Hace menos de un año que la Agencia Espacial Española despegó de la mano de un equipo directivo compuesto por representantes del mundo académico, militar, civil y empresarial. La astrofísica Eva Villaver asumió el reto de liderar la Oficina de Espacio y Sociedad. Y Nicolás Martín, asesor del Comité del Programa Espacio de la Unión Europea, fue nombrado director de la sección de Servicios y Aplicaciones. Ahora, reunidos en Málaga, ambos directivos hablan con EL PERIÓDICO de los retos del sector espacial español. «Quizás hay gente que no lo sabe, pero los proyectos espaciales tienen aplicaciones directas desde en sectores como la agricultura hasta la lucha climática», explican Villaver y Martín desde el ‘Small Satellites & Services International Forum’ (SSSIF) de Málaga.
¿Qué importancia tiene para un país como España tener una agencia espacial propia?
Villaver: Esta entidad nace como una respuesta a una reivindicación histórica del sector aeroespacial español. Hasta ahora, estos proyectos se llevaban a cabo de forma más dispersa y había muchos interlocutores involucrados. Con la creación de la Agencia queremos, por un lado, que haya una única voz representando a los intereses del sector y, por otro, defender una hoja de ruta común. Nuestro objetivo por ahora no es lanzar misiones, sino mejorar la coordinación del ecosistema existente.
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«Nuestro objetivo por ahora no es lanzar misiones, sino mejorar la coordinación del ecosistema existente»
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¿Qué tipo de proyectos podemos esperar de esta entidad?
Martín: Estamos trabajando en varias líneas estratégicas. Por ejemplo, en el desarrollo de lanzadores de satélites. O en la creación de la Constelación Atlántica, un proyecto de observación de la Tierra que llevaremos a cabo en colaboración con Portugal. También queremos avanzar en proyectos de comunicaciones cuánticas, que permitan mejorar el cifrado de la información que transmiten los satélites. Todo esto tiene aplicaciones directas en cuestiones como la vigilancia de fronteras, la gestión de espacios agrícolas, para hacer frente a desastres naturales o hasta para estudios sobre cambio climático.
Más allá de estos proyectos propios, cada vez son más las colaboraciones españolas en misiones espaciales de gran alcance.
Villaver: Sí, efectivamente. Y esa será otra de las grandes prioridades de la Agencia. Queremos coordinar la participación española en los grandes proyectos de la Agencia Espacial Europea, en los que participan los países miembros. También creemos esencial seguir trabajando para cerrar acuerdos bilaterales de colaboración con agencias de otros países como, por ejemplo, la NASA.
Hace unos meses se anunció que España se sumaba al programa lunar Artemis, que quiere llevar una nueva tripulación. ¿Es la primera vez que los científicos españoles se embarcan en un proyecto de este calibre?
Martín: España siempre ha tenido y tendrá un papel clave en las misiones lunares. Las misiones Apollo, por ejemplo, se coordinaron a través de una red con varios nodos en España. De hecho, se dice que las estaciones madrileñas de Robledo de Chavela y Fresnedillas y la canaria de Maspalomas fueron las primeras en recibir la señal de que el hombre había aterrizado en la Luna. Ahora, con la participación en el programa Artemis, España seguirá estando muy presente en las misiones lunares.
«Las estaciones españolas fueron las primeras en recibir la señal de que el hombre había aterrizado en la Luna»
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Una pregunta odiosa pero necesaria. ¿En qué repercute todo esto a los ciudadanos de a pie de calle?
Villaver: En muchísimas cosas. Los aviones, por ejemplo, se guían con sistemas de posicionamiento que dependen de los satélites. El GPS que tenemos en el móvil y que nos ayuda a llegar a casa, también. Lo mismo cuando ves la televisión. Ya si buscamos ejemplos más prosaicos, recordemos que los pañales son una herencia de la carrera espacial. Igual que los rayos X y muchas otras tecnologías con aplicaciones médicas. El problema no es encontrar ejemplos de aplicaciones prácticas, sino que la gente no los conozca.
Uno de los grandes retos del sector es frenar y revertir la fuga de cerebros. ¿Alguna fórmula para conseguirlo?
Martín: España forma a grandes profesionales del sector del espacio, en gran parte porque la formación universitaria es excelente. El problema es que, tras graduarse, son muchos los que se van al extranjero porque les ofrecen un sueldo mejor o condiciones laborales más favorables. La única manera de evitar que esto ocurra es crear las condiciones para que en España surjan más empresas, más proyectos y en definitiva más oportunidades de desarrollar proyectos espaciales. Hace años, si querías trabajar en este sector te tenías que ir a la NASA. Ahora, también puedes desarrollar satélites desde España.
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