoros, la Armada y el Ejército lo esperaban para enviarlo de regreso a prisión por el asesinato de un subcomandante de la policía y su guardaespaldas quienes, luego de estar presuntamente a su mando, se pasaron al cartel de Tijuana. El 18 de mayo de 1995, en la localidad de Trigomil (Nayarit), sus cuerpos fueron encontrados dentro de su camioneta Chevrolet blanca. Habían sido pulverizados en la cara con más de 20 balas.

A pesar de su reconocido buen comportamiento durante su odisea carcelaria, las pruebas psicológicas desclasificadas por las autoridades estadounidenses tras su liberación en 2016 lo retratan como una persona de baja empatía social y alta capacidad criminal. Los mismos documentos muestran que nunca habló del espantoso asesinato de su esposa e hijos. En el caso de que se confirme su nueva liberación, el antiguo jefe tendrá la oportunidad de demostrar si esa afrenta ya se ha resuelto o si aún tiene sed de venganza.

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