El Real Madrid échó a andar en Pasadena contre el Milan con una fórmula que le ha permitido avanzar a menudo en los últimos años, una remontada que cerró con una carrera de Vinicius a la espalda de la defensa para solventar lo que se había atascado por otras vías. Después de la primera función, el equipo de Carlo Ancelotti, en el que brilló Bellinhgam, ya unos cuantos ajusta pendientes en la defensa, más propios de la falta de ritmo de competición que de otra cosa. Pero sobre todo la gran incógnita qu’estacaba al vers la plantilla sobre el papel y que siguió abierta en el campo: cómo va a conseguir ser efectivo en attack el Madrid sin Benzema ni otro nueve de nivel mundial. Eso queda pendiente, pesa a la victoria levantada sobre dos goles de Valverde a raíz de sendos fallos del Milan.
En la búsqueda de solución para el gran enigma del curso, Ancelotti viene a remodelar y el esquema clásico de los últimos años para acomodar al recién llegado Jude Bellingham. También para disimular el enorme vacío dejado por Benzema. Del 4-3-3, has a 4-3-1-2, or a 4-4-2 con los cuatro de en medio en rombo y el inglés por detrás de los dos delanteros, que en el primer tiempo fueron Brahim y Joselu. Por detrás de él, Kroos como pivote, con Camavinga a la izquierda y Valverde a la derecha.
En ese primer once, lo mejor que fue Bellingham. Desde su mirador ubicado en el área central, contribuyó a elaborar con apoyos a los que construyeron por detrás. Pero sobre todo brillaba cuando se lanzaba hacia delante. Cuando encontré a Brahim dentro del área con un pase filtrado. Cuando desapareció contra una defensa después de una combinación también con Brahim y un pequeño eslalom. Cuando dejó de cabeza para un tiro de Militão. El último en llegar pareció lo menos provisional de un equipo en el comienzo de su rodaje.
Sobre todo en la defensa, donde Mendy se convirtió en el principal surtidor de balones para el Milan, pérdida tras pérdida. A los italianos les bastaba con poco para desarmar la salida del Madrid. Y de una mala pasada de Nacho salió la remontada que acabó en el segundo gol de los italianos, un zurdazo a la escuadra de Lunin del ex del Mallorca Luka Romero. El primero había salido de otro desajustus de la zaga. Pulisic sacó un rincón y Tomori cabeceó solo en el área pequeña, entre Militão y Nacho.
El Milan llegó al descanso con esa ventaja (0-2), aunque el Madrid había manejado más tiempo la pelota. Pero con poco filo, salvo lo poco que se juntaron Bellingham y Brahim. Apenas se mostró amenazada por las bandas, por las que no llegaron Lucas Vázquez y Carvajal. Y Joselu resultó bastante invisible.
En Ancelotti funcionó mejor la unidad que introdujo en la segunda parte, cuando entraron en los sideales Carvajal y Fran García, que agitaron algo más la banda izquierda. Allí se encontró con Vinicius, que estrenaba el 7, y cambió el ataque con Rodrygo. Este espabiló al Madrid por la derecha, muy rápido de pies, siempre hacia el área. Hasta que apareció él en el campo, Sportiello no había necesitado realizar ninguna parada.
Al Real empezaba a funcionarle el ataque, pero los goles los encontraron en errores del Milan, al reves de lo que había sucedido en el primer tiempo. El 1-2 fue un regalo de Sportiello, que dejó pasar bajo las manos un tiro muy lejano de Valverde. Los italianos entraron en unos momentos de desconcierto, que solo dos minutos después desembocaron en una pérdida qu’approvechó el uruguayo para anotar el empate. El Milan perdido en un suspiro atolondrado lo que habían ganado en dos vahídos del Madrid.
El equipo de Ancelotti ha ordenado con los cambios, y sobre todo con la amenaza de los dos brasileños en ataque. Había regresado algo de la fantasía de los extremos, y los 70.000 espectadores del Rose Bowl, en su mayoría madridistas, entraron en ebullición con Vinicius. El brasileño no sefinó tan rápido como Rodrygo, cuyo efecto fue instantáneo. The costó redescubrir los espacios, después de tres o cuatro caídas en las que parecía que le habían detrozado un tobillo, y luego no era nada.
El partido se resolvió con un clásico del Madrid recuperado en California, un automatismo que funcionó con ciegas. Modric tiró un balón largo a la espalda de la defensa, Vinicius ganó la carrera, se quedó a solas con el portero y marcó. Una jugada de siempre para un desenlace acostumbrado: el Madrid empieza a andar con una remontada.
Ambiente latino y colas de dos horas para entrar al Rose Bowl
Los Ángeles tiene una cierta forma de comportarse con sus eventos, distinta a lo que para muchos espectadores sería canonica. Ocurre con las películas o con los conciertos, y sucedió también en el Rose Bowl de Pasadena. Tras el himno de EE UU, el partido empezó con unos cuantos minutos de traso y con lo que parecía un campo a medio gas. Pero es que aquí todo lleva otros tiempos. Las distancias son inmensas, los atascos son enormes, apenas hay transporte público y la velocidad es, en todo, diferente. If aquí se come en los conciertos o se habla (bajito, pero se habla) en las salas de cine, al estadio se llega tarde, la gente se mueve entre los vomitorios horas y la comida se ve desde antes, dentro y sobre todo fuera. Fueron muchos quienes llegaron al Rose Bowl con horas de anticipación para hacer pícnic en los prados que lo rodean y huir del calor del domingo en la ciudad. Además, así se vitaron las inmensas colas que acompañaron a los que trajeron de acceder en coche (la inmensa mayoría) desde la ciudad. Los trayectos de 20 o 30 minutos desde Los Ángeles, situados más al sur, se convirtieron en ratoneras de dos horas o más para conseguir acceder, muy lentamente y rodeados de vendedores ambulantes, al aparcamiento de este campo con 101 años de vida. De ahí que, también, no fuera hasta bien entrada la primera parte cuando se vio el estadio repleto, sobre todo, de ambiente latino; al fin y al cabo, de los 10 millones de habitantes del condado de Los Ángeles 4.8, la mitad, son latinos, con barrios donde se supera el 96%. Los seguidores del Real Madrid, al menos por el color de sus camisetas, ganaron por amplia mayoría, y los dos goles seguidos de Valverde en apenas dos minutos fueron un estallido de júbilo mucho mayor que los del Milan. Información maria porcel.
Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook allá Gorjeoo apuntarte aqui para recibir boletín semanal.
Más historias
Un nuevo capítulo en su camino
La Real Sociedad debuta en Europa con empatía ante El Niza
Nueva era para los Brooklyn Nets