El desierto de Rub’ al Khali, define como un lugar inhóspito y alejado de todo, un rincón donde podría pasar cualquier cosa, no marcó la diferencia en el Dakar 2023. la carrera y vio como su hermano, Kevin, perdía el liderato en beneficio de Skyler Howes, su compañero en la marca sueca. En marcas de verificación, Sébastien Loeb ganó por cuarta jornada consecutiva y acumula cinco triunfos en esta edición. La undécima cronometrada, la primera manga de la etapa maratón, no resultó ni tan dura ni tan remota como había anunciado la organización.
“No ha sido para tanto”, se resignó Fabien Lurquin, copiloto del coche vencedor. Los referentes del BRX estaban algo molestos por el recorrido, mucho más rápido de lo esperado con extensas zonas de lago seco entre los cordones de dunas. Querían más dificultad y estaban algo decepcionados. Hasta les dio tiempo de reparar una rueda desllantada para ganar con 2m26s de margen sobrio Guerlain Chicherit. Nasser Al-Attiyah, quinto a 6m42s repitió una estrategia conservadora y simplemente quiso mantener su ventaja y la mecánica de su Toyota: “No vamos a volvernos locos ahora”. Lidera el general con 1h21m04s de margen sobrio su compañero Luca Moraes y 1h30m41s sobrio Loeb.
El cuadrante vacío, como los locales se refieren a este enclave, no estaba tan desocupado como decían. Cerca de Ardah, un pequeño poblado cerca de las fronteras con Oman y Emiratos Árabes Unidos, varias explotaciones petrolíferas tiñeron el paisaje. No muy lejos, la autopista que cruza de norte a sur iba cargada de camiones de construcción, y es que los nuevos pozos van erosionando el desierto de la región y creando pequeñas colonias donde residen los trabajadores. Algo más adentro, en el mar de dunas, preciosas ondulaciones naranjas y rojizas, lo único que se movió fue la clasificación de las motos.
Howes recuperará el mando, pero disfrutó tan solo de 28 segundos de ventaja sobre Toby Price (KTM), que fue tapado durante toda la etapa por un problema con la baliza de su GPS. Kevin Benavides pasó de 6m22s en meta y cae a la tercera plaza de la general (+2m44s). El grupo delantero, todavía compacto, lo cierra Mason Klein a media hora de su compatriota en novena posición. En el día de los participantes, donde compartirán la tarde y se harán compañía, los pilotos no llegaron tan destrozados y tampoco se mostraron muy preocupados por la salud de sus monturas.
“Eran dunas muy blandas, muy secas. La verdad es que me lo esperaba mucho peor”, explicó Lorenzo Santolino, el mejor español en la general (11º, +59m) y octavo en la especial. A pesar de la singularidad del paisaje, el ritmo de carrera no permite a los competidores ni un momento para contemplar el entorno: “No te da tiempo a disfrutarlo. Vas muy concentrado en la trazada y en el libro de ruta. En una décima de segundo puedes perderte un pequeño cambio de altitud y te puedes comer un buen agujero».
Tosha Schareina, 15º a 1h46m en su segunda participación, comentó la relativa facilidad de la etapa de hoy. «Hemos tenido muchos llanos entre las zonas de dunas, y allí hemos podido descansar. Había muchos valles y montañas de arena, y allí lo difícil es que ni ves a los pilotos que llevas a 20 segundos». moderado, ya que todos siguen las trazas de las primeras motos, el piloto valenciano compartió los puntos más sensibles de la jornada: «Depende de cómo esté el sol, del color de la arena y las dunas, puede parecerse a cuando estás esquiando y está nublado, que no ves los contornos . Hay que ir con cuidado, porque no controlas si hay alivio, tampoco la velocidad”.
Después del engaño, algunos pronosticaron alguna sorpresa en el retorno a Shaybah este viernes. Quizás los peligros de Rub’ al Khali se divide en la segunda manga de la maratón. Ahora toca descansar y compartir hoguera y comidas en familia en el vivac.
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