abril 25, 2024

Línea 12: La fábrica de los inocentes | Opinión

Línea 12: La fábrica de los inocentes |  Opinión
Un grupo de mujeres ofrece una oración en un altar improvisado en el área donde colapsó la Línea 12 en la Ciudad de México.Hector guerrero

La tragedia ocurrida en la línea 12 del metro pasa por tres jefes de gobierno de la Ciudad de México: Marcelo Ebrard, Miguel Ángel Mancera y Claudia Sheinbaum.

Marcelo Ebrard dijo que los que «no deben nada, no tienen miedo» estarán sujetos a lo que establezcan las autoridades. El canciller, como secretario de Estado, tiene jurisdicción.

Por su parte, Miguel Ángel Mancera afirmó que «estará atento a las opiniones de los peritos que determinen lo ocurrido en este suceso». Competente es el Coordinador del Grupo Parlamentario del PRD, como senador.

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La actual jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, dijo que le pidió a la fiscal, Ernestina Godoy, que acudiera a las últimas consecuencias en la investigación. Si bien la Constitución de la Ciudad de México establece que ningún funcionario tiene jurisdicción, ¿qué posibilidades tiene un fiscal de vincular a la persona que lo designó con su cargo en un caso penal?

Si alguno de los tres -o los tres- por acción u omisión tuvo alguna responsabilidad en la tragedia ocurrida, es muy probable que no haya consecuencias penales para ellos, porque el marco legal y político está hecho para proteger a los más poderosos. .

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo que su compromiso de gobierno es acabar con la corrupción mientras se barren las escaleras: «de arriba a abajo». Sin embargo, persisten los mecanismos para evitarlo. La corrupción en México es un sistema que permite no solo la fabricación de culpables, sino también la fabricación de inocentes.

La fábrica culpable acusa y condena sin las debidas defensas, siembra juicios, tortura y encarcela injustamente a un gran número de pobres en las cárceles.

La fábrica de los inocentes está plagada de declaraciones en las que la clase política alta «lamenta», «condena», «muestra solidaridad» y «define responsabilidad» pero no asume.

Además de las posibles consecuencias penales, asumir la responsabilidad implica costos políticos no solo para las personas que puedan estar involucradas, sino para sus partidos y, en consecuencia, para sus candidatos. Significa – desde su punto de vista – ganar o perder elecciones, renunciando al poder, cargos, cargos y salarios: «No nos dispararemos en el pie» es la ley de oro que rige la fábrica de los inocentes y fortalece la complicidad.

Rechazar la corrupción es una posición política individual, pero también colectiva que nadie toma. Otros siempre se equivocan, otros son corruptos, otros son ignorados. En la factoría de los inocentes, se apuesta por el paso del tiempo, por esperar los resultados de las investigaciones que nunca llegan, por el olvido, por el hábito urbano y por el hecho de que el nuevo escándalo cubra al anterior.

Al contrario de lo que piensan, hacer gente inocente y no responsabilizarse les ha costado la pérdida de elecciones para el PRI, PAN y PRD. Con Morena, la historia puede repetirse porque no llega la transformación radical prometida por el presidente de México.

El discurso queda vacío si no se eliminan las jurisdicciones y se solicitan renuncias que permitan a las autoridades competentes juzgar con imparcialidad y sin presiones políticas y, de ser necesario, sancionar los más altos grados de poder sin importar si son propios o ajenos.

Pero más allá de eso, la transformación no llega porque acabar con la corrupción significa básicamente que la verdad y la vida valen más que los votos, que la reparación del daño a las víctimas es la prioridad y la no repetición de los hechos es la prioridad. objetivo final de la justicia.

Paola Zavala Saeb es abogado y director de la organización PARA OCUPAR.

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